Enzo un actor de teatro común aficionado a la fotografía
Maliah tan solo intenta descubrir que hacer con su existencia
Alguien que le encanta definir espacios vacíos y alguien que huye de la soledad
Se conocen durante el verano de 2019 en Venezia
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Ha pasado una semana desde que vi a Enzo por última vez aquella noche. Y solo la luna sabe cuanto quería aferrarme a su compañía para no dejarlo ir nunca más
Mi corazón y mi cuerpo se encontraban en una constante lucha cuando se trataba de él. Quiero estar tan cerca de él que no exista atomo de nuestro ser que se mantengan separados, al mismo tiempo quiero mantenerlo lejos y simplemente despedirme o salir corriendo cada vez lo que veo
No tiene importancia quién terminará ganando, porque de cualquier manera sé que terminare perdiendo algo. Por qué las cosas nunca son ciertas, ni dudaderas
Tal vez en cualquier otro momento podria fingir que todo siempre estará bien, pero la vida me ha arrebatado hasta eso
Estoy recostada en mi cama. Debido al insomnio intermitente, esta última semana mi horario de sueño es bastante inestable, lo que empeora los dolores de cabeza y mareos, al no comer bien
Unos golpes en mi puerta logran que abra mis ojos que se sienten forzados al salir de su mundo negro de pensamientos intrusivos, la luz que entra por el ventanal no es lo suficientemente fuerte, así que puedo asumir que ya es tarde
— Linda... — La voz de Selli resuena en la habitación, logro sentir el peso de su cuerpo al sentarse en mi cama
No digo nada y me limito a sentarme mientras restriego mis ojos que deben encontrarse bastante hinchados con el borde mi mano
— Te voy a preguntar algo, y quiero que me digas la verdad — se levanta abriendo las cortinas de todas las ventanas que se encontraban en la habitación. Una de las razones por las que los abuelos me dijeron que me mudara aquí fue porque no tenia escapatoria de tomar al menos un poco de vitamina D — ¿ El Luccas te habló?
— ¿Que?
— Luccas, nuestro mejor amigo, hermano de... Liah, Luccas te habló?
Tal vez sea que mi cerebro no esta lo suficientemente despierto para pensar, pero no entiendo por qué Luccas tendría que hablarme, hace meses no me ha dirigido la palabra
— ¿Por qué tendría que hacerlo? ¿Tiene ganas de hablarme ahora?
— No lo sé, era por decir algo. Olvídalo — noto su suspiro con alivio, quiero seguir insistiendo, pero sé que ella no es el camino correcto para llegar al pelirrojo
— ¿Que tal sigues con tu amado? — intento desviar el tema hacía el argentino que a estado cayendole de una forma muy rara a Selli
— Excelente, ayer casi hago al weon desaparecer de la faz de la tierra. Tuve sueños acogedores después — ella ríe malvadamente y ya me puedo imaginar como sigue su guerra de bromas. Lo peor es que ninguno parece aceptar que lo hacen porque les agrada su compañía mutua
