"Nosotros los revolucionarios somos héroes silenciosos, planeamos una gran y perfecta revuelta, atacamos con armas y con máscaras, porque tenemos algo que proteger, nuestra familia y nuestra patria, pero esta vez, lo haremos de frente hija mía, West...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Si Ann pudiera contar la tortura que fue ignorar lo más que podía al Desmond mayor por la simple vergüenza de aclararlo todo.
Ella no se consideraba una persona que huía de las responsabilidades después de sus acciones, pero había algo que simplemente la atormentaba demasiado, era una charla demasiado incómoda y podría tornarse de alguna forma algo muy emocional, cosa que no le agradaba demasiado.
Pero aun así, se mantuvo en simplemente ignorar lo que sus acciones realizaron, y aunque ella no quisiera darse cuenta, habían pequeñas y sutiles acciones en Demetrius que habían cambiado ligeramente, tal vez era esa pequeña sonrisa imperceptible cada que compartían una charla pequeña o probablemente sea aquellas veces que ofrecía su mano de una forma caballerosa cada que bajaban las escaleras juntos.
Su estómago se retorcía, no sabía que era exactamente, le daba nervios, pero al mismo tiempo estaba realmente feliz de estos cambios, sentía que aveces su misión pasaba a segundo plano cada que la opción de aparentar ser una adolescente normal se ponía en frente.
Porque eso era lo que provocaba Demetrius en ella, ese sentimiento de simplemente ser normal, pasar por aquellas etapas de adolescencia que cualquier joven desea, una pareja de juventud o alguien que sea tu confidente.
Alguien como ella simplemente no podía permitirse tal cosa, Ann aunque deseaba tomar esa mano fría y pálida, se disculpaba y salía corriendo con una excusa que el Desmond nunca creía.
Ella deseaba con todo su corazón que realmente eso no lo desanimara, ella estaba realmente confundida, no con lo que sentía, pero las decisiones que debía tomar con la cabeza fría se entremezcladas, ella quería pensar como una adulta, olvidando que simplemente tiene quince años.
Para Demetrius, después de aquel suceso no pudo evitar cuestionarse muchas cosas, sus dedos fríos toqueteando sus finos labios como si aquel dulce beso hubiera pasado hace unos segundos, fue entonces cuando puede que haya empezado a sobre pensar algunas actitudes de Ann con él, aquella manera de seguirlo, hablarle cada que podía y de una forma muy rebuscada, podría apuntar a una expresión de celos.
El adolescente no sabía si sentirse emocionado, seguir pensando o intentar llamarla, pero él sabía demasiado bien que después de tal confesión realmente imprevista, ella podría estar realmente avergonzada.
El cuerpo de Demetrius se volteo mientras ponía su cara contra su almohada, él sabía muy bien qué su cara en estos momentos estaba roja, y que aquella sonrisa estúpida oculta bajo la tela de su almohada, no se iría en un largo tiempo.
Los pensamientos del Desmond se debatían de una forma muy grande, él no entendía porqué, cuál fue la razón para ese beso, pero lo que realmente no logra descifrar.
Es "¿Por qué tan siquiera no me siento molesto?"
No era un simple beso, era su primer beso, él no entendí por qué dejó que Ann se lo llevara, no entiende su sonrisa, el sonrojo de su cara, tampoco logra comprender por qué su corazón late rápidamente.