Capítulo 4

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Alaric estaba muy nervioso a la hora de llamar a Elena Salvatore. Para él era muy importante contactar con ella, debía cumplir la promesa que le había hecho a su amigo y debía hacerlo bien. Por eso, no podía darle a la chica el mensaje de Damon por teléfono, sino que tenía que reunirse con ella y hablar cara a cara. Pero claro, ¿qué le podía decir para que esta accediese a verse con él sin decirle el motivo siquiera de la cita?

-¿Diga? –dijo una voz femenina al otro lado de la línea telefónica.

-¿Elena Salvatore?

-Sí, soy yo.

El británico tomó aire antes de hablar, aprovechando ese breve momento para pensar qué decir:

-Me llamo Alaric Saltzman y tengo un mensaje para ti que preferiría dártelo en persona.

-Ah... Claro –murmuró ella claramente confusa-. ¿Cuándo y dónde podríamos quedar?

-Vives en Nueva York, ¿no?

-Sí, exacto.

-Mañana mismo puedo coger un vuelo hacia allí.

-¿No se estaría tomando muchas molestias por mí, señor Saltzman?

-Para nada. Se lo debo a un buen amigo.

Dejando a la chica desconcertada con esa extraña conversación, Alaric se dirigió hacia Lockwood para hacer que este cumpliese su promesa de llamar al Gobierno de Estados Unidos y le concertase una cita con ellos. Por mucho que insistiese en que era muy importante hablar con ellos, Alaric se tuvo que conformar con tener una reunión dentro de tres días.

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Tras haber visitado a los familiares más cercanos de sus difuntos compañeros que fueron con él a Corvus y darles el pésame, Alaric tomó un vuelo y se plantó en Nueva York, donde había quedado en reunirse con Elena en casa de esta.

Elena era una hermosa joven morena de cabello largo, cuyos ojos marrones tenían un brillo apagado y triste. Era menuda y se la veía demasiado delgada como para haber tenido un hijo recientemente. Por lo que Alaric pudo apreciar, la chica no parecía estar pasando por un buen momento, algo muy comprensible cuando su marido llevaba un año secuestrado en un país extranjero.

La joven le saludó cordialmente y le hizo pasar al salón. Mientras la seguía, Alaric vio que había muchas fotos del matrimonio y sonrió ampliamente al ver cómo su amigo parecía tan feliz. Le hizo gracias verle tan afeitadito y con el cabello tan corto, puesto que él le había conocido en una época muy diferente de su vida. Incluso sus ojos azules se veían más intensos en esas fotos. También se notaba el cambio en Elena, quien también se veía resplandeciente de felicidad en las fotos.

-Lamento haberle hecho tener que venir hasta mi casa –se disculpó ella sinceramente, con algo de nerviosismo-, pero no he podido encontrar niñera en tan poco tiempo.

-No hay problema –sonrió Alaric de forma cordial, aliviado también por saber que el bebé de su amigo llegó a nacer y que seguramente estaría sano.

Los dos tomaron asiento cuando ella lo propuso.

-Y bien, ¿qué es eso tan importante como para que el reportero más famoso de Gran Bretaña tenga que tomar un avión y presentarse en mi casa? –preguntó la chica, dedicándole brevemente esa media sonrisa burlona que a Alaric tanto le recordaba a alguien.

-Veo que se te ha pegado ese gesto de él.

Elena se puso seria al momento y se puso aún más nerviosa. No podía ser lo que ella estaba pensando, no podía estar refiriéndose a él.

Reportero de guerra (Fanfic TVD - Delena)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora