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The Gunslinger
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《________ ERSO》

¿Te has preguntado alguna vez si podrías amar de nuevo?

Aquella pregunta seguía rondando en mi cabeza, una y otra vez, sin mencionar lo último que dijo claramente. Lo que ocurrió en Venus, fue algo... recorfortante.

Cuando el Mandaloriano al principio dejó de hablarme después de aquella ¿confesión? o ¿comentario?, ya ni se como describirlo, se lo notaba incómodo, hasta que poco a poco comenzó a soltarse en sí.

Durante los siguientes 5 meses, la situación con él se estuvo poniendo cada vez más extraña, de una buena forma. En cada lugar que pisabamos, parecía que nos acercábamos más uno del otro y eso... me gustaba.

De vez en cuando retomabamos la misma conversación ocurrida meses atrás, ya que en cada parada, veiamos a cualquier humano o especie interactuar amorosamente, era como si el mismo universo nos dijera que el amor no sirve para nosotros, y contarle a alguien que sientes una confianza sobre tu pasado, incluso aquel que fue doloroso, es como una forma de sanar esas heridas, pero muy lentamente.

Peleábamos mano a mano defendiendo al niño o el Crest de quienes querían llevárselo, también de aquellos que querían la armadura de Mando o incluso mi cabeza, no fue impedimento un par de créditos al azar al descubrir que algunos de ellos valían un buen pago.

De vez en cuando decía cosas agradables de mi compañía y yo de la suya, como forma de agradecimiento. También cocinaba para los tres, ya que Mando una vez quemó la comida por entretener al niño y definitivamente yo quede como la cocinera oficial del Razor Crest. Aunque casi siempre se iba a la cabina a cenar solo, otras veces nos acompañaba en silencio a mi y al niño.

Su presencia en mi vida se está volviendo confusa, y no quiero que esto esté constantemente en mi cabeza, aunque a la vez no me veo en otra situación...

A veces, necesitamos soltar ese peso para encontrar algo nuevo.

Pero mis pensamientos fueron interrumpidos por una pequeña nave que nos perseguía

- Entrega las presas Mando... tal vez te deje vivir- al parecer era otro caza siguiéndonos, y los disparos de todas formas llegaron al Crest mientras el hombre de metal trataba de volar en maniobras evasivas

- Astoria, agarra al niño y sujetate- sin pensarlo dos veces coloqué al niño entre mis brazos y me puse el cinturón de seguridad, estaba concentrada diciéndole palabras dulces al niño para que este tranquilo, cuando escuché una frase muy conocida para mi

-... o puedo llevarte frío- esa frase no cualquiera la dice, siento que alguna vez la habré escuchado, el niño se removió inquieto y trate de acurrucarlo más a mi, hasta que finalmente la nave fue destruida.

El crest apenas podía mantenerse en el espacio, y la única oportunidad de poder arreglarlo era ir a un planeta más cercano, el problema... es que el único accesible era Tatooine. Apenas entramos al sistema nos dirigimos a la bahía 3-5 y con mucho cuidado aterrizamos en Mos Eisley.

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