Fuiste mi luz después de la oscuridad... [mayictor]

Parte 36

Anteriormente:

Lyna: No creas que me olvidé de lo que pasó! *Respondió algo molesta*

Dani: Pero fue una broma inocente!

Lyna: Muy bien *lo suelta* En ese caso, le diré a Ela que volviste a hacer tu "broma inocente" por décima tercera vez está semana!

Dani: !!! Sabes que Ela te va a defender! Me va a matar!!

Lyna: Porque? Si solo es una "broma inocente" *respondió para después reir maliciosa mientras se hiba*

Dani: ... LYNA!!! *Grito siguiendo a la fémina* PERDÓN!

Continuamos:...

Como era que pasaba el tiempo?. Por un segundo se sintió como si los minutos se hubiera alargado y hubieran pasado hasta mil eternidades, pero a la vez se notaba que solo fueron unas horas, el sol empezó a verse como si tocara el suelo y poco empezo a ocultarse, esto alertó a Mayo, se le hacía tarde y aún faltaba aquello!

Con prisa le dijo a Victor de una manera amable que se fueran, como si solo fuera una opción, al principio el peli-cafe oscuro no tuvo problema y hiba a aceptar, pero antes de pronunciar la frase recordó que aún no había subido a la atracción que había llamado su atención horas antes, lo había olvidado por completo después de que fueron a dejar los peluches en el maletero del auto!

Victor: Disculpa Mayito... Pero antes de irnos podemos subir ahí? *Pregunto mientras señalaba una de las atracciones*

La rueda de la fortuna... Mayo no pudo evitar pensarlo, por un segundo la mentalidad risueña de su cuñado lo invadió, y se vio a si mismo junto a su pareja en una de las cabinas de aquella rueda observando los alrededores con un brillo en los ojos, mientras sus manos se sostenían con cariño juntandolos, sintiendo el calor del otro. Sin darse cuenta sus mejillas enrojecieron y su corazón latió más rápido.

Victor: Mayito? *Llamo el mencionado curioso ya que no había recibido respuesta*

Mayo: P-por que no? M-Me parece muy bien, vamos!

Las palabras solo salieron de su boca, no las pensó mucho y eso incluso se notaba en su mirada perdída y voz tartamudeante, ambas por la vergüenza. Pero Victor en lugar de mirarlo raro, se entusiasmo al recibir una respuesta positiva ante su pregunta, por lo que tomando al peli-morado de la muñeca se dirigió a la atracción.

Con una sonrisa ambos esperaron en la fila, por suerte un gran grupo de personas entro y entre ese grupo ellos alcanzaron, se subieron a una cabina y la rueda empezó a girar, apenas la rueda tomo altura, el peli-cafe oscuro se pegó al cristal, observando a través de este toda la vista. Las personas, las atracciones, las luces de la ciudad que se empezaban a encender iluminando la oscuridad de la noche, miraba a todos lados fijándose en cada detalle. Mientras nuestro protagonista saco su teléfono y empezó a teclear, no era que no le prestará atención al ambiente, pero sabía que la rueda hiba tan lento que seguro después de escribir aquel mensaje aún le quedaría bastante tiempo, verdad?. Por qué no podía esperar? Pues... Era su culpa, no cálculo el tiempo y eso se le estaba haciendo un pequeño problema, pues lo que había preparado estaba diseñado para la tarde-noche, no para la noche-noche! Asique debía avisar, especialmente porque sus amigos de seguro estarían algo preocupados, aún más porque también había olvidado mandarles un mensaje antes.

En fin, su mensaje estaba listo, lo reviso una vez más y luego presionó "enviar", cuando vio que el mensaje fue enviado con éxito, se levantó de su asiento, pero "oh, sorpresa" la atracción estaba terminando. Parece que Mayo se habia metido tanto en sus pensamientos que el "corto tiempo" que se supone debía costarle enviar ese mensaje, se convirtió en más. Algo un poco decepcionante ya que no pudo ni siquiera mirar un poco. Bueno, no era la primera vez que se subía ahí, y talvez tampoco sería la última. Eso lo ánimo, asique con una sonrisa y borrando su decepción por no haber visto nada, y ahora que lo pensaba tampoco cumplir su pequeña fantasía romántica... Miro a su pareja, este como desde el inicio seguía pegado contra aquel cristal!... Pero por alguna razón algo se sintió raro