...✎ #17. El Presidente del Consejo Estudiantil

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Punto de Vista: Zee

—¿Y cuál es tu excusa ahora? —Gigga se cruzó de brazos.

Exhalé. Pregunto, ¿cuál es el problema de esta mujer? ¿Acaso quiere provocar otra discusión?

—No me excuso.  Simplemente no me apetece encargarme mañana del proyector para la Noche de Películas porque para eso tenemos asistentes. Quiero disfrutarme la película con mis amigos.

Y, bueno, "con amigos", me refería a NuNew.

—Últimamente no estás.  Supervisaste la actividad de San Valentín, pero nunca te apareciste en la mesa de comida del Festival de las Flores y para la semana de la ciencia... ¿Te quedaste con tu compañero presumiendo de su maqueta?  Nunca te había visto tan vago. 

¿Se atreve a llamarme vago? ¡¿A MÍ?!

—¿Vago?  —suelto una carcajada sarcástica.  —¿Acaso no pueden hacer nada sin mí? —Hago una pausa para dar un paso hacia el frente, desafiando con la mirada a la chica que alguna vez fue mi mejor amiga.

—¿Tengo que estar encima de ustedes para que se pongan a hacer algo? —Repaso con la mirada a todos mis compañeros.

Ellos evitan mi mirada. Eso, debería darles vergüenza.

—¿Me encargo de absolutamente todos los preparativos y aún así ustedes no pueden correr las actividades por ustedes mismos?

—¡No es eso, Zee! ¡Es que tu presencia es importante! —Gigga manotea al aire.  —¡Por Dios!, ¡eres el Presidente del Consejo y de la Clase!

—¡Es importante, pero no necesaria! —Refuté. —¡Dejen de estar reventándome las pelotas con cosas innecesarias!

Seguido de mis palabras un silencio profundo inundó la sala de reuniones. Mi pecho subía y bajaba a causa de mi respiración errática. Antes de darme cuenta tenía los puños apretados y el rostro me ardía. No puedo seguir así. No puedo seguir discutiendo por algo que no tiene caso.

—Tenemos asistentes para esto mismo. —Hablé con un tono de voz más pausado. —Así que, un asistente se encargará del proyector. Listo. —Con eso decidido, dirigí mis pasos hacia la salida sin darle tiempo a nadie para contradecirme.

Di un portazo a la puerta, pero enmudecí cuando encontré a NuNew en el pasillo.

—Hey... —dijo tímido mientras sus deditos aferraban con fuerza a la correa de la mochila.

—Hey... —arrugo mi nariz con leve vergüenza— ... dime que no escuchaste eso.

—L-Lo siento, sí lo hice. —Me dedicó una mirada llena de pena.

—No te preocupes —balbuceé rodeando sus hombros con mi brazo.

Siento su cuerpo encogerse levemente. Aún no se acostumbra a que haga esto, a que acorte nuestra cercanía y me atreva a casi cortejarlo frente a todos.

—Más pena me da a mí que veas esta parte de mí.

—No pasa n-nada, quiero conocer todo de ti.

OPUESTOS | ZeeNuNewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora