De vuelta a España

12 1 2
                                    

Antes de llegar a España hablé con mi madre que me fuera a buscar al aeropuerto, para mí era bastante violento ver aquel señor que no podía considerar ni mi padre y saber que todo seguía igual o por lo menos imaginaba que así sería.
Cuando pise un pie en España, concretamente Barcelona fue extraño, llevaba tanto tiempo pensando en como me sentiría, que se me hizó muy distinta a como la recordaba, pero al mismo tipo me gustó volver a mi lugar.
Cuando salí del aeropuerto estaba temblando no quería que mi madre y mi hermana me recogieran con aquel hombre que tanto daño había hecho a mi familia.
Cuando salí del avión me tiré sin poder moverme un gran rato, era un gran paso que tenía que hacer y no me sentía preparada así que fui al baño y me moje la cara.
No sabía cómo decirle a mi madre que si seguía en la misma linea me iba a llevar a mi hermana para Bélgica a ver si así la hacía entrar en razón.
Cuando salí de allí me recibieron mi madre y mi hermana pero pensé que mi padre no habría querido venir.

Mi madre y mi hermana se lanzaron abrazarme y me dijeron que me habían echado mucho de menos. Yo las abracé con todas mis fuerzas y lloramos juntas.
Había pasado tanto tiempo... Y con la familia parece que siempre pase incluso más del que es.
De vuelta en el coche le pregunté a mi madre, ya no aguantaba más.
-¿Y papá?
- Es una larga historia hija, tenemos que hablar...
No sabía si era buena señal, pero necesitaba saberlo ya.
Así que cuando llegue a casa en lo primero que me fije es que no había ningún rastro de él.
Mi hermana se metió en un su cuarto y yo salí con mi madre al balcón.
-¿Qué ocurre, me lo vas a decir ya?
-Cuando se murió tu abuela y tu te fuiste de casa sin dar señales de vida me sentí muy culpable, muy culpable de haber consentido todo lo que consentí con tu padre, sabía perfectamente que te habías ido por su culpa y por la mía de haberle aguantando y haberte hecho daño, no queria perderte, así que decidí armarme de valor y separarme de él.

Yo me quedé en shock, sinceramente no esperaba nada de aquello pero agradecí al universo que gracias a todo lo que había pasado hasta el día de hoy, mi madre se diera cuenta de que no podía seguir con aquella vida y no solo por ella, sino por mi hermana.
-¿Y porqué no me dijiste nada?
-Porque veía que allí estabas tan bien, que me alegré mucho de que fuera así, no quería interferir en tus decisiones y tenía la esperanza de que algún día si volvías pudiera explicártelo. Aunque fuera para navidades. Siento todo el daño que te hecho y espero que algún día me perdones.
Se puso a llorar y yo me sentí tan aliviada que la abracé, la abracé con muchísimas ganas y me sentí en paz, por fin podía cerrar una historia que no me dejaba ser feliz, que no me dejaba continuar.

Aquel día lo pasé con mi madre y mi hermana en familia y fui la chica más feliz del planeta. Mi madre me explicó la situación que tenía con mi padre y le dije que la apoyaría en todo lo que necesitase. Qué estaría ahí a su lado para todo.
Me alegraba tanto que se hubiera dado cuenta de las cosas, que no siguiera haciéndose daño a ella y al resto.

Al día siguiente no paraba de darle vueltas a lo de Daka, ¿Debía verla, o mejor que no...?
No había dejado de pensar en ella ni un instante, pero es que había pasado muchísimo tiempo desde entonces.

Yo tenía tan claro que quería volver a Bélgica, que lo de España era temporal, había encontrado mi sitio allí y era muy feliz, además había conseguido superar el tema de las drogas y Marta me estaba ayudando a buscar un piso compartido con otros compañeros y seguir formándome en lo que me gustaba y aprendiendo en el trabajo. Era muy feliz en mi vida de allí, pero si que es cierto que no había día que no echará de menos a mi familia o no pensara en Dakota. Era complicado porque mi vida la había formado allí en Bélgica, pero mi corazón estaba en España, concretamente en Tarragona.

Además el hecho de que mi madre hubiera solucionado las cosas y ya no estuviera el capullo de mi padre, hacía que me dieran más ganas de vivir con ellas y por supuesto volver a mantener el contacto con Daka que sinceramente no sabía si ella estaría pensando en mí o en algún momento se acordaba de mi.
Sería egoísta por mi parte pensar que sí, pero en el fondo me encantaría que así fuera.

No podía dejar de darle vueltas pero tampoco me atrevía a ir y decirle.
Hola he vuelto...
No sabía cómo iba a reaccionar, ni si quiera si me mandaría a la mierda o todo lo haría más complicado porque en el caso de que me dijera que siente algo por mi eso complicaría más las cosas para volver a Bélgica.
La cosa es que ese día aunque me muriera de ganas por verla, no fuí capaz de atreverme y me quedé con mi hermana viendo una película de Disney y ayudando a mi madre a cocinar.

Al día siguiente me fui por el centro, necesitaba evadir mi mente, necesitaba pensar bien si hablaría con Daka, si me volvería a Bélgica o si me quedaría por aquí una temporada a ver cómo me iba.
También quería ver a Claudia y abrazarla, necesitaba explicarle todo y que nos entendiéramos.
Pero sinceramente mi prioridad era Dakota.
Mientras paseaba por las calles de Tarragona empecé a recordar momentos que habían pasado y me emocioné.
Tenía tanto miedo del hecho que ninguna de las personas que había dejado ahí me quisiera ver, porqué para mí eran muy importantes y necesitaba hablar las cosas con ellas.
Además en Daka no había dejado de pensar ni tan solo un instante.
En aquel momento me entró una llamada de Marta.
Marta era una persona maravillosa desde que llegué a Bélgica, me cambió la vida, le estaba eternamente agradecida además había surgido una enorme amistad y yo también la había apoyado mucho en la separación con su marido. Se había dado cuenta que no era feliz, nos aportábamos muchísimo juntas y aunque a veces discutíamos y no nos entendíamos, nos queríamos muchísimo.
La echaba mucho de menos y ella mientras hablaba conmigo me dijo que también me echaba de menos pero que se alegraba de que todo por aquí fuera bien por el momento.
Era mi mayor confidente.

Cuando entré a una panadería y fui a pedir algo para comer alguien me golpeó la espalda.
Tenía tanto miedo que me recriminaran cosas del pasado o que fuera alguien que ni si quiera me apetecería ver.
¿Y si era "mi padre"?
El hecho de girarme me pusó en tensión... Estaba acojonada. ¿Quién sería?

∆ La novia de mi mejor amiga ∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora