𝑨𝒏𝒈𝒔𝒕𝒓𝒖𝒂𝒓𝒚 ~ 𝑰𝒌𝒌𝒊×𝑺𝒆𝒊𝒚𝒂

Día 10

Bancarrota

Los días se convierten en semanas, las semanas en meses. Mi vida ha cambiado drásticamente desde que Ikki me dejó. Me encuentro en bancarrota, sin un centavo a mi nombre. He tenido que regresar a vivir con mi hermana, Seika.

Cada día es una lucha. Me siento humillado, pisoteado. La alegría y el brillo que una vez tuve se han desvanecido. Me siento como una sombra de lo que solía ser.

Seika lo nota. Ella ve cómo me hundo cada vez más en la tristeza. Intenta animarme, me trae mis comidas favoritas, intenta hacerme reír. Pero nada parece funcionar. La tristeza es demasiado profunda, demasiado abrumadora.

— Seiya — dice un día — tienes que seguir adelante. No puedes dejar que esto te destruya.

Pero sus palabras, aunque bien intencionadas, no logran penetrar la oscuridad que me rodea. Me siento atrapado en mi propia tristeza, incapaz de ver la luz al final del túnel.

Y así, los días pasan. Cada uno más oscuro que el anterior. Y todo lo que puedo hacer es esperar, esperar a que el dolor se desvanezca, a que la tristeza se disipe. Pero por ahora, todo lo que tengo es la soledad y el recuerdo de un amor perdido.

[Seika]

Ver a mi hermanito en este estado es desgarrador. Siempre ha sido el sol de nuestra familia, siempre lleno de vida y alegría. Pero ahora, ese brillo se ha desvanecido. Seiya se ha convertido en una sombra de lo que solía ser, y eso me duele más de lo que puedo expresar.

Cada día, veo cómo se hunde más y más en la tristeza. Intento animarlo, intento hacerle sonreír, pero nada parece funcionar. Es como si una parte de él se hubiera ido, dejando un vacío que no puedo llenar.

Me siento impotente. Quiero ayudarlo, quiero aliviar su dolor, pero no sé cómo. Todo lo que puedo hacer es estar a su lado, ofrecerle mi apoyo y mi amor. Pero a veces, eso no parece ser suficiente.

A pesar de todo, no pierdo la esperanza. Sé que Seiya es fuerte. Sé que puede superar esto. Pero también sé que va a necesitar tiempo. Tiempo para sanar, tiempo para encontrar la paz.

Así que aquí estoy, a su lado, esperando el día en que vuelva a ver a mi hermanito sonreír. Y hasta entonces, haré todo lo que esté a mi alcance para ayudarlo a superar esta prueba.