Capitulo 3

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(Maduro + 18)

Estaba decidida, por primera vez me sentía liberada, con alguien con el que sentí algo de conexión, y solo hacia horas que nos habíamos conocido, sin embargo, me sentí cómoda, sin aparentar.

Nos dirigimos hacia el ascensor, era pequeño pero elegante, al cerrarse las puertas, Paul presiona el botón del piso, el cual no llegue a prestarle atención. Mi instinto animal salió a flote, jamás fui de tomar la iniciativa, pero siempre había una primera vez para todo, agarre del brazo a Paul que me miro sorprendido, poniéndolo contra la pared del ascensor, mi boca choca con la suya, fue una necesidad primitiva, fueron solo dos segundos los que tardo Paul en reaccionar, y empezamos a devorarnos, nuestras lenguas luchaban por control, ninguno de los dos cedíamos, hasta que yo hice un espacio suficiente.

- ¿Te parezco que estoy arrepentida? – ambos agitados.

- No...no para nada ... - volvió a devorar mi boca.

Fue con un rápido movimiento que dio la vuelta cambiándonos de lugar, mi espalda ahora estaba contra la pared, una de mis manos rodeaba su cuello, la otra hacia presión en su espalda.

Él estaba sosteniéndome de la misma manera hasta que la mano que se encontraba en mi espalda fue lentamente bajando, que llego a una de mis nalgas y la apretó haciendo presión contra su cuerpo. Devuelta lo sentí duro contra mi vientre, y un suave gemido salió de mi garganta, haciéndolo sonreír en el proceso. Yo en cambio, la mano que encontraba en su cuello fue hacia su cabello en la parte de la nuca y aprete, haciéndole gruñir a él.

Su gruñido casi parecía animal, porque eso es lo que éramos en esos momentos, dos animales adentro del ascensor, su boca se desvío para ir hasta mi cuello, lo lamia y besaba. La mano que estaba en mi cuello y nuca fue bajando lentamente por mi clavícula, hasta rodear mi pecho izquierdo bordeándolo lentamente, haciendo una leve presión, hizo que gimiera devuelta.

La mano que estaba en mi trasero bajo por mi muslo, subiendo mi pierna haciendo que nuestras caderas encajen, haciéndome sentir su erección en mi bajo vientre con más precisión, haciendo una deliciosa fricción.

Mi temperatura estaba por las nubes ya me sentía mojada, Paul seguía lamiendo mi cuello, ya no daba más, hasta que escuchamos el ring del ascensor que nos avisaba la llegada al piso. Nos separamos de a poco más agitados que antes, empezamos a reír como críos.

Salimos de tropezones del ascensor, como si estuviéramos embriagados y lo estábamos, uno del otro. Al llegar a la puerta de la habitación, Paul tironeo de mí, como si fuera un dibujito animado, haciéndome entrar en ella, la habitación era hermosa, me había quedado impresionada, amaba el estilo del hotel y su decoración era muy minimalista y peculiar.

- Wow - digo girando sobre mi eje prestando atención a todo.

- Si, me encantó la habitación cuando me la ofrecieron - dice Paul también admirando la habitación conmigo

- Si... es muy hermosa

- Si lo es - dice a mis espaldas, dándome escalofríos.

Posa sus manos en mis hombros, haciendo pequeños círculos con sus pulgares, cierro mis ojos, soy toda sensaciones en este punto, me da la vuelta lentamente

- Abre tus ojos Olivia, quiero verte - me dice muy bajo, los abro.

Me miraba muy profundamente, sus ojos eran un océano bravío y sus pupilas estaban dilatadas, respiraba un poco agitado era como si el aire de la habitación se hubiera cortado, solo con nuestra mera presencia.

Mis manos se movieron por sí solas poniéndolas en su pecho, sus latidos estaban desbocados, pero una vez que puse mi mano, se empezó a calmar transmitiendo serenidad en ello. Sus manos fueron a mis mejillas, volviéndonos a besar como adolescentes, mis manos recorrieron parte de su pecho hasta que fueron por su espalda, que de a poco se fueron colando debajo de su remera, sintiendo su piel suave al tacto.

The Day We Met...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora