𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝘁𝗿𝗲𝘀

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Liz Forger

Me levante temprano como a las cinco y media de la mañana para empezar a preparar galletas, Damian Desmond, es un niño pequeño de seis; por lo tanto, él es un objetivo más fácil y es mucho mas sencillo hacer que perdone a Anya.

— Liz...— Llamo una Anya recién levantada — Es temprano...

— Estoy preparando galletas, para Damian, no es propio estar peleada con él así que usare mis encantos para que te perdone— Sonreí, estar con Anya me hacía sentir bien aunque aún no sabía la razón.

— ¿Son de maní? — Pregunto alegre la niña, pero yo negué — Que mal.

— La de Damian son de cinco especies diferentes las tuyas...tienen maní y las mías son de chocolate— Y ante eso sus ojos volvieron a brillar alegre— Vete peinando iremos más temprano.

Después de un rato saqué las galletas y empecé a esperar que se enfriaran las galletas y cuándo eso paso las puse en bolsas.

Ya eran las seis de la mañana vi como mi "papá" se levantaba.

— ¿Te ayudo? — Pregunto y yo asentí.

Aunque en ese momento empecé a hablar en código morse.

ˡᵃᵐᵉⁿᵗᵒ ᵐⁱ ᵖʳᵒᵇˡᵉᵐᵃ ⁿᵒ ᵛᵒˡᵛᵉʳᵃ ᵃ ᵒᶜᵘʳʳⁱʳ ᵃᵍᵉⁿᵗᵉ

Me disculpe

ⁿᵒ ʰᵃʸ ᵖʳᵒᵇˡᵉᵐᵃ ᵖʳᵒᶜᵘʳᵃ ᵈⁱˢᶜᵘˡᵖᵃʳᵗᵉ ᶜᵒⁿ ᵉˡ ᵒᵇʲᵉᵗⁱᵛᵒ ᵗᵃᵐᵇⁱᵉⁿ ᵃʸᵘᵈᵃ ᵃ ᵃⁿʸᵃ ᶜᵒⁿ ˢᵘ ˢᵉᵍᵘⁿᵈᵃ ᵈⁱˢᶜᵘˡᵖᵃ ᵘˢᵃ ᵗᵒᵈᵒˢ ᵗᵘᵃ ᵉⁿᶜᵃⁿᵗᵒˢ

Dijo el agente Twilight.

ˢⁱ ᵃᵍᵉⁿᵗᵉ ᵖᵒʳ ᶜⁱᵉʳᵗᵒ ˡᵒˢ ᵈᵉ ˡᵃ ᵒᵗʳᵃ ᶜˡᵃˢᵉ ˢᵒⁿ ˡⁱⁿᵈᵒˢ

Cambie de tema con una gran sonrisa

ⁿᵒ ᶜᵃᵐᵇⁱᵉˢ ᵉˡ ᵗᵉᵐᵃ

Pidió

ᵖᵉʳᵈᵒⁿ ᵉˢ ᵠᵘᵉ ˡᵒˢ ᵈᵉ ᵐⁱ ᶜˡᵃˢᵉ ᵖᵃʳᵉᶜᵉⁿ ᵐᵃⁿᵍᵒ ᶜʰᵘᵖᵃᵈᵒ ᵗⁱᵉⁿᵉⁿ ᵖᵉˡᵒ ᵈᵉ ᵉˢᵗʳᵒᵖᵃʲᵒ ᵒ ˢᵉ ᵈᵘᶜʰᵃⁿ ᵉⁿ ᵍᵉˡ

ᵒˡᵛⁱᵈᵉ ᵠᵘᵉ ᵉʳᵉˢ ᵘⁿᵃ ᵃᵈᵒˡᵉᶜᵉⁿᵗᵉ

— Bueno dile a mamá buenos días de mi parte yo me voy junto con Anya— Avise para tomar a Anya como juguete de trapo y salir corriendo.

Llegamos a Edén muy temprano, siempre tuve una gran velocidad por lo cual llegamos  en diez minutos.

— Hermana, Anya quiere vomitar— Vi como su rostro estaba verde se notaba que iba a botar el desayuno.

Le pasé una bolsa y la llevé a un lugar apartado y la deje botarlo todo absolutamente todo.

— Tu tutor ubiera dicho: Pero que falta de elegancia — Mencione botando la bolsa— Bueno ahora a buscar a los Desmond...¿tú que?

Vi como estaba Demetrius Desmond al frente mío, esta vez no tenía sus quintales de gel que de seguro se pone diario en imperial este.

— Andas con pelo de estropajo — Menciono  mientras Anya me mira.

Él por un momento se quedo quieto; sin embargo, hizo un movimiento rato después tomándome de la mano y llevandome  otro lado.

— ¡Anya, espera un momento! — Le grito por la distancia— ¡Oye que te pasa!

— Responde: ¿Por qué me golpeaste, mujer?

— Eh, yo no soy mujer, yo soy hombre — El arquea la ceja— Soy hombre, macho pecho peludo.

...

...

...

...

...

— ¡Tengo cara de pendejo! — Exclamo molesto.

— La mera neta como que si tienes medio pendeja la cara— Respondí. Él entrecerró los ojos molesto, pero por alguna extraña razón se estaba sonrojando — ¿A cuanto el tomate? — Le dije con burla — No te enojes tanto hombre.

Demetrius me empujo poniéndose aun más  rojo.

— Olvídalo — Murmuro entre dientes. Yo le toque el pelo y me puse detrás de él para ver un parche en ese lugar — ¡Oye!

— Ya bueno lo admito, me asuste y te golpee...— Este era el momento de usar la técnica mística— Demetrius...yo... — Empecé a hacer que mis ojos brillarán, era algo difícil, pero recordé cosas de mi pasado y la razón por la que di el golpe y eso me hizo hacer mejor el efecto del llanto— Me asuste y te golpee, soy horrible solo soy una maldita plebeya...'esnif'...Perdóname — Y con eso salí corriendo.

🌺🌺

Demetrius Desmond

El sonrojo en mi rostro era ya muy notable, esta mujer me estaba haciendo pasar un momento incomodo si mi padre me viera estaría desepcionado de lo que ve. Mire sus ojos rosados como los cuarzos lo cuales brillaban mientras lagrimas salían de ellos.

«Maldición Demetrius, ¿que te ocurre? »

— Perdóname — Vi como salía corriendo estaba a punto de detenerla, pero vi como vino Marcus mi perro faldero.

Si ve a Liz llorar de seguro va a empezar a burlarse.

— Señorito Demetrius, ¿por qué salió de su dormitorio?

— No te incumbe eso.

Y empecé a caminar de regreso al dormitorio ignorando a todos los seres insignificante que me miraban. Vi como esa rubia se me acercaba Regina Noble, una tarada que para lo único que le sirve el cerebro es para hacerle funcionar los organos y para acosarme a diario.

— Demetrius — Me llamó mientras corría hacía mi.

Acercate un poco un poco más, ¡Ahora! Me moví hacía el costado haciéndola caer pues vino a una gran velocidad y no pudo frenar.

— Marcus, ayudala— Ordene y fui a mi dormitorio a arreglar mis cosas.

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𝐒𝐢𝐬𝐭𝐞𝐫 || 𝐒𝐩𝐲 × 𝐅𝐚𝐦𝐢𝐥𝐲 || 𝐃𝐞𝐦𝐞𝐭𝐫𝐢𝐮𝐬 𝐃𝐞𝐬𝐦𝐨𝐧𝐝 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora