La vida te llena de sorpresas

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Creo que no os hablé de cómo me ha ido a mi hasta ahora.
Dakota Wells la misma, siempre andaba perdida en mis pensamientos.
Empecé a estudiar la carrera de pedagogía, siempre quería estudiarla pero nunca me atrevía, no veía futuro de ello.
Pero aún así era mi sueño y me lancé a la piscina y empecé a estudiarlo, mis padres me apoyaban y seguí trabajando algunas horas en la oficina. Necesitaba desconectar, necesitaba centrarme en mi, formarme y saber qué es lo que realmente quería en mi vida.
Lo llevaba un poco mal lo de trabajar y estudiar, pero tampoco quería dejar mi trabajo porque estaba bien y no tenía claras las cosas.
En la universidad, conocí a Berta una chica muy parecida a mi, se sentía perdida como yo muchas veces y su ex pareja le había dejado porque no tenía claro lo que quería.

Yo creía que le gustaban las chicas pero tampoco le quise preguntar, no quería dejar de centrarme en mi y el tema de Agnes me rayaba un poco.
Y es que tenía tantas ganas de llamarla pero no me atrevía.
Siempre me acordaba de ella, siempre la echaba de menos.
Y sinceramente Berta era como ese brillo que ayuda a que los días grises sean mejor, porqué antes pensaba que necesitaba a los demás para estar mejor, ahora me doy cuenta que son una gran ayuda pero que la única que puede hacer que esté mejor, soy yo misma.

Estaba empezando a valorarme y quererme por mi misma y eso me hacía sentir una liberación infinita porqué sé que por el hecho de que Berta fuera una chica maravillosa ya habría perdido el culo por ella y habría dejado de centrarme en mi misma, y eso es un error que cometemos casi todos los seres humanos y la verdad es que me gustaba en la clase de persona que me estaba convirtiendo.
Sí es cierto que evitaba un poco a Berta, porque en el fondo creo que me gustaba y no quería volver otra vez a los mismos malos hábitos que tenía anteriormente y que me hacían no pensar ni centrarme en mi misma.

Era preciosa, pelo castaño , ojos verdes grises, mirada intensa pero perdida.
La sonrisa muy dulce, un hoyito medio tímido maravilloso y los ojos se le achinaban un poco cuando se reía más de la cuenta, pero no creía suficiente en ella misma.
Yo le daba consejos, pero ella todavía no se había dado cuenta de lo mucho que valía.
Siempre se preocupaba muchísimo por mí y eso me encantaba, pero me enfadaba con ella porque dejaba de hacer sus cosas por los demás y eso no es bueno.
Siempre le estaba echando la bronca y ella,y ella me decía que no podía evitarlo que era así y aunque en el fondo me gustara que fuera tan buena persona, sabía que eso a la larga no la iba hacer completamente feliz.
Cuando me venia con problemas por ser así, le explicaba que tenía que ser más egoísta y poco a poco parece que ha ido aprendiendo y me ha ido escuchando.
No digo que sea una egoísta, pero que se quiera ella misma primero eso por supuesto.
Era una persona que nunca se enfadaba, nunca mostraba su carácter y yo intentaba sacar esa parte de ella para que viera que no es tan malo enfadarse si realmente sientes que lo necesitas, ella se reía pero a veces se enfadaba y luego se ponía a llorar y eso ocurre cuando reprimes emociones, que es cuando te enfermas.
Ella también me había enseñado muchísimas cosas, como ser más humilde y ayudar a gente que lo necesitaba.
Siempre la acompañaba de voluntaria para darles ropa a personas necesitadas o íbamos a un comedor social a ayudar en la cocina.
Con ella todo era muy interesante y maravilloso.
Nunca había conocido a nadie así y me daba miedo que me gustará de verdad porqué la veía demasiado buena para mí.
Me gustaba muchísimo que fuera así, eso la hacía ser quien era.

Mis padres estaban encantados de que hubiera conocido a Berta y querían que empezara algo con ella, pero yo me había prometido a mí misma centrarme en mi y es lo que quería hacer.
Además tenía tan presente a Agnes que me veía incapaz de empezar algo con alguien y menos con Berta, porqué a parte de que me gustaba se había convertido en mi mejor amiga y no la quería perder.

Yo a Berta jamás le había contado que no me había olvidado de Agnes, no sé si por protegerla o simplemente por olvidarme yo misma de ella, el caso es que a penas le había hablado de ella aunque en mi vida estaba muy presente.
Siempre le preguntaba a su madre como me iba y siempre me decía que estaba mucho mejor.
Ella me prometía que no le decia nada y yo me quedaba tranquila de que todo le fuera bien.
Pero la echaba tanto de menos...
Una de las tardes estaba sentada en un banco con Berta, estaba preciosa aquel día.
-B:¿Qué miras fea?
-Lo fea que estás...
Podía ver como me miraba los labios y yo en el fondo a ella también. Estábamos repasando un examen para mañana, pero la tensión entre nosotras era más que evidente.
-B: ¿Oye vas a estudiar o vas a estar embobada mirándome los labios? Sabes que eso es peligroso.
-¿Así, por qué?
Y ella se acercó a mis labios tanto que la atracción era tan fuerte que no pudimos evitarlo y nos besamos.
Ella empezó acariciarme la cara y yo empecé a besarla.
Creo que jamás había besado a nadie que me besará con tanta ternura. Pero en aquel momento me asusté, nuestra amistad, era Berta... Ni de coña.
-No puedo... Tengo que irme.
Ella no supo que decirme y yo cogí mis cosas y me fuí de allí.

Me había encantado para que engañarme pero me había prometido a mí misma centrarme en mi y tampoco quería perder la amistad con Berta.
Así que intenté relajarme y entre en una panadería, necesitaba coger algo de comer, necesitaba respirar.
Había mucha cola, pero las siguiente panaderías estaban muy lejos y no quería andar más, además tenía una clase en una hora y no quería llegar tarde así que me espere.
Ese día hacía muchísima calor y una chica que estaba delante se empezó a marear y se fué de allí y pude avanzar un poco la cola.
Cuando entré allí, me quedé blanca.
Eran imaginaciones mías o la chica que estaba allí era ¿Agnes?
Al principio no me atrevía a decirle nada, era prácticamente imposible que fuera ella, estaba viviendo en Bélgica.
Pero no podía estar tan ciega, tenía casi seguro que era ella.
Así que me arriesgue y le toque por la espalda.

¿Qué era lo peor que podía pasar, que me dijera que no fuera ella?

∆ La novia de mi mejor amiga ∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora