Sara Johnson
Ya pasaron algunos días desde que estamos en la casa de los padres de Aiden, sólo faltan 2 semanas para que esto termine.
Y siendo sincera, no quiero que esto acabe, me encanta lo que está pasando entre Aiden y yo. Se que todavía no somos nada, pero no quiero separarme de él quiero creer que nosotros podemos llegar a ser algo más que "novios falsos".
Pero no todo es color de rosa, las miradas por parte de Camila y Vanesa siguen, son unas de esas miradas que si las miradas mataran yo estuviera 100 metros bajo tierra.
También, tengo más inseguridades, se que es estupido pero no puedo evitar pensar en eso, sigo creyendo que Vanesa es más bonita que yo y sigo pensando en el porque Aiden no quiere casarse con ella.
Dejo de pensar y me paro de la cama, bajo las escaleras camino a la cocina para hacerme el desayuno, tengo mucha hambre.
Otra vez están Vanesa y Camila ahí. Tengo una mala suerte, siempre tengo que encontrármelas. Paso por el lado de ellas haciéndo como que ellas no están ahí.
-Mirala, ya se cree la dueña de esta casa, solo porque a Elizabeth le caes bien no significa que eres la dueña- dice Vanesa con un tono de voz irritante.
- Yo no me creo la dueña de nada- digo haciéndoles saber a ambas que no les tengo miedo ni que voy a dejar que me hagan menos.
- Ni siquiera se como Aiden puede ser tú novio, ósea mírate, eres fea, y el tan guapo, no tienes cuerpo, eres una chica inmadura- dice Camila, y a decir verdad si me duelen sus palabras, tengo los ojos aguados pero no voy llorar enfrente de ellas.
- ustedes solos están celosas, porque Aiden me eligió a mi y no a Vanesa, y tú Camila, porfavor deja de rebajarte a ese nivel, pensé que eras una mujer mejor que lo que estás haciendo ahora-.
Luego de decir esas palabras, subo las escaleras directo a la habitación, cierro la puerta y me siento en la cama, recargó mi cabeza en mis rodillas.
Siento como las lágrimas que no deje salir en la cocina salen aquí, se que es estupido y que estoy siendo una idiota al creer sus palabras, pero esas palabras me duelen llegan a mis pensamientos como dagas en el corazón.
Aiden cooper
Estoy saliendo del baño, y me dirijo a la habitación, cuando abro la puerta puedo ver a Sara llorando, tiene la cabeza apoyada en sus rodillas, tiene la nariz roja y las lágrimas salen como cántaros de sus ojos.
Me parte el alma verla haci, no se porque esta llorando ni nada pero si puedo ayudarla a que deje de llorar lo haré.
Me acerco a ella y la abrazo, ella corresponde el abrazo y pasa sus brazos por mi cuello y deja su cabeza apoyada en mi hombro, puedo escuchar sus sollozos y cada vez mi alma se rompe más, no puedo verla llorar.
- No tengo ni la menor idea de porque estás llorando, pero porfavor deja de hacerlo, me parte el alma verte así, solo quiero ver esa hermosa cara acompañada de esa bella sonrisa. Eres demasiado hermosa, que digo hermosa, eres la mujer más perfecta de este mundo Sara, así que porfavor deja de llorar.- le digo intentando que deje de llorar, la abrazo más fuerte y acaricio su cabello, siento como se va relajando y los sollozos van disminuyendo.
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Perfectas mentiras
RomansaUna abogada con problemas de emoción, porque su exnovio la a engañado con su mejor amiga. Y un empresario, enojado y estresado tiene que conseguir una chica para que finja ser su novia y presentársela a sus padres, para que estos lo dejen es paz y n...