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PDV CHIARA

Entre a mi piso y el corazón me iba a mil. La invitada entro detrás mío y sin darle lugar a nada la lleve contra la pared al mismo tiempo que cerraba la puerta. No deje que emitiera palabra, sabía que en cuanto eso pasase  aquel momento moriría.  Nos desgastamos la boca y para cuando quisimos darnos cuenta ya estábamos en el sofá liberando las pocas prendas que aún quedaban en nuestros cuerpos. Yo estaba ardiendo y es que la quimica con ella era algo que no se había enfriado a pesar del tiempo. Claramente teníamos demasiado alcohol en sangre como para actuar con cordura, si habríamos estado un poco más sobrias probablemente no nos habríamos expuesto a aquella situación en la que sabíamos que nos quemariamos.

Una vez libres de toda prenda nos volvimos a besar, eran besos desesperados, nos tocabamos como si se nos fuese la vida sabiendo que sería la última vez, sabiendo que luego de aquello ya no habría lugar a nada más.

Supongo que mi invitada estaba un poco mejor que yo, o quizás es que ella si tenía la fuerza de voluntad que yo no tenía o igual solo es que tuvo un momento de lucidez y decidió utilizarlo.

-Kiks... ¿Estás segura de esto? - Escuchar su voz, levantar la mirada y verla, fue suficiente para que volviera a la realidad y me hiciese pequeña. Ella lo notó, estoy segura. Se alejo sin decir absolutamente nada y me dió mi espacio.

- Joder... ¿Que estamos haciendo? - Le dije abrumada y ella sabía exactamente que lo que le preguntaba era otra cosa.

-Supongo que nuestros cuerpos han hablado por nosotras y que a pesar del tiempo todo sigue igual. - Dijo con suavidad y yo negué con la cabeza porque eso no podía ser así.

- Sabes que no es así. Me has tomado con las defensas bajas y supongo que físicamente siempre hemos congeniado.

- Vale, entiendo que quieras pensar que es eso- Dijo con suavidad mientras acababa de vestirse.

- ¿Por qué haces esto? ¿Por qué has vuelto? - Le dije en cierto tono de reproche porque cada vez que la tenía cerca todo mi mundo se daba vueltas

- Porque me he cansado de fingir que estoy bien sin ti.- Dijo con sinceridad antes de dejarme un beso en el pelo y yo sentí que me desvanecía.

- No tienes derecho a volver cuando te apetece, que te sientas sola no amerita qué me uses  a tu conveniencia. Ya no soy la misma Violeta . - Le dije algo enfadada y molesta porque aquello solo podía tomarlo de esa forma.

- No pretendo usarte Kiki y en el fondo se que lo sabes. Estaré aquí por una semana, toma - dijo antes de entregarme una tarjeta de las que utilizabamos en los eventos para el networking -  si en algún momento te apetece hablar puedo explicarte mejor el por qué estoy aquí. Siento mucho que haya sido de esta forma, no me he podido controlar y tú tampoco. - Luego de decir aquello note en sus ojos algo distinto, como si está vez no estuviera mintiendo.

- Vale, yo... No prometo nada. - Ella al escucharme sonrió y se acercó a la puerta para salir de allí no sin antes mirarme por última vez.

-Adios Kiki - Dijo y me guiño el ojo antes de salir de allí y en ese momento, en cuanto la puerta se cerró supe que había perdido porque el hecho de que Violeta volviese a mi vida solo podía implicar que todo volvería a dar vueltas.

En cuanto pude calmar un poco mis emociones y mi corazón volvió a latir con normalidad , me vesti de entre casa y cogí el móvil para marcarle a la única persona que podía auxiliarme.

-Ki ¿Que sucede? ¿Dónde estas ? Te he perdido de vista y creí que te habías vuelto a casa.

- Estoy en casa... ¿Crees que puedas venir?

-¿Segura que estás bien? Ya salgo, le aviso a los chicos y voy.

-Si, solo ven que aquí te cuento.

- Vale. - Dijo antes de cortar la llamada y yo me quedé echada en el sillón esperando a mi mejor amigo, al fin y al cabo, el y Rus eran los únicos que sabían la historia completa y el encima también contaba con la otra cara de la moneda.

Por cómo me había hablado intuía que está vez había jugado sola y que el no estaba enterado de nada de la situación, lo cual tambien me daba la pauta de que había ido allí por mi y que efectivamente era una de sus jugadas.

Cuando Martin entro no lo sentí hasta que ya lo tenía enfrente mío.

-Joder Martin me cago en ti, me has asustado.

- Joder tu, ¿Que coño te ha pasado? Que en la fiesta estabas super bien.

-Tu amiga me ha pasado.

- ¿Que amiga kiks?- Me pregunto y con eso confirme que no sabía nada.

- Ah genial, no lo sabes. Entonces efectivamente era otro de sus juegos y yo caí como una idiota.

- ¿De que vas?

-Cuando te llamé acababa de salir por esa puerta que tú has entrado Violeta.

- ¿Pero que? Dime por favor que se ha ido como ha entrado.

-Bueno, se fue un poco despeinada...

-Joder, es que yo le dije que era mala idea, que acabarían cayendo y que no le vendría bien a ninguna.

- Solo ha sido un poco, ella lo ha parado. Creo que ha querido... ¿Cuidarnos?- Dije dudando porque no sabía si era efectivamente eso -No lo sé, da igual.

-Me imagino que cuando has caído no has sido tan amable como ahora lo estás siendo. -Dijo mirándola intentando entender a su amiga.

-Hombre no, tengo una dignidad que mantener. No voy a ser su saco de boxeo. Ya me he perdido una vez, dos veces el mismo error no.

- Luego tendré que hablar con ella, no se que le ha pasado.

-Iba ebria, si te sirve de algo. Igual la he notado distinta, me dijo que había regresado por mi, yo la ubique enseguida pero es que no entiendo - Lo mire a mi amigo rogando que me diera una pista- Parecía que no mentía, como si ahora sí quisiese darme ese lugar y aceptará que de su lado igual también hay algo.

- No me corresponde dar esas respuestas pero lo que puedo decirte es que tú bien sabes que la cabrona ha cometido errores pero aún así siempre ha intentado cuidarte y está situación creo que es una más de las de la lista de momentos en los que se dejó llevar y no pensó tanto las cosas.

- Vale, creo que entiendo por dónde vas. Quizás en estos días le escriba. Es que no quiero quedarme con la intriga. A fin de cuentas nos merecemos ese cierre por todo el cariño que nos hemos tenido.

- Bueno Kiks eso es decisión tuya. Venga ve a descansar que la resaca que tendrás mañana no te dejará vivir y por la tarde tienes que ir a grabar.

- Joder, en qué momento fue buena idea poner una sesión de estudio un Sábado por la tarde. Vale es verdad. Si quieres puedes quedarte...

-No que va, me voy al piso de Juanjo que me está esperando.

-Vale, buenas noches- lo despedí y me fui a mi habitación, al fin y al cabo Martin tenía llaves de mi casa y no hacía falta que lo acompañará a la puerta.

Me acosté y aunque me costó dormirme una vez que lo hice dormí muy profundamente, como si aquella leve descarga habría servido de estimulante para recuperar esa capacidad de dormir bien que había perdido.

Odio que no te odio - KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora