- ¡Me alegro tanto de que colaboraron conmigo! - Dice para mirar a ambos gigantes, cerrando la libreta.
Esa hermosa sonrisa... orgullosa de verlos colaborar, y ellos estaban más que agradecidos de que este bello planeta les escuchara el dolor que cargaron por años y años, nunca nadie se interesó tanto en ellos dos como lo hacía el.
Querían darle una recompensa.
- m-mmm... - Revisa los apuntes con atención, había escrito tanto que le dolía la mano.
Fueron bastante sinceros, eso es algo bueno, y estaba orgulloso de eso, eran unos planetas con unos clavos fuera, cumplieron sus promesa, y dejaron que hiciera su trabajo, ahora la idea era como iba a convencerlos de dejarlo ir...tan solo para ver a su luna y decirle que todo estába bien...aun que no parezca.
Estaba demasiado preocupado.
Se asusto la ver a Neptuno, su paciente, delante de él, tomándolo con algo de fuerza, para luego dar un tierno beso en esos pequeños labios jugosos, Tierra lo tomo con mucha sorpresa pues no esperaba una muestra de afecto de parte de este bello gigante de hielo.
Sin embargo no mostró fuerza para separarse y dejo que procediera, ahora quien tomaba sus caderas era urano, posionando su trasero en su regazo, acariciandolo con suavidad sobre un bulto que no estaba despierto todavía.
Está vez....iban a ser tiernos con el...se lo merecía.
- A-Agh~... - Sus ojitos se pusieron llorosos al tener algo tan duro siendo frotado con su trasero. El cual tampoco era la gran cosa.
Era alguien muy flaco y no tenía caderas envidiables o algo por el estilo, tampoco un trasero gordo o redondo bien formado, pero aún así los mayores por alguna razón lo amaban.
Iban con cuidado, recordemos que la tierra tiene cicatrices hechas por sus raptores. Quienes seguían provocando que el pequeño se prendiera una llama que disfrutaba tener en su interior, una que no podía apagar por si mismo.
- AH~...AAH...~ - sentía perfectamente que su trasero empezaba a doler por culpa de una erección provocada por sus mismas nalgas.
Neptuno callo esos bellos gemidos, con un beso tierno, metiendo otra vez su larga lengua azul oscuro pero a la vez brillante hacia su garganta lentamente, callando los fatídicos y excitados gemidos del planeta que tanto ama.
Tierra presentaba ahogadas pero a los mayores no les interesaba, se ahogaba brutalmente pero continuaba besándolo con pasión disfrutando esos bellos ahorcamientos que hacía su lengua dentro de su garganta.
Finalmente la tierra no pudo más y neptuno lo soltó permitiéndole respirar otra vez, tosiendo con fuerza babeando por su menton, odiaba admitirlo pero...fue increíble mientras duró, neptuno se junto más a el acostando su débil cuerpo por su regazo, pronto tierra se aferró a el y empezaba a gemir descontrolado pues cada vez el duro miembro que estaban acariciando sus gluteos se hacía más grande.
Urano enojado quitó la ropa inferior de su esclavo y las suyas, mostrando su miembro... Acostado y desesperado por hacer el amor con su adoración.
Tierra trago duro, nervioso , pero de una o otra forma debía entrar para destruirlo internamente, en eso un pequeño golpe en su mejilla llamo su atención, y al voltear se topo con otra gran intimidad...solo que está vez era más azul.
Neptuno tomó su mano con delicadeza para que tocara aquella ereccion, erección creada por el planeta con vida, acariciándola como un pequeño perrito, Neptuno mordió su labio, las cálidas manos de su gran ángel salvador calmaban su locura de devorar.
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𝑷𝒔𝒊𝒄𝒐𝒍𝒐𝒈𝒐.
Random𝗨𝗿𝗮𝗻𝗼 𝘆 𝗻𝗲𝗽𝘁𝘂𝗻𝗼 𝘁𝗶𝗲𝗻𝗲𝗻 𝘂𝗻 𝗻𝘂𝗲𝘃𝗼 𝗽𝘀𝗶𝗰𝗼𝗹𝗼𝗴𝗼 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗹. Está historia no es para normalizar, es para incomodar, asquear al lector. Recuerda ¡Leer está bajo tu propio riesgo! (Esta historia no busca romantizar o...