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La luz del sol hacía acto de presencia en la habitación como todas las mañanas (en las que amanecía ahí), y le pegaba directamente a la cara. Con un gruñido puso su antebrazo encima de sus ojos para evitar que está le diera.

No fue hasta que decidió moverse, que se dió cuenta que era abrazado desde la cintura, quitó su "antifaz" y miró al frente pensado que se trataba de Amy pero... ¿Desde cuando Amy es tal grande y fornida...?; se pueden imaginar la sorpresa que se llevó al ver al moreno con la boca entreabierta y sobre todo abrazándole.

—¿Pero qué-. Intentó levantarse, pero Shadow lo atrajo más hacia él, su cuerpo estaba algo frío a comparación del de Sonic.

Cállate erizo, estoy intentando dormir. Sonic abrió más sus ojos al darse cuenta que lo estaba abrazando estando conciente y como por obra y gracia de Caos, vinieron flashbacks de todo lo que pasó ayer. Solo pudo sentir sus mejillas arder teniendo una expresión de pena que se le hizo ridículamente tierna para el que le tenía entre brazos.

¿Tienes fiebre?. Se incorporó un poco más en la cama para poder tocarle la frente y verificar si el color en su cara era por la temperatura.

¿Estás... desnudo?. Preguntó con las pupilas dilatadas de tan solo hacerse la idea de que durmieron toda la noche abrazados sin ninguna prenda.

¿Enserio me estás preguntando eso?, actúas como si usáramos algo más que guantes y zapatos. Chasqueó la lengua, torció los ojos con algo fastidio y finalmente se apartó del erizo para levantarse de la cama.

¿A dónde vas..?

A ducharme, ayer mientras te estuve buscando por horas. Haciendo un énfasis muy fuerte en la última palabra mientras le miraba con los ojos entrecerrados. —Me mojé con el diluvio que había afuera, tú deberías hacer lo mismo.

Bueno, bueno, está bien, te dejaré en paz solo no hagas un desastre.

¿Crees que sé dónde quedan las cosas en esta casa?. Sonic se levantó y tomó de la mano a Shadow unos pasos afuera de la habitación, era literalmente la puerta siguiente de la habitación en la que estaban.

No digas absolutamente nada. Tomó una toalla y un par de guantes de la cesta que estaba en la entrada de ese innecesariamente grande baño ¿Porqué todo en este lugar es ridículo e innecesario? Y finalmente cerró de un portazo antes de ver a Sonic por el rabillo del ojo.

De nada... Dijo cuando sintió la brisa después que le cerraran la puerta en la cara. —¡Sabes, me caías mejor cuando me abrazabas mientras dormía!

—¡Cállate de una maldita vez!.

El más claro solo se rió por lo bajo y volvió a entrar a su habitación, observó sus pies descalzos y manos sin guantes, vaya que tenía las garras algo largas.
Tomó el primer objeto punzocortante de dos lados que encontró (una tijera) con la intención de cortarlas un poco.

Diantres... Nunca he hecho esto.

Debes tener más cuidado con tu higiene personal.

Es que usualmente tú me cortas las garras. Dijo sabiendo ya quien estaba en su puerta y sonrió ladinamente.

Se supone que yo soy el niño de los dos. El otro también sonrió, le agradaba más verlo conciente.

—Te extrañé, amigo.

No más de lo que yo a ti, compañero.

Ouch ¿De amigo a compañero? Qué dolor. Hizo una mueca falsa de dolor.

Un tipo de indulgencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora