Ya habían pasado unas pocas semanas desde que Demetrius y Ann pasaban juntos en la biblioteca, más que para tener un mejor entendimiento en las materias que ahora ya entendía, ahora simplemente lo acompañaba al chico en sus horas de lectura, aveces en silencio y otras veces intentando conversar con él, a lo cual el respondía solo lo necesario, Demetrius era una persona de pocas palabras y eso estaba perfectamente bien para alguien tan parlanchina como ella.
Demetrius parecía estar acostumbrándose a su presencia ya que dejó de sorprenderse de encontrarla en la biblioteca en la misma mesa que él sabía usar de forma solitaria, en su propio secreto, él sabía que nadie iba por ese lado del lugar, solo los que limpiaban, ya que, era un lugar muy rebuscado para ser sinceros, las mesas más cercanas casi siempre están en la entrada, solo que él es el tipo de persona que no le gusta estar en un lugar con tantas personas, al menos, soportaba la ruidosa compañía que solo una persona hacía en el lugar.
Ann había tomado la suficiente confianza como bromear un poco con él y se permitió ser ella misma en cuanto vio que realmente Demetrius no tenía problemas con aceptarla tal cual es, ahorrándose la molestia de aparentar una actitud falsa que la llevara a sentirse culpable más adelante.
Esta vez, ambos estaban en la mesa, ella miraba de forma aburrida a Demetrius, había silencio por ahora, ya que no se le ocurría alguna tontería para poner como tema de conversación.
El joven Demetrius por su lado, leía un nuevo libro, está vez sobre política, pero no había ninguna emoción en su rostro al momento de leer, parecía casi aburrido, como si lo leyera por obligación más que por gusto. Ante esto, la muchacha se debatía entre ser atrevida y quitarle el libro a Demetrius para empezar una conversación caótica o simplemente desviar su atención hacia otra cosa, pero no habían más cosas interesantes a su alrededor, todo esto de pensar le empezaba a dar hambre.
Sin más remedio, rodó los ojos con molestia y le quitó el libro de las manos a Demetrius, ni siquiera lo sostenía con fuerza, era demasiado obvio que este libro podría ser mejor usado como almohada que para leer.
-Oye.
Una mirada llena de reproche fue a parar a los ojos cafés de Demetrius.
-Ni digas nada, un poco más y te duermes leyendo esto.
Su respuesta hizo que una mueca aparezca en la cara del Desmond, acostumbrado por su travesía, pidió el libro.
Ann negó - Si tanto lo quieres, dime un resumen, apuesto que con esa gran atencion que le dabas, sí que puedes hacerlo.
El pelinegro se congeló en su puesto, y después soltó un suspiro y tendió su mano, pidiendo el libro otra vez.
-Mira, hagamos esto, yo lo leo y te digo si vale la pena ¿trato?.
Puso el libro en su pecho, esperando una pronta respuesta por parte del chico, quien solo se cruzó de brazos y la miró, un movimiento ligero en su cabeza significando un 'adelante' .
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¡Misión Corazón! « Demetrius Desmond x Oc »
Fanfic"Nosotros los revolucionarios somos héroes silenciosos, planeamos una gran y perfecta revuelta, atacamos con armas y con máscaras, porque tenemos algo que proteger, nuestra familia y nuestra patria, pero esta vez, lo haremos de frente hija mía, West...