CAPÍTULO 2

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La rutina en Nevermore se había vuelto algo más interesante desde la llegada de Tn Valentino, aunque él mismo lo negaría si se le preguntara

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La rutina en Nevermore se había vuelto algo más interesante desde la llegada de Tn Valentino, aunque él mismo lo negaría si se le preguntara. Para la mayoría de los estudiantes, seguía siendo un misterio: un chico pálido y de mirada distante que parecía más cómodo en la oscuridad de su propia compañía. A pesar de su evidente parecido con Miércoles, una chica con quien la mayoría evitaba el contacto, Enid Sinclair había decidido que ella, al menos, lograría atravesar el muro que Tn había construido a su alrededor.

—¿Sabías que tenemos clases de combate hoy? —preguntó Enid, rebotando con entusiasmo a su lado mientras ambos caminaban por el patio de Nevermore.

Tn la miró de reojo, sus manos metidas en los bolsillos de su chaqueta negra.

—¿Y qué hay con eso? —respondió con su habitual tono monótono, sin frenar su paso.

—Bueno... he pensado que podrías enseñarme algunos trucos. Después de todo, vi lo que hiciste con ese hombre lobo. —Enid sonrió de manera traviesa, refiriéndose al incidente en el pentágono que había ocurrido unos días antes.

Tn suspiró. Si bien había llegado a considerar a Enid una amiga, no podía evitar su naturaleza sarcástica y fría. A veces, su entusiasmo le parecía agotador, pero había algo en su compañía que le impedía alejarla por completo.

—No fue gran cosa —respondió finalmente, encogiéndose de hombros—. Además, no me gusta pelear si no es necesario.

—¡Oh, por favor! —replicó Enid, exagerando un suspiro—. Sabes que me vendría bien algo de ayuda. No quiero depender de mis garras todo el tiempo. ¡Imagina que quedo sin uñas!

Tn apenas reaccionó, pero sus labios casi esbozaron una sonrisa. Casi.

—Bien —aceptó después de un largo silencio—. Pero si te hieres, no es mi culpa.

—¡Prometido! —exclamó Enid, dando un pequeño salto de alegría—. Además, ya somos amigos, así que es tu deber protegerme, ¿cierto?

Tn se detuvo, volteando la cabeza hacia ella con una ceja arqueada.

—¿Quién te dijo eso?

—Es obvio. ¿Qué clase de amigo dejaría que su amiga quedara indefensa en una pelea? —Enid lo miró como si fuera lo más natural del mundo.

Tn suspiró de nuevo, pero esta vez con una leve sonrisa escondida. Quizá, solo quizá, tener una amiga no era tan malo. Pero no iba a admitirlo fácilmente.

Llegaron al gimnasio donde las clases de combate ya estaban comenzando. Varios estudiantes se encontraban alineados, algunos intercambiando miradas competitivas, otros revisando sus armas o técnicas mágicas. Entre ellos, Miércoles Addams estaba de pie, observando con esa frialdad característica mientras ajustaba su cinturón de armas. Cuando sus ojos negros captaron a Tn y Enid entrando juntos, levantó una ceja.

—Ya veo que la loba tonta finalmente ha conseguido arrastrar a alguien más a su órbita —comentó Miércoles, sin dejar de afilar el filo de su espada.

—Hola, Miércoles. ¿Vienes a unirte a la diversión? —preguntó Enid, ignorando el tono mordaz de su compañera de habitación.

—La única diversión aquí será ver a los débiles ser eliminados de la competición —replicó Miércoles con un toque de satisfacción.

—Bueno, entonces mejor que Tn y yo estemos preparados —dijo Enid con una sonrisa brillante, dándole un pequeño empujón amistoso a su compañero, quien simplemente le lanzó una mirada de advertencia.

La clase de combate comenzó, y pronto, los estudiantes se agruparon en pares para practicar diferentes técnicas. Enid, fiel a su palabra, insistió en que Tn la ayudara a mejorar sus movimientos. Aunque era evidente que Enid no era ninguna experta, lo que le faltaba en habilidad lo compensaba con entusiasmo.

—Estás dejando tu costado desprotegido —observó Tn mientras bloqueaba uno de sus golpes y la desestabilizaba suavemente, haciéndola retroceder—. Si atacas así, te derrotarán en cuestión de segundos.

—¡Hey! Pensé que me estabas enseñando, no burlándote de mí —respondió Enid, frunciendo el ceño.

—No me estoy burlando. Solo te estoy diciendo la verdad —respondió Tn con indiferencia, volviendo a una postura defensiva—. Si no lo hago, lo hará tu próximo oponente, y no serán tan amables como yo.

Enid le lanzó una mirada aguda antes de volver a atacar, esta vez con más precisión. Poco a poco, bajo la dirección de Tn, su técnica fue mejorando. Sin embargo, entre cada intercambio de golpes, sus bromas no cesaban.

—Sabes, no eres tan malo como pareces, Tn —dijo Enid en una pausa, limpiando el sudor de su frente con el dorso de la mano.

—Y tú no eres tan torpe como pensé al principio —respondió Tn, su tono seco, pero había un destello de aprobación en su mirada.

Miércoles observaba desde un rincón de la sala, sus ojos oscuros tomando nota de la interacción entre los dos. Aunque no lo mostraba, estaba algo sorprendida de que alguien como Tn, tan similar a ella en muchos aspectos, hubiera aceptado a Enid como amiga. Sin embargo, no comentó nada. Después de todo, los amigos eran solo distracciones innecesarias.

El día avanzaba, y al terminar la clase, Enid y Tn caminaban de regreso hacia los dormitorios, Enid claramente satisfecha con su progreso.

—Sabes, Tn, creo que me estoy volviendo bastante buena en esto. Quizás podrías ser mi entrenador personal de ahora en adelante.

—No tan rápido, loba tonta. Apenas estás aprendiendo lo básico —respondió él con su habitual tono seco.

—¡Oh, por favor! Con un poco más de práctica, seré una experta. —Enid sonrió, ignorando su tono sarcástico—. Y cuando eso pase, te deberé todo.

Tn soltó un ligero bufido, pero por alguna razón, no se molestó en corregirla. Mientras caminaban bajo el cielo nublado de Nevermore, no pudo evitar pensar que, tal vez, no era tan malo tener a alguien como Enid cerca.

Pero claro, jamás lo admitiría.

Aparentemente Es Amor - Enid Sinclair x TnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora