Durante la estancia de Alaric en la celda en Corvus, ninguno de los dos rehenes había sufrido torturas ni malos tratos por parte de sus captores. Por ese motivo, Damon no quiso decirle al británico que eso era una anomalía allí y que los terroristas no eran tan pasivos como él creía.
En cuanto Ric fue liberado, las torturas regresaron a la vida de Damon, quien sufría duras palizas constantemente o le cortaban superficialmente con cuchillos y dejaban que las heridas sanaran solas. A veces, le sumergían la cabeza en un barreño de agua y le tenían así hasta que apenas le quedaba aire en los pulmones o incluso le electrocutaban por pura diversión. Todo esto lo grababan y se lo enviaban a EE.UU., aunque el chico supuso que no se hacía público porque sino Alaric lo hubiese recordado y le hubiese comentado algo al respecto. Eso era lo único que le confortaba al periodista americano, pensar que ni su mujer ni el resto de su familia veía la tortura por la que pasaba, que vivían ajenos a esto.
Una noche, Damon estaba en su celda, tirado en el suelo intentando dormir, cuando escuchó mucho ruido en el exterior y voces gritando enfadadas. Cada vez se oían más cerca de él y el chico pensó que la hora de su muerte había llegado y, por extraño que pareciese, no tenía miedo.
La puerta se abrió bruscamente y, en la penumbra Damon solo alcanzó a ver cómo un par de hombres armados empujaban al interior de la celda a un hombre de pelo oscuro de unos treinta y pocos años vestido con uniforme militar. Nada más irse sus captores, este se puso a rechistar:
-Estúpidos terroristas... -se quejó el nuevo con un marcado acento británico-. Se han querido pasar de listos pensando que si han pagado el rescate de un reportero, pagarían mejor por un soldado.
-Por eso mi país no negocia con esta gente.
-Y por eso ambos vamos a pudrirnos en este maldito agujero.
-Mi anterior compañero de celda era más positivo –le recriminó en broma Damon.
-Y tenía motivos para ello, pero yo soy realista. ¿No me irás a decir que tú tienes esperanzas de salir de aquí?
-Sino paran de meter gente aquí, acabarán liberándonos por falta de camas –bromeó el americano, provocando la risa de su compañero.
-Me has caído bien, tío. Soy Enzo.
-¿Sin apellido?
-Solo Enzo. Pero tú sí que tienes un apellido, ¿verdad, Damon Salvatore?
-¿Cómo sabes mi nombre?
-Tu chica lleva todo un año buscándote sin descanso –le aseguró el soldado-. Tu geta ha salido en los periódicos de medio mundo. Y no solo eso, también en televisión y radio hablan de ti.
"Además, tu amigo Salzmann ha hecho un reportaje buenísimo sobre la situación de Corvus, de los peligros que corre la población civil y de la dura vida de un reportero de guerra. Eres como una estrella de cine ahora.
-Le pedí a Ric que le dijese a Elena que tenía que continuar adelante con su vida, no que renunciara a ella por mí.
-¿Qué esperabas que hiciera la madre de tu crío sino luchar por tu libertad?
-¿Sabes algo sobre el bebé? –se interesó el chico, poniéndose hasta nervioso por la posibilidad de conocer algo de su bebé.
-Alaric hizo un reportaje especial sobre tu cautiverio y puso alguna foto del niño.
-¿Es un niño? –sonrió ampliamente Damon, muy emocionado con esa simple información.
-¿No lo sabías? Bueno, entonces tampoco sabrás cómo se llama, ¿no?
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Reportero de guerra (Fanfic TVD - Delena)
FanfictionCientos de periodistas se juegan la vida en las zonas en conflicto armado para hacernos llegar la información de lo que allí ocurre. La vida de un periodista de guerra es peligrosa y, pesa a ello, se le da muy poco reconocimiento a la dura y arriesg...