Día 15

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Llanto emergente

Siento un nudo en la garganta, una presión creciente que amenaza con consumirme. Mis ojos arden, y antes de que pueda detenerme, las lágrimas comienzan a caer. No son lágrimas silenciosas, son lágrimas emergentes, desesperadas, que brotan de un lugar de dolor profundo dentro de mí.

Mis hombros se sacuden con cada sollozo, cada lágrima es un recordatorio de la tristeza que llevo dentro. Me dejo caer de rodillas, permitiendo que el dolor me consuma, permitiendo que las lágrimas fluyan libremente.

No intento contenerlas, no intento esconder mi dolor. Porque en este momento, llorar es todo lo que puedo hacer. Llorar es mi única salida, mi única forma de liberar el dolor que siento.

El dolor que siento no es físico, es un dolor que reside en lo más profundo de mi ser. Es un sentimiento de pérdida, de desesperación, que me carcome por dentro. Es como si una parte de mí se hubiera ido, dejando un vacío que no puedo llenar.

Cada día es una lucha, una batalla constante contra la tristeza que amenaza con consumirme. Intento mantenerme fuerte, intento seguir adelante, pero a veces, el peso es demasiado grande.

Lloro porque siento que he perdido algo que nunca podré recuperar. Lloro porque, a pesar de mis esfuerzos, no puedo escapar de este dolor que me consume. Lloro porque, a veces, es la única forma de liberar el dolor que siento en mi interior.

Pero sé que no puedo dejar que este dolor me defina. Así que lloro. Lloro hasta que no me quedan más lágrimas, hasta que el dolor en mi pecho se alivia un poco. Y aunque sé que el camino hacia la curación es largo, también sé que cada lágrima derramada es un paso hacia la superación. Porque a veces, llorar es la única forma de comenzar a sanar.

𝑨𝒏𝒈𝒔𝒕𝒓𝒖𝒂𝒓𝒚 ~ 𝑰𝒌𝒌𝒊×𝑺𝒆𝒊𝒚𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora