Enzo un actor de teatro común aficionado a la fotografía
Maliah tan solo intenta descubrir que hacer con su existencia
Alguien que le encanta definir espacios vacíos y alguien que huye de la soledad
Se conocen durante el verano de 2019 en Venezia
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Me levanto al sentir una casi imperceptible presión sobre mi pecho que lentamente sube abriéndose paso por mi cuello para recostarse ahí. Al enfocar mi mirada unos preciosos ojos verdes con su pupilas en forma de diamante se encuentran con los míos, se inclina más hacía mí haciendo que sus bigotes rocen contra mi piel ocasionandome cosquillas
La morocha que se encontraba a mi lado se remueve debido a la risa que irrumpio en el silencio de la mañana, con cuidado acaricio su cabello tratando que vuelva a dormir
No puedo evitar recordar la madrugada, verla tan fragil, aún cuando reía ante mis bromas sus ojos no parecian estar de acuerdo, soltando lagrimas de una tristeza que parecía nunca querer irse
Durante la madrugada unos susurros me sacaron de mis pensamientos, resultaba que estaba siendo atacada por terrores nocturnos, no sabía que más hacer debido a que estaba dormida, así que decidí arrimarla más contra mi pecho, como si los latidos de mi corazón pudieran sobrepasar las barreras del sueño, para mi sorpresa ayudó, haciendo que se calmara y pasara su brazo sobre mí aferrandose aun más. Como si tuviera miedo de que me fuera, espero que los mismo latidos que escucha puedan decirle que jamás me iría de su lado
Me encuentro ensimismado en estos pensamientos cuando ella despierta quitando el brazo que me rodeaba. Su cabeza se eleva observandome, y podría jurar que me ví perdido en aquellos ojos cafes. Esos que se hacian encantadores durante la mañana, los que hacian latir tu corazón cada vez que estaban presentes, pero especialmente aquellos que no te dejaban dormir, haciendote pensar que no deberias beber de aquel vicio del que nadie escapa
Y ahí supe que era la unica droga de la que quiero depender. Mi diagnostico de caida a la perdición se encontraban firmados a su nombre
— Buenos dias, preciosa — ella sonrie escondiendose en mi pecho, como si no quisiese despertar aún. Y yo solo quiero que estemos asi mucho mas tiempo
— ¿Que hora es?
— Eh... no he revisado, ¿tengo que esconderme de alguien? — susurro inclinando mi cabeza hacía delante escondiendola en su cuello
— ¿Quién querría esconder a alguien tan lindo? — da caricias a un costado de mi cabello antes de levantarse
Al tomar su telefono sus ojos se abren sorprendidos — Jodeme que son la una de la tarde
— Con razón nuestro hijo esta con hambre, pobre nene... — Acaricio al gatito que se encontraba entre las piernas de Liah
— Nuestro hijo? — Inquiere mirándome a lo que yo coloco la mano en mi pecho haciendome el dolido
— ¿Pensás negar a tu familia ahora?
— Noo, no. ¡Jamás! — eleva sus manos negando divertida
— ¡Ta, más vale!. Porqué voy a comprar el desayuno
