Capítulo 1

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Una mañana antes de ir a clase, Elena estaba en su habitación, sentada en su cama y escribiendo en su diario.

"Querido diario,

Hace algo más de un mes que me convertí en vampira. Tendré 17 años por el resto de la eternidad, congelada en el tiempo sin poder avanzar, sin poder tener una familia como siempre soñé...

Al principio fue un asco, mis emociones estaban a flor de piel y no paraba de llorar por mis padres y estaba de malhumor cuando no. Las ganas de beber sangre nunca fue un verdadero problema, Caroline me enseñó a controlar mi hambre y creo que lo tengo bajo control, pero aún no me he atrevido a alimentarme directamente de un humano. Mi miedo a matar a alguien me hace aferrarme a las bolsas de sangre que Jeremy roba para nosotros.

Pero mis problemas no acaban ahí. Sé que Klaus está muy cabreado conmigo por haberme convertido. Él quería mi sangre para crear su ejército de híbridos, y más aún después de haber visto en Tyler una muestra de lo letales que pueden ser estos, pero siendo vampira no le sirvo. Esther tiene bajo amenaza a sus hijos, pero no sé por cuánto tiempo eso detendrá a Klaus. Me temo que su sed de venganza es más poderosa que el miedo a su madre.

Por mucho que haya cambiado mi vida ahora y por mucho que se haya complicada esta, tengo la extraña sensación de que solo es el comienzo. Bonnie dice que presiente algo, jamás la había visto tan preocupada por una de sus visiones desde que predijo la llegada de Katherine a Mystic Falls.

Sea lo que sea, estoy convencida de que lo cambiará todo para bien o para mal. Esto puede parecer muy aterrador, pero yo no lo siento así. Algo me dice que el universo esta vez está inclinando la balanza a mi favor".

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Como todos los días de instituto, el de esa mañana fue bastante tranquilo. Las clases eran tan aburridas como esperaba, aunque Elena tuvo que reconocer que la de Historia fue muy interesante. No solo porque el profesor fuese su tío y un gran narrador de historias interesantes, sino también porque, por primera vez, alguien se había atrevido a contradecir al profesor Saltzman. Un chico le dijo que el número que había dado de víctimas civiles en la batalla de Willow Creek era incorrecto.

"Cómo no" resopló Elena para sí, "tenía que ser Salvatore..."

Si había una Familia Fundadora que detestaba la chica esa era la de los Salvatore, siempre creyéndose superiores al resto, siempre capitaneando luchas por causas absurdas. Por lo que narraban los diarios de los Gilbert, los Salvatore siempre han llevado la voz cantante en todos los asuntos del Consejo, aunque con mucha sutileza, puesto que dejaban creer a los Lockwood que ellos mandaban, pese a que siempre escuchaban los consejos de los Salvatore y llevaban a cabo sus propuestas. Y, por lo poco que sabía de él, Stefan era igualito a sus antepasados. Y pensar que a Elena aún le quedaba un año teniendo que aguantar sus tonterías...

-Puede consultarlo en los archivos del pueblo, por si le apetece poner al día su información –le desafió el chico al profesor, con una sonrisa burlona.

Tanto Alaric como Elena sabían perfectamente que esos datos eran erróneos, ya que se contabilizaron la muerte de personas que no murieron realmente, en su mayoría vampiros. Pero, claro está, eso no era algo que podían decir pese a que ese chulito se mereciese que le cerrasen la boca.

-Tenga por seguro que consultaré esos archivos, señor Salvatore –le dijo Alaric, devolviéndole una mirada desafiante.

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Al salir de clase de Historia, Elena y sus amigas se pusieron a comentar lo sucedido entre el profesor y Salvatore.

Conocían a Stefan de toda la vida y, aunque nunca habían tenido mucho contacto con él, las chicas habían sido capaces de apreciar el cambio que este había sufrido. La muerte de su padre cuando él tenía 5 años le hizo ser un niño apagado y retraído, pero lo que realmente le afectó fue que su hermano Damon, antes incluso de cumplir la mayoría de edad y sin terminar siquiera el instituto, se largase de casa dejándole solo con su tío Zach. Desde ese momento tan doloroso para el chico, donde vio cómo la persona más importante para él se marchaba de su vida sin dar explicaciones, Stefan pasó de ser un chico tímido y agradable a convertirse en un arrogante antisocial, alguien con quien era mejor ni toparse siquiera.

