Prologo

2.5K 190 6
                                    

Kara Pv

Me llamo Kara Zor-El, vivía en Argo, mi ciudad natal de mi planeta natal Kriptón.
La gente me miraba extraño cuando iba por la calle acompañada por mi familia. Soy un bicho raro por completo, nací de la cámara génesis como todos, pero hubo un problema durante mi gestación.
Mientras me desarrollaba una de las pinzas metálicas de la cámara me golpeó en la columna y me la partió, por la zona lumbar, mientras iba creciendo, la columna se fue re colocando, pero no tenía movimiento en las piernas. Cuando nací y vieron que no podía moverme, quisieron eliminarme, los médicos como el gobierno decidieron matarme porque no iba a ser útil a nuestra gente, pero mis padres se opusieron y me salvaron la vida.
Mi familia investigó y me crearon una silla con ruedas para poder moverme, tardaron un tiempo, porque jamás se hizo, así que a los siete años tenía mi silla y podía ir a cualquier parte con ella.
Pero no podía salir de casa, cuando lo hacía, iba toda la familia conmigo decían que era para protegerme. Tampoco iba a la escuela, mi familia me enseñaba todo lo que debía aprender y mucho más.

A los doce años, conocí a mi primo, él fue concebido de modo natural, mis tíos no querían usar la cámara. Era un bebé sano y normal.
Y a los trece, todo empezó temblar, tenía mucho miedo, mis padres se sacaron de la cama, ni siquiera me colocaron en la silla, mi padre me tenía en sus brazos y salieron corriendo.

No sabía que estaba pasando, no entendía nada de nada, estaba realmente asustada, llegamos a una zona de escape y vi a mis tíos colocar a Kal-El en la cápsula, y estaban despidiéndose de él.

Mi padre se arrodilló en el suelo y me abrazó con mucho amor y mi madre hizo lo mismo, me dio su collar, me lo colocó en el cuello.

—Kara, nuestro mundo está por desaparecer, hacía un tiempo que sabíamos que iba a pasar, así que tus tíos y yo construimos un escondite para ti y para Kal-El. En otras circunstancias, te pediríamos que cuidaras de él, pero por tu condición no es posible, por ello tía Astra irá con vosotros, contigo más bien.
Vais a ir a un planeta poco avanzado, por lo que sabemos, está lejos de aquí, así que estaréis a salvo. Allí el sol es amarillo y os otorgaran poderes, no sabemos cuales, pero es mejor que lo sepas de ante mano antes que descubrirlo por tu cuenta.—dijo mi padre.
—Pero porque me estáis salvando, no sirvo para nada, dejadme morir con vosotros.—les dije mientras lloraba.
—No vamos a permitir que eso suceda, eres nuestro sol, nuestro tesoro más preciado, te amamos y hemos luchado mucho para que vivas, para que mueras aquí.—dijo mi madre.
—En la cápsula se encuentra todo lo que necesitas, se feliz Kara Zor-El.—dijo mi padre.
—Te amamos, eres lo más importante de nuestra vida, así que vive.—dijo mi madre, me dio beso en la frente.
—Eres nuestro orgullo.—dijo mi padre y también me dio un beso.

Yo estaba llorando, quería pelear para quedarme, pero no podía, era el deseo de ellos de que yo viviera, así que iba hacerlo.
Mi tía me cogió en brazos y vi a mis tíos acercarse a mi, se despidieron también y después mi tía Astra me colocó en la cápsula doble y se colocó justo detrás de mi.
La cápsula de delante despegó, nosotras tardamos un poco más y después salimos disparadas, miré por el cristal y vi a mi familia despidiéndose, lloré mucho.

—Mi pequeña, sé como te sientes, pero no estás sola, me tienes a tu lado.—dijo mi tía, me puso una mano en el hombro y yo la cogí y la apreté.

Miré hacia delante y vi el espacio, no quería ver como moría mi planeta.
Estábamos algo lejos, la nave de mi primo no se veía por ninguna parte, oímos una fuerte explosión, me encogí por el miedo y sentimos que algo nos golpeaba.

—Oh no, no no.—dijo mi tía.
—¿Tía?
—Los mandos no funcionan.

Vi como nos desviábamos del rumbo y acabamos en la zona fantasma.
La nave se paró de golpe, después de un rato navegando por ese lugar.
No había luz, ni estrellas, ni planetas, estaba todo oscuro y solo se veían nubes delante de la nave y nada más.

—¿Tía?
—Lo siento sobrina, estamos varadas en la zona fantasma.
—¿Y que hacemos?
—De momento puedo hacer esto por ti.
—¿Qué?

Sentí de golpe sueño.

—Que duermas bien.—fue lo ultimo que oí.

Amor sobre ruedas (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora