Cómo odiaba tener que esperar, desde pequeño entendía que hacer esperar a alguien es descortés, y siempre intento llegar a tiempo a todos sus compromisos, pero le desagradaba, como las demás personas no les importaba si lo hacían esperar, literalmente pasaron unos treinta minutos, desde que hablo con su padre, y le dijo que el sujeto, que sería su asesor en todo relacionado con la Yakuza, llegaría dentro de poco.
-"No lo he conocido y ya me está empezando a caer mal"-penso con molestia.
Ahora se encontraba la oficina de su padre, sentado sin hacer nada en realidad, solo mirada el techo como si estuviera viendo algo entretenido, desvío su mirada a un reloj que colgaba de la pared y veía pasar los segundos, ya cansado, se paró de su aciento, y saco una pequeña bolsa que contenía lo que para él era lo más delicioso del mundo.
Un dulce de leche.
Sin pensarlo mucho, desenvolvió el caramelo y se lo comió, el sabor dulce y empalagoso no tardó en envolver su lengua, aunque sabía que esos caramelos le hacían daño a sus muelas, creía firmemente que valía la pena, cuando estaba a punto de comerse otro de los caramelos la puerta de la oficina se abrió.
-Asi que aquí estabas, llevó rato buscándote, Mr. Brown ya llegó-dijo Roshi mientras se asomaba por la puerta.
Izuku se levantó de la silla rápidamente, no tenía tiempo que perder, llevaba un rato esperando que le dijeran que ese sujeto ya había llegado.
-Gracias por avisarme, ¿En dónde se encuentra?-pregunto mientras se acomodaba su traje.
-Esta con tu padre, en la oficina de los pisos de abajo-
Izuku no dividió hacer esperar ese tal Mr Brown y empezó a caminar al lado de Roshi hacia los pisos de abajo.
La casa de los Midoriya es grande, muy grande, está contaba con un total de 50 habitaciones, 10 diferentes tipos de salas, y dos de estas el comedor y cocina, cada habitación cuenta con un baño, y hay alrededor de unos seis bañó para los empleados. Aunque la casa como tal contaba con una planta baja y una superior, lo que la hacía realmente especial, era que debajo de esta misma se encontraban tres diferentes niveles subterráneos con grandes salas con diferentes utilidades como: armerias, salas de reuniones, laboratorio, enfermería, campos de entrenamiento para armas de fuego, gimnasio, salas de tortura, celdas confinadas, dormitorios y salas de entrenamiento, donde los que pasaban más tiempo ahí, eran los de la seguridad de la casa, después de todo, si querian tener 65 guardias, tenían que tener un lugar donde ellos pudieran descansar.
Izuku y Roshi llegaron a un ascensor que daba directamente con todos y cada uno de estos niveles subterráneos, Roshi apretó un botón y las puertas se abrieron, en el ascensor se encontraba un sujeto de traje y de apariencia esquelética, lo cual provocaba que el traje que llevaba le quedará grande.
-Buen día señor Izuku y señor Roshi, ¿Hacia que piso van?-saludo y pregunto el esqueleto andante.
-Buen día Ezra, vamos al piso 2-respondio Izuku.
El ya identificado como Ezra, presionó un botón y el ascensor empezó a bajar.
-Se me hizo raro no haberle visto los últimos días, Ezra, supongo que estubo ocupado resolviendo algo personal-le habló Izuku al mencionado.
-Si señor está en lo correcto, visité al especialista en alimentación que me recomendó, gracias señor, estoy seguro que la dieta que me dió me ayudará-respondio con una sonrisa.
-No fue nada, es mi deber velar por la salud y el rendimiento de el cuerpo de seguridad de la casa, y espero que en un tiempo, superes a Takeshi en los entrenamientos-dijo Izuku.
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El Héroe, el Mafioso y el Diablo
Fanfiction"El dinero es poder, solo debes completar su significado al poder que" Esa era la frase que alguna ves le dijo su abuelo, y Hisashi Midoriya la aplicó lo mejor que pudo, hizo negocios legales e ilegales, mato y ayudó a personas, con tal de mantener...