Elena sentía pena por él, puesto que ella sabía más que nadie lo que era perder a la mayoría de sus familiares a una edad tan joven. La gran diferencia entre ellos dos era que la chica se rodeaba de amigos y seres queridos que la apoyaban y velaban por ella, mientras que Stefan carecía de amigos, su tío era un ser frío y dictatorial y su hermano no parecía mostrar ningún interés por él. De hecho, Damon no había vuelto a Mystic Falls desde que se fue, y de eso ya hacía ocho años.

-No sé, el chico lo ha pasado muy mal... -comentó Bonnie, quien era tan bondadosa que siempre salía a la defensa de todos.

-Nada de esto le da derecho a Stefan de comportarse como un capullo con todo aquel que se atreve a hablar con él –la contradijo la chica Forbes.

-Exacto –asintió Elena, de acuerdo con la afirmación de su amiga rubia-. Tener una vida difícil no es excusa para ser un cretino.

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Elena estaba una noche en el Grill con sus amigos, disfrutando de la compañía e intercambiando bromas. Por desgracia en la nueva vida de estos, los buenos momentos no duran mucho tiempo. La joven Gilbert no supo si fue una casualidad pero, a propósito o no, Klaus Mikaelson eligió esa noche precisamente para ir al bar a beber solo.

El vampiro no le quitaba el ojo de encima a Elena, quien sintió una presión en el pecho debido al miedo a qué estaría maquinando este para fastidiar más aún sus vidas. Por esta razón, la joven se ausentó para ir al baño y, estando allí, oyó un par de personas dirigiéndose a la parte trasera del bar. Elena sabía que uno de los dos era el híbrido Original porque le había oído hablar.

-He visto cómo la mirabas ahí dentro –dijo una voz masculina que le sonaba familiar a la chica.

-¿Y qué vas a hacerme, Salvatore? –se burló Klaus de él-. No eres rival para mí.

La vampira se acercó más hacia ellos y abrió la puerta trasera ligeramente para ver a quién pertenecía esa otra voz. Se extrañó mucho al ver a Zach Salvatore plantándole cara al Original y lo más curioso aún era que, al parecer, estos dos se conocían.

-Sino te alejas de Elena, voy a clavarte una estaca en el corazón –le amenazó el humano con firmeza.

Elena no supo qué le sorprendió más, si el hecho de que Zach supiese que Klaus era vampiro o que hablase de ella y encima para defenderla.

-Soy más fuerte de lo que crees, una simple estaca de madera no acabará conmigo.

-Pero sí una del roble blanco original y yo tengo una.

"¿Hay un arma para matar a un Original?" se sorprendió Elena al oír esa nueva información.

-Vas de farol –dijo Klaus empezando a ponerse nervioso-, ese árbol se destruyó hace siglos. Yo mismo lo quemé.

-Mi familia se ha estado preparando para enfrentarse a Los Originales toda su vida, tenemos un par de ases bajo la manga.

-¿"Tenemos" dices? –rió ahora el vampiro con burla-. Tu hermano y su queridísima esposa murieron hace años, uno de tus sobrinos se largó del pueblo y el otro no podría levantar ni una simple piedra.

"Puede que en su día fueseis grandes rivales, pero eso se acabó. Estás solo en esto, Zach, y no me das ningún miedo.

Elena no podía salir de su asombro, ¿cómo que los Salvatore había estado preparándose para enfrentarse a Los Originales? La chica sabía que existía un Consejo secreto en el pueblo formado por las Familias Fundadoras que daban caza a los vampiros, pero de ahí a ser los encargados de semejante deber...

-Esta noche no me apetece matarte, Zach –le dijo el vampiro al hombre-. Pero ya hablaremos tú y yo sobre esa estaca de roble blanco que presumes tener.

Y, sin más, Klaus desapareció en la noche, dejando a un más que enfadado Zach.

Donde se ocultan los demonios (Fanfic TVD - Delena)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora