Capítulo 1 - Las hojas del tiempo

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Hospital San Gabriel.

Frente a las ventanas del segundo piso de este hospital, un majestuoso árbol Sakura desplegaba su esplendor con gracia. Todos podían ver como sus delicadas flores rosadas danzaban con la brisa y el viento. Sin embargo, en un conmovedor simbolismo, sus ramas empezaban a desnudarse, dejando atrás un tapiz de hojas que testificaban el cambio de estación y la fragilidad de la vida, dándoles un amargo recuerdo para quienes observaban desde el interior cada día este árbol.

"Cuando las hojas de ese árbol se sequen, voy a morir..." Un niño de unos trece años de tez enfermiza y cabello liso miro ese árbol Sakura con recuerdos amargos.

El niño llamado Dash sabía que iba a morir, preferiría hacerlo más rápido que agonizar en este lugar desolado, pero quitarse la vida es algo que no quería hacer. Después de años en estar aquí se había hecho un reto, quería saber hasta dónde es que podía vivir con su cuerpo al borde del colapso.

Navidad, Año Nuevo, día de gracias, todo el tiempo lo había pasado en un hospital y a decir verdad le era indiferente.

Los padres de Dash no lo visitaban con frecuencia, ya que estaban trabajando en la empresa, el poco tiempo que tenían se lo dedicaban a sus hermanos sanos y el, por el contrario, fue olvidado en el hospital.

Para muchos la personalidad de Dash puede ser aburrida, pero ninguno de los idiotas que pueden opinar conocen su situación. La enfermedad que lo atormenta se llamaba fibrosis pulmonar idiopática, y en teoría debería de estar con una mascarilla que lo ayudará a respirar, pero se la quitaba en secreto cada vez que podía.

Esta es una enfermedad incurable y progresiva que afecta a los pulmones, eso es lo que le contaban los doctores. Dash sabía que este devastador trastorno, el tejido pulmonar sano, se reemplaza gradualmente por tejido cicatricial, lo que dificulta la capacidad de los pulmones para funcionar correctamente. Por lo tanto, con el tiempo, la capacidad respiratoria disminuye, provocando dificultades para respirar y, en última instancia, llevando a la insuficiencia respiratoria.

Aunque se pueden aplicar tratamientos para aliviar algunos síntomas, no existe una cura definitiva, haciendo que la FPI sea una enfermedad formidable y terminal.

Dash creía que alguna vez le llegarían unos buenos pulmones, pero no era compatible con ninguna de las opciones que había libres.

"Cof* Cof* Cof*" Dash trató de sostener su estómago que le dolía cada vez que tosía, esa sensación de asfixia y debilidad lo torturaban día a día, era realmente una locura vivir de esta manera.

Una enfermera que miró a Dash en la ventana rápidamente se acercó a él y avisó por medio de un radio: "Necesitó atención médica, posible código azul."

"Malditos pulmones, nací con unos de segunda mano..." Pensó Dash bromeando con sus propias desgracias, solo le quedaba ser optimista, aunque le enojaba sentirse débil y ver como otros desaprovechan las cosas que a él le hacen falta con tanta urgencia.

"Dash, trata de estabilizar tu respiración... Por Dios, te he dicho mil veces que no te quites la mascarilla de respiración, ¿acaso quieres morir?" La enfermera que se llamaba Patricia regaño a Dash quien en cada oportunidad que tenía se quitaba la mascarilla.

Dash con los ojos rojos de tanto toser miro a la enfermera de reojo y murmuró: "Supongo que ahora estoy seguro de que no puedo vivir sin la mascarilla, ¿ya estoy en la fase terminal?"

"Llegará el día en que tengas la oportunidad de tener unos nuevos pulmones, así que debes de mantenerte fuerte para que experimentes una vida mejor fuera de estas paredes feas."

"Moriré cuando las hojas del árbol de Sakura caigan, así que ya me resigne a eso..." Pensó Dash mientras cerraba los ojos y se concentraba en recuperar el aliento.

Cobra Kai: El guerrero DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora