Extra

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Situado luego de la batalla final

—¡Tanjirō, se supone que deberías estar en cama reposando!— Dijo exaltado un omega de hermosos cabellos blancos como la nieve

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—¡Tanjirō, se supone que deberías estar en cama reposando!— Dijo exaltado un omega de hermosos cabellos blancos como la nieve.

Un mes había pasado desde lo sucedido en la batalla final, una batalla que siempre será recordada por aquellos que pertenecieron al cuerpo de cazadores de demonios y lucharon hasta el cansancio sin importar si estaban al borde de la muerte, una batalla en la que finalmente, Muzan Kibutsuji, el rey de los demonios , fue derrotado.

Pero, al igual como ganaron, tuvieron que perder algo para lograr aquello que durante tantos años buscaron. 

Varios cazadores habían muerto, incluyendo a algunos pilares, siendo los únicos pilares sobrevivientes, el ex pilar del agua, Giyuu Tomioka; y el ex pilar del viento, Sanemi Shinazugawa.

Algunos dicen que tuvieron bastante suerte, ¿Por qué? Era simple, ya estaban entrelazados, ambos eran pareja, una muy linda y feliz a decir verdad, y además, sus 'cachorros', como ellos los llamaban, habían sobrevivido.

—¡Pero Genya y Muichiro están caminando de lo más normal, papá!— Respondió el chico de cabellos burdeos, de nombre Tanjirō Kamado, que por obligación y haciendo un puchero, tuvo que volver a acostarse en la camilla.

—¡Eso es porque ellos ya están mejor y más recuperados! Te recuerdo que incluso si te convertiste en demonio temporalmente, la cura que uso la hermana de Kochō en ti hizo que tu cuerpo dejará de sanar por si solo, y quedaste con heridas bastante graves, ¡Así que deja de ser tan terco y descansa!— Le regaño Sanemi, dándole un ligero golpe en la cabeza al menor.

—¡ITAI! ¡Papá, me dices que descanse por mis heridas pero me terminas golpeando!— Se quejó —¡Y tus golpes duelen feo!— 

—¿¡Eh!? ¡No exageres mocoso, apenas y use mi fuerza! ¡GIYUU! ¡Ven y dile a tu hijo que yo no golpeo tan fuerte!— El omega peliblanco llamo a su esposo, que justamente (y para su mala suerte) estaba pasando por ahí, así que no tuvo más remedio que entrar a la habitación donde estaban Sanemi y Tanjirō.

—Ay, ¿Ahora que pasó?— Preguntó suspirando. Sin duda luego de la batalla final, varios habían cambiado. He aquí una de esas personas, Giyuu finalmente se mostraba más expresivo con el resto, y no solo con Sanemi.

—Pues resulta que Tanjirō está caminando de acá por allá haciendo más fuerza de la que debería hacer, ¡Cuando se supone, y él sabe, que debe estar descansando!— Explicó Sanemi, viendo con enojo al desobediente de uno de sus cachorros.

—¡Pero yo me siento bien!— Dijo el de ojos color granate en su defensa —Además, ¡papá Sanemi me golpeó en la cabeza! ¡Sus golpes duelen, y feo, tu lo sabes, papá Giyuu!— Volvió a quejarse el pequeño alfa, sobándose en donde le había golpeado con anterioridad el omega mayor.

Omega InstinctWhere stories live. Discover now