treacherous

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Aclaración: Aquí vamos a suponer que luego del pastel azul del cumple 16 de Percy, a Annabeth y él los interrumpieron y por tanto no existio el noviazgo, siguen siendo "amigos", lo de Gaia no pasó. Piper y Leo llegaron normal, Jason sigue en New Roma y que acaban de descubrir que los semidioses romanos también existen, por tanto harán una visita para crear lazos y así.

*

Imprudente.

Eso y mil sinónimos más podían definir a Percy Jackson, por lo menos eso creía Annabeth, quien era probablemente quién mejor lo conocía.

Es decir, era su mejor amigo.

Ambos tan unidos al punto de saber que cuando él estaba a punto de cometer una estupidez, ella aún tenía un par de minutos para pensar la situación y exponerle porqué no debería hacer lo que aún así haría.

Como en ese momento:

—Créeme cuando te digo que llevar un regalo super guau es mala idea —era la enésima vez que ella comentaba aquello.

Al principio supuso que era una broma, pero quizás dejar a Percy pasar mucho tiempo con Leo, le estaba afectando. Percy solía ser algunas veces lento para entenderla, no idiota.

—¿Pero por qué?

—Porque si se basan en el lado ese, su forma de ver el presente les parecerá un tipo de apuesta de "Nosotros somos mejores que ustedes, tan solo mirenlo" aunque si lo seamos, pero no es el caso.

—Eso suena a discriminación e hibris, listilla —Percy la vio "mal" pero ella sabía que en realidad solo evitaba soltar a reírse ahí mismo.

—Veelo, piénsalo y llámalo como te parezca, pero no es buena idea y punto, ¿Queda claro?

Lo vio poner los ojos en blanco y supuso que era lo mejor que lograría de su parte.

Cuando estaba segura que Percy estaba lo suficientemente lejos para no verla, ella se permitió sonreír, a veces, raras veces amaba las locuras que rondaban por su mente.

Y ni hablar de las caras que ponían, le parecían demasiado tiernas y lindas, aún para alguien de 17.

Agitó su cabeza, tenía que alejar aquellos pensamientos. Él solo era su amigo, hasta ahí. Además, debía entrenar, después de todo serian Percy, Clarisse y ella los embajadores a ese nuevo mundo.

Sí, los veteranos serían el ofrecimiento en busca de una paz y alianzas.

Con la necesidad de despejar su mente, se dirigió a la arena. Varios campistas rondaban cerca, pero nadie parecía querer ofrecerse a entrenar, por lo que estuvo sola practicando estocadas, lanzamientos de dagas y demás, por lo menos hasta que el aburriemiento hizo que se sentara un rato y que segundos después una voz la acompañará.

—Eres todo un caso, listilla —Annabeth sonrió, con la botella de agua en sus labios.

—¿Hasta ahora te das cuenta? —ella lo escuchó reir—. ¿Qué haces aquí? —preguntó esta vez viéndolo a los ojos.

Que hermoso color de azul verde -pensó.

—Me tomé la libertad de venir a ofrecerme como sacrificio —La ceja izquierda de Annabeth se alzó mientras que en sus comisuras una sonrisa comenzó a jugar.

—¿Oh, si? ¿Y a qué debo tal honor? —preguntó siguiéndole la corriente.

—Lo hago en nombre de todas aquellas almas asustadas que creen que les pedirás que te acompañen y por miedo no se negaran —con su dedo señaló los alrededores y esta vez, Annabeth no pudo contener la risa corta llena de burla que se desprendió de su boca.

Percabeth (taylor's version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora