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Too Sweet
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Narrador》

Durante los últimos dos días, el Mandaloriano busco la forma de poder volver a Tatooine y con los créditos sufícientes para aumentar aún más los suministros.
Estaba ansioso y desde que había dejado a la mujer y al niño con la mecánica, no dejó de pensar en ellos por un segundo, especialmente en Astoria.

Aquella ex-Rebelde estaba en su mente como una hermosa canción... dulce... recitando una y otra vez los versos de lo perfecta que era y cuando ansiaba estar con ella nuevamente.

Al principio la misión estaba por buen camino, conoció a un par de idiotas... según él, los metió a todos a la cárcel y final feliz al ver a los pilotos de la República acercarse a la nave de Ran para destruirla.

Al regresar, y robar una cantidad enorme de créditos en la nave de Ran, se dirigió a Naboo a comprar mercadería; tardó demasiado, su viaje no debería ser tan largo, pero decidió darse un tiempo para sí mismo... y plantearse varias cosas.

El Mandaloriano navegaba por el hiperespacio, con su mente inquieta y su corazón lleno de pensamientos encontrados. Mientras el paisaje estelar fluía frente a él, se encontraba sumido en la contemplación de su propia alma, cuestionándose cosas que, alguna vez, había considerado.

¿Qué era lo que sentía por Astoria?

¿Cómo podía un guerrero endurecido como él, ser presa de emociones tan poderosas como el amor?... bueno, el tiempo, la pérdida y el dolor por ese mismo sentir, lo endureció.

Un destello de ________ lo invadió una vez más, recordando su rostro delicado y su mirada profunda que parecía penetrar hasta lo más íntimo de su ser, tenía ese sentir como Astoria, y hay cosas que no puede ignorar, como el hecho de que se parecen bastante... mentalmente.

Recordó cada momento que habían compartido juntos, desde su primer encuentro en el campamento del Ugnaugth hasta sus conversaciones íntimas bajo las estrellas de Venus. Cada sonrisa, cada gesto, cada palabra intercambiada resonaba en su mente como un eco suave pero persistente.

Una encrucijada emocional surgió en él, luchando contra las barreras que había erigido a su alrededor para protegerse de cualquier vínculo emocional. Sin embargo, Astoria había logrado infiltrarse en su corazón de una manera que él ya no pudo evadir. Cada pensamiento de ella lo llevaba a un lugar de vulnerabilidad y anhelo, un lugar al que había jurado no volver a visitar jamás.

¿Podía permitirse abrir su corazón de nuevo después de la pérdida que había sufrido? _________ hubiera querido que él siguiera adelante, al principio parte de sí mismo se fue con ella y su vida de un momento a otro se endureció y perteneció a la oscuridad, siendo un muerto en vida; pero cuando lentamente conoció a Astoria, su corazón comenzaba a bombear una vez más.

A medida que el tiempo pasaba, sus pensamientos se volvían más claros.
Ya no podía negar la verdad que ardía dentro de él: estaba enamorado.

Y no era un amor fugaz o superficial, era profundo y arraigado, como las raíces de un antiguo árbol.

Se imaginaba un futuro junto a ella, compartiendo momentos de felicidad y tristeza, de victorias y derrotas. Se imaginaba despertar cada mañana a su lado, sintiendo su calor y su presencia reconfortante. Se imaginaba envejecer juntos, con arrugas y canas, pero con el amor que nunca se desvanecía.

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