¿Navidad? [RebornPlay] +18

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Antes de empezar con todo esto, voy a aclarar que este capítulo será +18, bastante explícito. Si lo lees es bajo tu responsabilidad.

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Después de unos minutos en ese beso, me separo muy poco de él, dejando que nuestros labios se rocen.

– Y... ¿eso? – Me pregunta viéndome.

Le sonrío levemente y empiezo a dejar besos por su mandíbula mientras bajaba a su cuello. Empiezo a escuchar unos suspiros de su parte.

– Auron... estás borracho, no sabes... – Suspira al sentir una mordida. – ...no sabes lo que haces.

Mientras beso y muerdo su cuello, hablo. – Sí se lo que hago. – Mis manos bajan a su pecho apretando un poco, él suspira de nuevo. – Los dos lo sabemos.

Empiezo a sentir un bulto en su pantalón, al igual que en el mio, empezaban a gritar que les sacáramos de ahí.

– Joder- Raúl... – Gimotea en bajo.

Con una sonrisa, empiezo a mover mis caderas con lentitud, provocándolo, haciendo que cerrara los ojos y su cabeza se echara hacia atrás.

Siento sus manos aferrarse a mi cintura, haciendo que me restriegue más contra su parte íntima. Yo me dejo sin rechistar, claro.

– Vamos a... la habitación.

Asiento. Me coge en brazos y segundos después, me deja sobre la cama, todo ello con delicadeza, y eso me gustaba, bastante.

Una vez se coloca encima mio, empieza a desvestirme, algo que me da vergüenza, bastante, pero no me esperaba la reacción de Reb. Él solo dejó caricias por mi cintura viendo mi cuerpo, como si fuera la santísima gloria, cuando no era así, mi cuerpo era una completa mierda, todo estaba lleno de marcas.

– Eres precioso. – Habla reborn, mientras empieza a dejar besos sobre mi pecho.

Cierro los ojos colocando una mano en su cabello, sintiendo como empezaba a saborear uno de mis botones.

– oh merda, Reb. – Gimo en mi idioma.

Reborn sigue con su trabajo, pero esta vez dejando mordidas y con su majo, jugando con el ¹botón desocupado. Empiezo a retorcerme por la excitación, siento que con solo eso podría correrme, pero justo en ese instante, Reborn se separa, haciendo que suelte un quejido.

– Tranquila, nena, tenemos toda la noche. – Me sonríe con diversión.

– No me llames así, que vergüenza. – Me sonrojo de pies a cabeza, nunca le había escuchado hablar así, imponía muchísimo.

Reb ríe. – Lo que usted desee, princesita.

Ruedo los ojos riendo bajo. Empieza a besar mi abdomen mientras bajaba y bajaba, hasta coger mis piernas y abrirlas. Lame sus dedos mientras me mira, y lentamente introduce en mi entrada uno de ellos, haciendo que soltara suspiros de placer, cerrando los ojos.

Lo mueve durante unos minutos pero empiezo a sentir como mete el segundo, y de seguido, el tercero, haciendo sus movimientos algo más rápidos.