Acto 31

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Tomoyo Daidouji tenía toda la intención de ir a la sala de profesores una vez terminado el día escolar, pensaba que ahora que su delegada de clase tenía novio, ella podía acercarse, o más bien tendría mayor posibilidad a más con ese hombre de uno ochenta de alto y sonrisa seductora, sin embargo, las cosas no resultaron como Tomoyo las pensó, pues lo que vieron sus ojos la dejaron atónita, ese hombre que era profesor de matemáticas y encargado escolar del grupo tres de tercer año estaba teniendo relaciones con una chica del colegio, ver cómo aquel castaño disfrutaba con gran placer del interior de esa estudiante le hizo hervir la sangre, se sintió herida y traicionada, actitudes claramente mal enfocadas, pues Shaoran en ningún momento le dió chance a nada más, tristemente para Tomoyo fue que nunca pudo distinguir de quién se trataba, pero el terror absoluto la invadió, se sintió mal la jovencita de ojos lila, quería llorar, quería salir huyendo, no podía asimilar que ese hombre, qué en específico él hubiera cedido ante otra que no fuera ella, y, en ese instante sus miradas conectaron, se dió cuenta Tomoyo que Shaoran la estaba observando, trago grueso, es verdad, se paniquio, sus piernas se movieron por simple impulso, pero en el salgo huyendo del lugar, no se fijó por dónde iba, chocando de lleno con alguien más.

—¿Todo bien, Daidouji? —preguntó con algo de molestia.

—Sí, profesor Terada, disculpe mi torpeza —le hace una reverencia—, ya debo irme. Compermiso. —Se va.

Shaoran escuchó atentamente, Sakura también, los ojos jade de esa niña dilucidaban terror, sin embargo, Shaoran le sonreía a esa su novia con ternura, la besaba nuevamente y le susurraba a los labios.
—Tranquila mi reina, yo cuidaré de tí.

Ambos se acomodaron sus ropas rápidamente y Shaoran salió de la sala de profesores, dejando a Sakura ahí dentro, ingresaba el profesor Terada, miraba a Sakura en el lugar, la saludaba sin mucho alboroto, ella hacía una leve reverencia y se mantenía un tanto ocupada con los trabajos de su profesor de matemáticas, intentando disimular lo que acababa de suceder; Shaoran llegaba hasta las escaleras, ahí fue donde alcanzó a Tomoyo, la mirada fija de ella a él lo decía absolutamente todo, se podía percibir su dolor, su enojo y frustración, su resentimiento ante una chica que desconocía pero sobre todo, sus increíbles ganas a llorar.

—Daidouji…

—¿Quién es ella? —espetó con ira, sin embargo Shaoran sintió un inconmensurable alivio al oírla pronunciar esas palabras, pues sabía que su dulce niña estaba a salvó—. ¿Por qué ella? Sabe lo mucho que usted me interesa, se excusó incluso en decirme de su novia, que la amaba como a ninguna, que solo sería esa su reina, me la dibujó inalcanzable, irreal, y ahora me preguntó yo, ¿Por qué ella entonces?, ¿Quién es ella?, ¿No pude haber sido yo? Sí planeaba estar de infiel, pudo haberme considerado.

—No te debo ninguna explicación Daidouji, pero siempre ha sido ella.

—¿Me está diciendo qué su novia, siempre fue una estudiante de éste instituto? —preguntó con terror—, ¿Quién es? —musitó—. Necesita decirme su nombre.

—No lo haré —dijo sin más.

—Si no lo hace, entonces le diré al director Hayami.

—Adelante, hazlo, es más te acompaño yo. Pero nunca diré nada sobre mi reina, y creo que saldrías perdiendo hasta tú, después de todo, ya no estaría en la escuela, pero yo estaría siempre con ella. —Sonrío con agudeza.

Tomoyo bajó la cara derrotada, enojada y dolida, odiando profundamente a esa chica que le había quitado al amor de su vida. Apretó con fuerza sus puños, alzó orgullosamente su rostro a ese castaño y dejó qué su rencor saliera a flote con sus soeces palabras.
—Bien, no diré nada, pero la encontraré, no descansaré hasta dar con ella, y en el momento en que la descubra, haré cuánto haga falta para alejarla de usted, se arrepentirá esa mocosa del momento en el qué se atrevió a arrebatarme lo que es mío.

Di mi nombre (Versión Fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora