Una semana después de haber encontrado un lugar adecuado para abrir un dojo personal para que así Devon no tuviera que ir a casa de Dash todos los días y de paso estuviera más cerca de su hogar, los diseños de los dos uniformes habían sido decididos.
"¿Nos llamaremos Sakura Kai o Sakura Bushido?" Devon y Dash se sentaron en un despacho apartado del dojo general debatiendo cuál nombre para el sitio deberían de elegir.
Al saber que los Dojos de todo el Valle serían invitados a la competencia de Karate, para no unirse a uno del cual pudieran limitar sus entrenamientos en el Kung Fu, Dash había llegado a la conclusión de crear un lugar único del cual poder compartir su visión de la lucha.
Para la historia del nuevo Dojo, Dash había elegido el árbol Sakura debido a que fue lo último que pudo ver antes de morir y que además tenía un bonito significado.
"Primero hay que elegir el nombre, cualquiera de los dos está bien..."
"Entonces, si ambos están bien, elijamos Sakura Bushido." Devon que había estado en silencio, eligió el nombre. A ella le gustaba cómo se pronunciaba, así que detrás del significado del nombre era lo que era más increíble.
Para este Dojo, "Sakura" simboliza la vida y la muerte, así como la belleza y la violencia. En cuanto a Bushido, ese es el código de los principios morales enseñados a los caballeros en el Japón antiguo. Este código no ha sido fundamentado en ningún personaje, por renombrado que haya podido ser, ni por ninguna individualidad humana, por brillante que fuera.
Para los antiguos samuráis, la flor de cerezo simbolizaba la sangre, pero también la fragilidad y lo efímero de la vida, asociada al sacrificio y la vida de los samuráis.
En ese sentido, pertenecer a este Dojo debe de ser algo mucho más profundo que elecciones que se pueden tomar con naturalidad, si no algo que es una forma de vida a partir de ese momento.
Cuando eligieron el nombre, Dash se lo envió a su padre y después de eso comenzaron a ver el logo que utilizarían para este lugar. Antes de cualquier cosa, ellos debían de elegir el logo para que estos fueran impresos en los respectivos dos uniformes que utilizarían.
"Tendremos dos tipos de uniformes, uno es para el karate y el otro para el Kung Fu, así que propongo que elijamos estos dos." Devon señaló en el computador dos logos que le gustaron, cuál sea que fuera elegido para cada uniforme sería perfecto para ellos.
Dash asintió al ver los logos que eran similares, pero el color los definía, y al ver el árbol de Sakura en el centro de los logos sintió que eran adecuados para sus uniformes.
"¿Ahora qué?"
"¿A qué te refieres?"
Devon señaló el enorme lugar y preguntó: "¿No estarás pensado en estar solos tú y yo entrenado en este lugar para siempre? ¿Verdad?"
"Por supuesto que no, nos promocionamos cuando ganemos los campeonatos tanto del Kung Fu así como del Karate." Una mirada confiada apareció en el rostro de Dash y expresó su absoluta certeza de que en un futuro puede que sean grandes.
Al escuchar esto, Devon supo que era comprensible, así que no dijo nada más, era cierto que lo ideal era abrir sus puertas una vez que se promocionan en la competencia de Karate que se celebrará en unos meses.
"Tenemos que tener en cuenta que el diseño del Dojo no será cómo está, aunque entrenamos aquí, los trabajadores remodelaran todo este lugar y además plantarán un árbol Sakura en el jardín trasero."
"Oye, ¿a tu padre no le molesta el dedicar tanto dinero a este sitio? Puede que todo salga mal, ¿cómo te las arreglas para entonces?" Devon quería también pagar sus clases, pero Dash como un buen amigo le dijo que ella en lugar de estudiante sería una socia de este Dojo y que no había nada de que preocuparse.
No sabe cuánto se ha gastado en este sitio, pero el dinero dedicado a la remodelación, los uniformes, las herramientas de entrenamiento y demás son muy costosos. El hecho de que el pase de Dash apoye su idea es una cosa, pero pagar todo esto es algo que no entendía.
"Bueno, mi padre ve esto como un negocio que podría crecer, así que me hizo un préstamo que le pagaré en el futuro." Dash le explicó el trato que su padre había hecho con él para apoyarlo en este lugar.
Devon frunció el ceño, no quiso pensar en los detalles y preguntó: "Entonces, ¿qué pasa si este lugar es un fracaso?"
"Mi padre dijo que le correría de casa en cuanto cumpla los dieciocho años, no es gran cosa cuando lo piensas de esa manera." Dash se levantó y comenzó a limpiar la oficina que era muy espaciosa.
"Colocaremos en este espacio algunas computadoras, puede que no seamos cantidad, pero sí que destacaremos en la calidad de nuestras artes."
Los ojos de Devon se quedaron fijamente en Dash quien acababa de contarle su brillante trato, y por la forma en la que lo dijo estaba segura de que si lo correrían de casa si este lugar no tiene éxito.
Dash, por otro lado, abrió una caja de chocolates y comenzó a posar en un enorme espejo, su cuerpo había crecido mucho por el entrenamiento, así que comenzó a mirar a Devon con ojos presumidos.
"Yo también creceré, solo que lo hago más lento..." Devon sabía exactamente las insinuaciones de Dash quien lo decía todo con su mirada.
"En realidad no me importa que no crezcas, siempre estaré a tu lado como un enorme pino inamovible." Dash le entregó la caja de chocolates a Devon y cambió de tema: "Por cierto, ¿cuándo cumples años?"
"¿Lo has olvidado?"
"Solo para recordar..." Dash sintió un escalofrío recorrer su espalda y se sentó en frente de Devon.
"Tranquilo, no muerdo..."
"Lo sé, aunque eres agresiva, no eres brutal, eso significa que no importa cuán mala puedes llegar a ser, no me harías daño."
Plop!
Dash que sonreía de forma graciosa, fue golpeado con un chocolate en la cabeza, el impacto sonó hueco, cosa que hizo que volteara la cabeza hacia Devon.
"¿Quieres acaso que te enseñe algunas cuantas llaves de jiu-jitsu?"
"Pueda hacerlo, no sin antes recibir unas cuantas patadas de tu increíble compañera..." Devon se comió un chocolate y esperó el movimiento de Dash.
"Bueno, justo ahora estaba un poco aburrido..." Dash saltó de su silla y se deslizó por el escritorio frente a él, tomando por sorpresa a Devon quien intentó darle una patada antes de que se acercara, pero debido a que ella falló fue tomada por su ropa con facilidad.
Dash ejerció fuerza en ambas manos tratando de su primer a Devon, pero ella puso su rodilla en el pecho evitando que se acercara más y sonrió traviesamente: "Parece que no tienes llaves..."
"Y tú te quedaste sin piernas..."
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Cobra Kai: El guerrero Dragon
FanficEn las paredes de la habitación de un hospital, donde las sombras de la muerte se entrelazan con los destinos de los que aún quieren vivir, Dash Hale quien sabe que estaba cerca de su final, se ríe con autocrítica al saber que se acercaba la hora de...