El Rebelde y el Elegido

¿Te gusta tu presente?

"¡Feliz cumpleaños Harry!"

"¿Wazit?" Harry murmuró adormilado. Parecía haber algo más pesado que mantas encima de él… ¿rebotando? Abrió los ojos sólo para ver un par de ojos azules brillando de emoción mirándolo directamente. "¡Merlín, Dora! No es que no sea un lindo espectáculo despertarte, pero eso es un poco espeluznante, ¿no?"

"Quería ser el primero en desearte feliz cumpleaños", dijo Tonks alegremente. "Date prisa, levántate. Es posible que Molly haya retrocedido, pero sabes que no nos dejará tener más de unos minutos antes de encontrar una razón para subir. Vamos, vamos, tengo un regalo".

"Será mejor que te levantes, amigo, o ella nunca se rendirá", llamó Ron desde su cama, con voz ronca. Harry frunció el ceño; Ron todavía estaba débil, dormía durante largos períodos de tiempo y necesitaba ayuda para caminar al final del día.

"¡Buenos días, Won-Won!" Dijo Tonks. "¿Cómo te sientes?"

"Me sentiría mucho mejor si no me despertara una bruja irrumpiendo en mi habitación al amanecer".

"Apenas amanece, y además, pensé que era el sueño de todo adolescente ser despertado por una mujer que se escabulle en su habitación. ¿Quieres que envíe a Hermione la próxima vez?" dijo descaradamente.

"Harry, ¿alguna vez se calla?"

"Si lo hace, te lo haré saber, amigo", dijo Harry mientras se sentaba, recibiendo un golpe poco entusiasta de Tonks. "¿Dónde están mis lentes?"

"Toma, consíguelos tú mismo." Tonks le entregó su varita.

"¡Oh, sí, ahora puedo hacer magia!" Harry lo recordó. "¡Gafas de accio!" Sus gafas se acercaron a él, picándole el ojo.

Tonks resopló y Ron se rió. "Tranquilo, Harry."

"Entonces, ¿dónde está ese regalo que los tiene a todos alterados?" preguntó, ignorándolos a ambos mientras se enderezaba las gafas. Tonks le entregó un gran libro de cuero y se deslizó junto a él hasta que sus piernas se tocaron. Harry abrió el libro y descubrió que no era un libro en absoluto; Era un álbum de fotos lleno hasta los topes de fotografías.

"Me acordé del de tus padres que tanto te gusta", dijo suavemente. "Ya que vamos a estar lejos de todos por un tiempo, pensé que te gustaría otro."

Harry pasó página tras página de fotos. Él y Tonks. Él, Ron y Hermione. Los Weasley. Toda la Orden del Fénix en lo que Tonks dijo fue la primera reunión después del regreso de Voldemort. Sirio y Lupin. Varias combinaciones de todos ellos. Había algunos que incluían al propio Harry y que no recordaba haberlos tomado. Y en la última página, la primera fotografía que él y Tonks se habían tomado juntos.

"Es genial, Dora, de verdad que lo es", dijo con sinceridad, cerrándola y besándola justo en el hoyuelo.

"Tengo otro regalo, pero te lo daré más tarde", le susurró al oído, con el cabello morado rozando su mejilla, antes de inclinarse hacia atrás y hablar en un tono normal. "Me alegra que te guste. Debería ir para que puedas vestirte. Molly tiene el desayuno listo. Oye, ¿me prestas a Hedwig?"

"Seguro."

"Gracias." Mientras se levantaba, Harry tuvo una visión clara de lo que parecían kilómetros de piernas que terminaban en las botas que ella siempre usaba. Harry miró fijamente mientras Tonks se iba, guiñándole un ojo por encima del hombro y vistiendo una falda a cuadros azul que era más corta de lo que jamás debería permitirse. Cuando la puerta se cerró, miró a Ron y vio que él también estaba mirando.