Las nubes cubrían el cielo, haciendo que los rayos del sol apenas llegaran a la tierra. Pero daba igual. Ya no quedaban muchas personas que vieran las ruinas en las que las grandes ciudades se habían convertido. Los edificios ahora no eran más que silenciosos monumentos a una especie que prácticamente yacía extinta, olvidada, todo por las armas que ellos mismo habían creado y usado sin pensar en el daño que estaban haciéndose a sí mismos.
Ahora las calles ya no estaban infestadas de gente caminando a todas partes. Ya no había autos funcionales, barcos o aviones. ¿Cuántas veces había temido que ese día llegara? ¿Cuántas veces se había dicho a sí mismo que al final todo estaba en su cabeza? Él siempre creyó en la bondad humana, en su habilidad para recapacitar antes de que todo fuera tarde… fue tan crédulo.
Las nubes negras en el cielo no eran producto del proceso natural por el que pasa el agua, era el resultado de todas las fábricas y plantas de energía nuclear que habían estallado al no haber humanos que las regularan. El suelo apenas y producía árboles, y era digno de llamarlo milagro cuando crecían hasta que producían un fruto.
Las aguas fueron secándose o congelándose debido al proceso de calentamiento global, el cambio climático a nivel total. Y el aire era pesado y difícil de respirar. En otras circunstancias todo eso hubiera sido más que suficiente para llevarlo a la locura, a querer tomar el camino fácil y dejar todo atrás. Pero él no podía darse el lujo para hacerlo. No porque él ya estaba casi loco, sino porque tenía alguien a quien proteger, una niña que le daba esperanzas de que todo pudiera mejorar y que el caos que lo rodeaba no era más que una pesadilla. Y él sólo estaba esperando a despertar.
Simon miró como a la lejanía se asomaba una de las últimas hordas de mutantes. Todos ellos, alguna vez humanos, escurrían baba verde de sus bocas y ojos, señal de que estaban hambrientos y deseosos de destruir cualquier forma de vida a sus pasos. Sus músculos se tensaron al sentir las vibraciones de la corona, apenas colgando de un hilo atado a su pantalón—¿Recuerdas lo que te dije hace unos meses? —preguntó el anciano de piel azulada.
—Que sólo te quedaba un año de cordura —el anciano asintió— pero que si usabas esa corona, te quedaría menos —el anciano volvió a asentir. La sola idea de que tuviera que volver a ponerse tal objeto asustó a la niña— por favor, no lo hagas. No sabemos si volverás.
Al fin había podido hablar con la corona y habían llegado a un acuerdo, él le entregaba su cuerpo a cambio de un año de cordura. Siempre y cuando no se pusiera la corona, puesto que reduciría ese tiempo. Además, la corona no corrompería más su mente. Pero no había muchas opciones. Mantuvo sus ojos cerrados, tenía una niña a la que cuidar y si para lograrlo debía sacrificar su cordura, lo haría sin pensarlo dos veces.
Simon sacó de lo que quedaba de su saco una vacuna— ¿Recuerdas que es esto? —la niña asintió— Cuando todo acabe, si crees que ya no queda nada de cordura en mi ¿ya sabes que hacer, sin importar qué?
La niña tomó con temor la vacuna. Odiaba todo lo que representaba, odiaba la idea de tenerla entre sus manos y odiaba, tanto como temía, el tener que usarla algún día en el anciano. Simon mostró la mejor de sus sonrisas, logrando calmar a la niña frente a él.
—Debo inyectártela para que caigas en un sueño profundo —antes de que las lágrimas empezaran a salir de los ojos de la niña, Simon la consoló con un abrazo— y luego debó irme, para jamás volver a verte… No es justo ¿Por qué no huimos? Seré una buena niña, lo prometo.
La pequeña había elevado su mano derecha en señal de que era una promesa solemne entre ella y su amigo y protector.
—Sé que serás una buena niña. Pero no hay nada que pueda hacer, no si quiero protegerte. Esas cosas nos han seguido hasta acá y no pararan hasta atraparnos… amenos que alguien los detenga… y sabes que soy el único que puede detenerlos —El anciano le dio la espalda. Los mutantes estaban cada vez más cerca— ahora ve a esconderte.
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El Fin De La Maldición
Adventureal chile Simon es mi personaje favorito de hora de aventura así que como ando sin chamba estaré publicando historias