Capítulo 7. Rescate

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Sasuke, esté gran idiota finalmente entendió todo. Tus ojos, cómo me mirabas, aquel sharingan rojo que solo reflejaba lo que sentía tu corazón. Un Uchiha solo ama com intensidad u odia con intensidad. Tus sentimientos siempre estuvieron ahí. Tu protección, todo de ti.

Siempre diste todo conmigo, te entregaste en cuerpo y alma a mí. Entiendo que con todo eso detrás, tu amor por mí no puede deshacerse tan fácilmente, que nuestro lazo no puede romperse jamás. Porque somos uno, Sasuke.

Espérame de nuevo, solo una vez más. Has amado a alguien como yo desde siempre.

Naruto salió de la cueva, el sol resplandecía y brillaba por sí mismo, como él.

—Mi luna, esté sol volverá a salvarte. Solo espérame.

[☄️]

Continuaban cayendo los restos de la luna a la tierra y Hiashi Hyuga caminaba con todas sus fuerzas, debía regresar a Konoha, sin embargo, sus reservas se agotaron y cayó al suelo. Minutos después, una pareja iba pasando por ese camino con tranquilidad, hasta que vieron al hombre.

—¿Quién es? —preguntó el rubio.

El pelinegro entrecerró los ojos.

—Creo que es Hyuga Hiashi, el líder del clan Hyuga.

La pareja vio el meteorito que iba cayendo, el pelinegro hizo una mueca. Después miró a la luna y terminó con una sonrisa en su rostro.

—¿Deberíamos ayudarlo? —preguntó el rubio.

El pelinegro asintió.

Por otro lado, el Raikage ya tenía el arma lista. Los cañones de chakra iban a pulverizar cada meteorito que se acercara. Los cañones iban a ser cargados.

[🌙]

Toneri y Sasuke caminaban lentamente hacia el altar, las marionetas tocaban los Gong en la ceremonia como señal de respeto. Sasuke vestía un kimono negro con bordes dorados y un velo negro, mientras que Toneri llevaba un traje negro.

Sasuke no podía detenerse, simplemente sentía deseos de hacer lo que fuera que estaba haciendo. La voluntad de Toneri era la suya.

Fuera de la luna falsa, Shikamaru y Sai atacaban en la parte frontal, luego, Naruto usó un rasengan shiruken para atacar a todas las marionetas. Después, Shikamaru usó la sombra paralizante para controlar a una de las marionetas y que todos pudieran entrar a la guarida del enemigo.

—¡Ataquen la ciudadela! —ordenó Shikamaru.

Todos dijeron que sí.

Una de las armas del enemigo dio en el pájaro de tinta donde iba Sakura. El gritó alertó a Hinata y a Naruto, y antes de que el rubio se dejara ir para alcanzar a su amiga, Hinata ya se había lanzado del ave para alcanzar a Sakura.

—¡Sakura-chan! —Hinata extendió su mano y la pelirrosa la tomó.

Ambas cayeron en el pájaro de Hinata, quien las alcanzó mientras caían.

—Gracias, Hinata —dijo Sakura.

La pelinegra le sonrió.

—Siempre estamos para apoyarnos, ¿Cierto? En las buenas y en las malas.

Sakura asintió con una sonrisa.

—¿Están bien? —le gritó Naruto a las dos chicas. Cuando las vio asentir, él se acercó a ellas con su ave.

Sai y Shikamaru llegaron a la entrada del castillo, se escondieron de las marionetas y las aves de tinta fueron destruidas por las armas.

—Que fastidio —dijo Shikamaru viendo el reloj de la palma de su mano. Se colocó sus guantes.

The Last | NarusasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora