𝕱𝖎𝖛𝖊

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—¿A dónde vas, Black?—preguntó con burla Daphne Greengrass, mientras miraba a la rubia acercarse a la salida de la sala común dirigiéndose a su castigo.

—Que te importe un carajo, Greengrass.—dijo con irritación y sin prestarle atención.

—No te lo tomes a mal, realmente me importa a dónde te diriges, Black.—Insistió Dapnhe, con voz cansina.

La rubia se paró en secó y se volvió lentamente hacia Greengrass, y una sonrisa maliciosa se curvo en sus labios.

—Con Draco ha pasar dos horas completamente solos...—dijo Vela con voz pícara e irritantemente melosa.

Al ver que el gesto de Greengrass se contorcionaba de rabia, la rubia sonrió sacarronamente, se dió la media vuelta se fue de la sala común, caminando majestuosamente.

Pero su sonrisa desapareció al entrar en el pasillo de las masmorras, ya que como había dicho ella, iba a pasar dos horas con Draco Jodido Malfoy, limpiado Hogwarts.

Su castigo constó de una semana y este era el cuarto día en el que tenía que limpiar el colegio.

Y si todo aquel trabajo no era fácil, ya que no podían usar magia, Draco lo complicaba más.

Más que limpiar parecía que sólo se la pasaban peleando él uno con él otro.

En el castigo del martes, en el que tenía que limpiar el invernadero dos, en el que pasaron cuatro horas ahí adentro, acabo más desordenado de lo que estaba antes de que lo limpearan.

El miércoles, en la biblioteca, apenas habían logrado limpiar una sola estantería antes de que estallara una guerra de libros entre ellos, dejando el lugar en un caos todavía mayor.

Y hoy, estaban a punto de enfrentarse a la sala de trofeos, un lugar que seguramente se convertiría en otro campo de batalla.

Los ánimos de Vela estaban hasta el suelo, preferiría pasar su tiempo comiendo y parloteando con Pansy y Rose, pero no podía.

Incluso al pensar en Draco, su rostro se frunció en desagrado.

Cada gesto suyo, cada palabra, parecía diseñada para sacarla de quicio.

Pero, por ahora, solo era un dolor de cabeza constante, una espinilla en su costado que no podía quitarse.

Y la perspectiva de pasar otra tarde con él, luchando por limpiar una sala llena de trofeos polvorientos y olvidados, le producía un profundo sentimiento de desgano.

Aún así, se armó de valor y se dirigió a las salas de trofeos, preparándose para otra larga tarde de limpieza y peleas.

Se prometió a sí misma que no permitiría que Draco Malfoy la sacara de sus casillas.

𝐔𝐆𝐇! (𝓓𝓻𝓪𝓬𝓸 𝓜𝓪𝓵𝓯𝓸𝔂)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora