Operación: Intentemos hablar

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El inicio de un nuevo año escolar siempre traía gente ansiosa, ahora que se encontraba en el primer nivel de Bachillerato, el pensamiento fue suficiente para temblar sobre su cama, mirando el uniforme planchado sobre su escritorio doblado de forma...

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El inicio de un nuevo año escolar siempre traía gente ansiosa, ahora que se encontraba en el primer nivel de Bachillerato, el pensamiento fue suficiente para temblar sobre su cama, mirando el uniforme planchado sobre su escritorio doblado de forma pulcra.

Empezó a recordar sus tareas para el año y suspiró, no tenía ninguna sola idea de como se acercaría a ese chico, le daba miedo con solo recordar esos ojos que parecían no parpadear.

—Es una misión Boned, debes hacerlo, tus antepasados la tuvieron peor, esto es fácil, hay que ser solo amigos, con eso basta— Se dijo a si misma en un intento de tener confort.

Se levantó de su cama y se apresuró a bañarse, por suerte, Edén tomaba en cuenta que despertarse demasiado temprano era algo que desmotivaba al público estudiantil, cosa que le gustaba de la institución y le parecía perfecto.

De repente los recuerdos de su primer año en Edén surgieron en su cabeza como espuma, tenía 12 años, para ella fue mucha suerte el lograr entrar a Edén a esa edad, ya que usualmente no se suele admitir nuevos estudiantes para tal año, pero por alguna extraña razón, pudo hacerlo, además, fue ahí cuando conoció a Demetrius alias el amante del gel.

Ese era otro de los apodos que habían para él en aquella institución, aunque ante los ojos observadores de Ann, en realidad el pelo lacio del Desmond no tenían ninguna capa de brillo que pusiera en evidencia el dichoso producto, pareciera que en realidad usara cera para el cabello, o que simplemente usa el peine cada rato, pensamiento que se le hizo gracioso ya que no imaginaba a aquel chico siendo preocupado por su imagen.

De pronto no sabía cómo sus pensamientos pasaron de su primer día en Edén a Demetrius y el debate escolar de si usaba gel o algún otro producto en su cabello, pero se apresuró a bajar las escaleras y tomar un café ya tibio que había sido preparado por la servidumbre del lugar.

Se despidió de sus nanas y se fue, sin antes toparse de forma estrepitosa con la señora principal de la casa, Edna.

Ella sonrió y sacudió su mano despidiéndose, la mayor asintió sin más, deseándole buena suerte mientras le daba unas palmadas a su cabeza.

Con eso parecía que su día empezaba a mejorar, pronto y al momento, cruzó la calle y se subió al autobús a tiempo, soltando un suspiro mientras se echaba en el asiento, admirando las calles de la ciudad con aburrimiento, el lugar estaba solitario, durante el trayecto podía ver unas personas que madrugaban a sus trabajos y otras que salían a tomar aire o a trotar, la diaria vista de su normal y monótona vida.

El autobús pasó por algunas otras etapas recogiendo estudiantes hasta que finalmente llegaran a la academia, ella esperó a que todos bajaran primero antes de ella seguir, aunque quiera mantener un perfil bajo, simplemente parecía que los susurros a su alrededor se intensificaran con cada paso que daba hacia la entrada, aferrándose a su maleta, pensó en el nuevo salón que la esperaba, por suerte le avisó a sus amigas con tiempo, quienes mostraban su mismo pensamiento ante su padre que había accedido sin consultarle a subirla de curso como cualquier otro estudiante.

¡Misión Corazón! « Demetrius Desmond x Oc  »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora