El Héroe, el Mafioso y el Diablo

Capitulo 8:Una oportunidad

No le gustaba mentir, por eso se arriesgó a contarle a Takeshi algunas cosas de las que vivía en la escuela, solo deseaba que no se lo contará a su hermano o peor, que se lo contará a su padre, pues ella no es estúpida, sabe que su padre no dejaría pasar eso por alto, temía que provocará la expulsión de sus compañeros y arruinaría sus vidas para siempre, y aunque se lo merecían, no quiere que se arruinen sus vidas.

Ahora se encuentra en la entrada a la escuela, esto siempre es una parte incómoda, pues todos la miraban, algunos disimuladamente y otros mantenían su mirada fija en ella como si fuera lo más raro del mundo. Decidida, dió el primer paso para pasar a la escuela, caminó por los pasillos ignorando las miradas hasta que llegó a su salón de clases, no estaban muchos de sus compañeros en el salón, y para su suerte no estaban los chicos que la molestaban, solo se encontraban un grupo de chicas que aunque la miraban feo, nunca le hicieron algo directamente.

Se sentó en su mesa junto a la ventana, de su bolso sacó un cuaderno con el número 13 en la portada, ese era su cuaderno de notas sobre héroes, en ella escribe análisis sobre un cualquier héroe, y ahora mismo esta concentrada en analizar dos nuevos héroes, Kamui Woods, y Mount Lady, buscando sobre ellos en su celular, encontró su más reciente hazaña, un vídeo donde ellos se enfrentaban a un villano gigante, y cuando estaba a punto de empezar a escribir, sonó el timbre escolar, avisándole a todos los estudiantes que debían estar ya en su salón de clases, y en menos de un minuto, todos sus compañeros pasaron al salón, de últimos pasaron el grupito que siempre se metía con ella, y un poco más atrás de ellos, entró Katsuki con un semblante serio.

Todos fueron directamente a sus asientos, y solo unos segundos después, su profesor entró al salón con una pila de hojas en sus manos, se paró en frente a la pizarra y empezó hablar, y fue en ese momento que su día se fue de picada, pues su profesor tiró los papeles diciendo que la mayoría quería ser héroes, y comentó que Katsuki iría a la UA, pero eso no fue lo malo, lo malo vino después de eso, cuando el profesor dijo frente a toda la clase que ella también tenía pensado ir a la UA, esto le pareció gracioso a todos sus  compañeros, tanto que se empezaron a reír a carcajadas, bueno, a todos menos a Katsuki, que solo la miraba con furia, pero como siempre nunca pasó de esa mirada amenazante, pasando a ignorarla una vez más.

Las siguientes horas de clases se le hicieron eternas, no podía ya con las miradas de burlas de sus compañeros, no se molestó en voltear a ver quienes eran, lo más probable es que sean las mismas personas de siempre, el mismo grupito lame botas de Katsuki. A la hora del almuerzo no quiso ir a la cafeteria, pues sabía que ahí los demás aprovecharían para burlarse en su cara, y también pensaba que no tiene tanta hambre, por lo que sacó su celular y libreta de análisis, lo mejor sería ignorar todo a su alrededor. Tiempo después todos sus compañeros regresaron, pero no dejó de mirar y escribir en la libreta, pues lo que ella estaba haciendo era más entretenido, y poco a poco, fue sobre pensando la técnica de pelea del héroe de madera, e hizo lo que todo Midoriya hace cuando piensa demasiado algo.

Murmurar en voz baja.

Esto llamó la atención de uno de sus compañeros, este arrancó una hoja de su libreta, la hizo pelota y se la lanzó, pegándole en su nuca.

-Oye, inútil, cierra la boca-dijo el chico casi gritando, y causando la risas de toda la clase a excepción de Katsuki que solo miraba su celular.

Se le pasó por la mente pedirle que no vuelva hacer éso, pero solo causaría que el chico lo volviera hacer, por lo que solo se quedó en silencio, el chico al no ver una respuesta arrancó otra hoja de su libreta y formó una pelota para lanzar la nuevamente, pero se detuvo al ver cómo el profesor cruzaba la puerta.

≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈

Las horas pasaron, y por fin todos se podían retirar, apenas sonó el timbre, todos se retiraron lo más rápido que pudieron, a excepción de Izumi que aún se encontraba guardando sus cosas en su mochila, faltando le solo su cuaderno de notas que estaba en la mesa, y cuando estaba a punto de tomarlo una mano se le adelantó y lo agarro, Izumi volteó la mirada y se encontró con el mismo chico que le lanzó la bola de papel acompañado de otros dos más.