Único

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• Anime: Kimetsu no Yaiba 

• Formato: One-shot

• Categoría: Fluff

• Palabras: 1175

• Advertencias: Ooc (Out of Character), mención del Giyuusane 

• AU!: Semi-canon, antes del arco del Tren Infinito 

•Sanemi va a la Finca Mariposa para pedirle disculpas a los hermanos Kamado•

El pilar del viento, Sanemi Shinazugawa, se encontraba en camino a la Finca de las Mariposas

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El pilar del viento, Sanemi Shinazugawa, se encontraba en camino a la Finca de las Mariposas. Mientras caminaba estaba refunfuñando y lanzando maldiciones al aire. Su alfa, Giyuu Tomioka, también conocido como el pilar del agua, le había pedido (rogado) que él y los hermanos Kamado intenten llevarse bien, o que por lo menos se soporten.

—Estúpido Giyuu, las cosas que me hace hacer...— Pensaba el omega peliblanco

No era secreto para nadie que incluso luego de haber pasado un par de días desde la reunión de pilares, Sanemi seguía sin confiar del chico Kamado y su hermana demonio, de por sí el omega detestaba a todos los demonios que existían en el mundo, y ver a un cazador andar con uno, fue algo que lo sacó de sus casillas por completo.

En fin, Sanemi tenía una pequeña cesta en su brazo, donde llevaba un par de ohagis los cuáles planeaba compartir con Tanjirō y Nezuko. 

Shinazugawa jamás lo admitiría, pero su omega interno se sentía ligeramente conmovido por ambos hermanos, seguían siendo unos cachorros, verlos le hizo recordar a su hermanito menor Genya, con quién no hablaba desde hace mucho, más bien Sanemi intentaba que su hermano saliera del cuerpo de cazadores de demonios, a pesar de que eso incluya tratarlo como la mierda.

Una vez que el pilar del viento llego a la Finca, fue recibido por tres niñas, asistentes de la finca, y obviamente con los característicos broches de mariposa. 

—Ejem... saben donde puedo encontrar a Tanjirō y Nezuko Kamado?— Sanemi pregunto, su tono extrañamente amable y suave.

—¡Sip! Están descansando, señor pilar— Una de las niñas respondió, específicamente la del broche de mariposa verde pálido.

—¡Lo llevaremos con ellos!— Agregó la niña de broche celeste.

Entre las tres tomaron la mano de Sanemi, arrastrándolo hasta llegar a uno de los pasillos de la finca.

—Ahí están, señor pilar— La niña de broche rosado pastel señaló una habitación.

—Ah... está bien, gracias niñas— Dijo Sanemi ligeramente aturdido por haber sido arrastrado por las tres pequeñas, pero rápidamente les dedicó una pequeña sonrisa. —¿Desean?— Él les ofreció tres ohagis, uno para cada una.

Omega InstinctWhere stories live. Discover now