~CAPÍTULO 19~

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-Hmmm, - me despertó un pequeño murmullo.

-¿Quién? ¿Qué? ¿Qué ha pasado? - Pregunté.

-¿Dónde estoy?

-¿Hada?

-¿Harry? Y... ¿Dahlia? - Preguntó señalando a la morena que aún dormía, - ¿qué hemos hecho?

-¿No recuerdas nada?

-Espera, voy a hacer memoria... - ¡Ay! - Dijo y se tapó la boca, - ya recuerdo... - Se miró debajo de las sábanas, - ¡Ay mi madre!

-Yo, yo... Lo... Lo... Lo siento... - Dije nervioso tocándome el pelo, - ¿Estás bien? ¿Te arrepientes de algo?

-No, no, no. Tranquilo, no te preocupes. En el momento quisimos todos, pero, al no acordarme al principio pues ha sido raro, pero, ahora que lo recuerdo todo... Pues... Me gustó, - dijo riendo algo nerviosa.

-Si no estás a gusto puedo...

-Estoy bien, de veras.

-De acuerdo. ¿Quieres vestirte o ponerte algo de ropa? Puedes coger de mi armario o ponerte la tuya.

-Mejor mi ropa, por si me pregunta mi madre. Que, por cierto... ¡Mierda! - Gritó.

-¿Qué pasa?

-No la avisé.

-Jajajajaja.

-¿De qué te ríes?

-Es que la primera vez que Dahlia durmió en esta casa tampoco la avisó y luego tenía cien mil mensajes de su madre y me he acordado y me ha hecho gracia, perdona.

-No, no, tranquilo. Ahora le diré algo.

-¿Quieres desayunar y luego te llevo al hospital?

-Me parece bien, ¿la despertamos?

-Vale.

-Dahlia... Dahlia, - dijo esta vez acercándose más a su oído, - Dah... ¡Aaah! - Dahlia se levantó de golpe y le dio a Hada.

-Ay, perdona, es que me he asustado, ¿te he hecho daño?

-No mucho, no te preocupes, - dijo Hada tocándose la nariz.

-Buenos días...

-Buenas, Dalila, - me miró y sonrió, - íbamos a desayunar y luego la llevaré al hospital, ¿quieres desayunar y me acompañas a llevarla y luego te dejo en tu casa?

-Vale, me parece una buena idea.

-Perfecto entonces.

Me levanté sin recordar que estaba desnudo y cuando me quise dar cuenta aquellas dos chicas que estaban en mi cama me estaban mirando el culo.

-!Oye, oye! ¿Qué miráis vosotras, eh? - Dije en plan cachondeo.

-No, nada... - Dijeron ellas a la vez y miraron para otro lado.

Cogí algo de ropa del armario.

-Podéis coger lo que queráis.

-Yo me pondré mi ropa.

-Ah, si, lo has dicho antes.

-Yo también cogeré mi ropa esta vez, que en mi casa aún tengo tuya.

-Si, tienes más ropa mía que tuya... - Bromeé.

-¡Cállate!

-Ala, pero no me tires un cojín, - se la devolví, - venga, vamos a desayunar.

-Mi madre no me dijo nada, seguramente se quedó dormida en el hospital. Luego se lo explicaré y ya está.

NI EN UN MILLÓN DE SUEÑOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora