Aparentemente Es Amor - Enid Sinclair x Tn

CAPÍTULO 5

El bosque estaba inquietantemente silencioso, solo el crujir de las hojas bajo sus pies rompía el ambiente tenso que los rodeaba. Enid, con el ánimo renovado después de su pequeño bajón emocional, caminaba entre Tn y Miércoles, observando de reojo a los cadáveres de los animales que encontraban dispersos. Aunque ya estaba más tranquila sobre su relación con Ajax, no dejaba de sentirse incómoda por la situación.

—Es tan triste ver a los animales así —comentó, apretando sus manos—. No sé cómo alguien o algo puede hacerles esto.

—Así es la naturaleza, Enid —respondió Miércoles con tono apagado, mientras se agachaba junto al cadáver de otro ciervo—. El fuerte sobrevive, y el débil... bueno, muere. Solo que esto no parece ser natural.

Tn miraba los restos, intentando mantener la compostura, pero algo más lo distraía. Cada vez que Enid sonreía o hablaba con entusiasmo sobre Ajax, sentía una extraña incomodidad en el pecho. No estaba seguro si era celos o simplemente irritación por el exceso de alegría.

—Entonces, ¿qué piensan que puede ser? —preguntó Enid, tratando de cambiar el tema y sacudirse el malestar que sentía ante la escena.

—Puede ser un monstruo —dijo Tn, mirando el cadáver con ojos serios—. O alguna especie mutada. Lo que está claro es que no es algo común.

—No lo creo —añadió Miércoles, con esa precisión inquietante que siempre la acompañaba—. Las heridas son demasiado precisas. No es solo un ataque violento; hay un patrón. Como si estuvieran... seleccionando sus víctimas.

—¿Seleccionando? —repitió Enid, mordiéndose el labio. La preocupación volvió a invadir su rostro.

—Exacto —respondió Miércoles, levantándose con su habitual calma—. Esto es más que un simple ataque animal. Es como si alguien o algo supiera exactamente qué hacer.

Tn miró a Miércoles, intrigado. Si alguien era capaz de detectar un patrón, era ella. Pero, aun así, su mente seguía volviendo a lo que había dicho antes, sobre sus sentimientos por Enid. No quería admitirlo, pero la posibilidad lo estaba carcomiendo. ¿Podía realmente estar sintiendo algo por ella?

—¿Estás bien, Tn? —preguntó Enid de repente, rompiendo sus pensamientos. Su voz tenía un tono dulce, que siempre lo hacía sentir extraño. Era la misma voz que usaba cuando quería animar a alguien.

Tn parpadeó, volviendo a la realidad.

—Sí, claro. Solo estaba... pensando en el caso —dijo rápidamente, aunque no era completamente cierto.

—¿Seguirás negándolo? —intervino Miércoles con su tono indiferente, sin mirarlo directamente—. Es casi cómico.

—¿Negando qué? —preguntó Enid, curiosa, mientras ladeaba la cabeza hacia Tn.

—Nada —respondió Tn, entrecerrando los ojos hacia Miércoles, claramente molesto por la insinuación.

Miércoles, sin perder la compostura, lo miró de reojo y dejó que una pequeña sonrisa de autosuficiencia cruzara su rostro. Sabía que había plantado una semilla en la mente de Tn, y ahora solo le quedaba esperar a que germinara.

Mientras seguían avanzando por el bosque, la tensión se hacía palpable. Tn no podía evitar observar a Enid con otros ojos. Cada gesto suyo parecía más significativo, y aunque intentaba ignorarlo, no podía dejar de pensar en lo que Miércoles había dicho. ¿Y si tenía razón? ¿Y si lo que sentía por Enid era algo más que simple amistad?

—Miren esto —dijo Miércoles, deteniéndose de golpe y señalando unas ramas rotas cerca del suelo—. Algo pasó por aquí.

Enid y Tn se acercaron para observar. Las marcas en el suelo parecían más recientes que las otras.

—Esto no fue hace mucho tiempo —dijo Miércoles, arrodillándose para tocar la tierra—. Está fresca. Sea lo que sea, está cerca.

—Genial... —murmuró Tn, mirando a su alrededor con más cautela. No le gustaba la idea de que lo que fuera que estaba causando esos ataques estuviera tan cerca de ellos.

—¿Qué hacemos si lo encontramos? —preguntó Enid, mordiéndose el labio. Aunque tenía su lado lobuno, no era alguien a quien le gustara la violencia.

—Luchar —dijo Miércoles sin dudar.

—¿Luchar? —repitió Enid, alarmada—. ¿Con qué? ¡Ni siquiera sabemos qué es!

—Eso lo hace más emocionante —respondió Miércoles, sonriendo ante la idea del peligro. En su mente, no había nada mejor que enfrentarse a lo desconocido.

Tn, en cambio, no compartía el entusiasmo de Miércoles, pero entendía la gravedad de la situación. Si algo estaba atacando a los animales del bosque, no era descabellado pensar que podría atacar a los estudiantes en algún momento.

—Tal vez deberíamos retroceder —sugirió Tn—. No tenemos idea de lo que estamos enfrentando.

—¿Tienes miedo? —preguntó Miércoles, con esa mirada desafiante que siempre lo ponía a prueba.

—No tengo miedo —respondió Tn, alzando las cejas—. Pero me gusta ser precavido.

—Prevenir es importante —comentó Enid, sonriendo con gratitud hacia Tn—. No queremos meternos en problemas más grandes.

Pero Miércoles no estaba convencida. Sin embargo, no discutió más, y el grupo decidió retroceder un poco, alejándose de las marcas frescas en el suelo.

Mientras caminaban de regreso hacia la escuela, Tn seguía inmerso en sus pensamientos. La posibilidad de que lo que sentía por Enid fuera algo más que simple amistad lo perturbaba más de lo que quería admitir. Cada vez que la veía sonreír o reírse de algo tonto que decía Ajax, sentía una extraña punzada en el estómago.

—Deberías admitirlo antes de que sea demasiado tarde —dijo Miércoles en voz baja mientras caminaba junto a él, sin que Enid los escuchara.

Tn la miró de reojo, sin saber qué responder. Pero en el fondo, sabía que tal vez Miércoles tenía razón.

Enid caminaba un poco más adelante, tarareando una canción alegre mientras hablaba emocionada sobre Ajax. Tn no pudo evitar preguntarse si algún día ella lo miraría de la misma manera que miraba a Ajax. Y lo peor era que, por primera vez, se daba cuenta de que quizás, solo quizás, quería que eso sucediera.

Y eso lo aterraba más que cualquier monstruo en el bosque.