Capitulo 1: Conociendo lo Sobre Natural

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Era otro día pintado con la monotonía que se había convertido en su sombra constante. Izayoi se alzó del césped, donde yacía sumergido en la apatía de momentos previos, y dirigió su mirada hacia el firmamento teñido de tonalidades crepusculares. El sol, como de costumbre, se ocultaba en el horizonte, marcando el fin de un día más en su existencia carente de emoción. La pregunta se insinuó en su mente como una leve chispa: ¿habría algo intrigante esperándolo mañana, o acaso el día después?

Un suspiro de aburrimiento escapó de sus labios mientras se encaminaba hacia su morada. Las pisadas resonaron en la calle principal de la ciudad, y de inmediato, sintió sobre él las miradas de quienes compartían ese espacio. No le sorprendía en lo más mínimo; su fama como el inquieto chico problemático de la escuela preparatoria precedía su presencia. No obstante, él optó por ignorar las miradas indiscretas y, con una sonrisa pícara, se alejó con elegancia.

No obstante, un recuerdo se coló en su mente y lo detuvo en seco. Un pequeño detalle que había pasado desapercibido: no había adquirido provisiones de comida para el día. El supermercado, olvidado en su rutina diaria, se manifestó como una carencia urgente. Izayoi, con una expresión entre divertida y resignada, se detuvo en medio de la calle, evaluando sus opciones ante la perspectiva de una cena ausente.

Con un gesto reflexivo, Izayoi exploró su bolsillo y extrajo un puñado de billetes. Una pequeña fortuna que le aseguraba, al menos, un respiro en la batalla contra el hambre que amenazaba su día. Su atención se posó en la distancia, donde un modesto establecimiento titilaba entre las sombras urbanas. Una sonrisa de anticipación se dibujó en sus labios; quizás, al fin y al cabo, la fortuna le sonreiría en forma de comida.

El local se materializó ante él mientras se acercaba, y con la decisión de un conquistador hambriento, tomó asiento en su interior. La camarera, con la paciencia típica de quien trae alivio a los hambrientos, se aproximó. Con una mirada llena de expectativas, Izayoi solicitó un plato humeante de ramen, como un guerrero ansioso por saborear la victoria en su máxima expresión.

Entre tanto, mientras aguardaba su pedido, sus ojos vagaron por el pequeño local. La escena se pintaba con una paleta de tranquilidad, aunque la excepción a la regla llamó su atención. Un hombre de cabello rubio y castaño, una combinación capilar peculiar, se destacaba en el rincón. Ataviado con una Yukata de tono marrón, desafiaba la monotonía de la noche. Parecía inmerso en su propio mundo, y la serie de copas de sake que lo acompañaban insinuaban que aquel hombre estaba en una danza etílica propia. Izayoi, con curiosidad encendida, observó al extraño personaje mientras aguardaba a que el ramen calentara su estómago y su noche.

El enigmático hombre esbozó una sonrisa al descubrir la presencia de Izayoi.

— Hey, chico, ¿no es una noche perfecta para disfrutar de unas copas? —soltó, deslizando la propuesta con una chispa de complicidad en sus ojos.

Izayoi clavó su mirada en el hombre, y con una sonrisa sarcástica, respondió:

— Sí, pero sería aún mejor si no estuviera solo.

El hombre asintió, complacido por la respuesta del joven.

— Tienes razón, chico. Un buen Sake se aprecia mejor en buena compañía.

Sin demora, sirvió un poco en uno de los pequeños platillos y lo deslizó hacia Izayoi, como un gesto de camaradería inesperado.

— Entonces, acompáñame a brindar. No lo dijiste tú mismo, es mejor disfrutar de la bebida en buena compañía.

Izayoi esbozó una sonrisa agradecida, pero rápidamente señaló la situación.

— Es muy amable de tu parte, pero, ¿sabes? Todavía soy menor de edad. Podría acusarte de intentar darle alcohol a un menor.

Izayoi En High School DxDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora