III

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(Pasado) 

Las noches jamás fueron tan frías como esta, el invierno se acerca o eso le dijo su abuela a la niña antes de que la vendieran como un animal por unos cuantos pesos, es muy pequeña pero entendía como funcionaba la vida, su mamá y su padrastro aprovecharon la salida de su abuela para sacarla de casa con la mentira de ir al parque y si fueron pero unos hombres que la niña vio enormes ante sus ojos rápido la tomaron y aventaron una bolsa pequeña al suelo a su mamá, el impacto hizo que sus monedas salieran dispersadas por el suelo. 

¿Qué es esto?!!. — Su padrastro grito. 

— El dinero. — Respondió uno de los hombres mientras la niña fue subida a la camioneta. 

— Esto es una miseria, no quedamos en esto!!. — Lo golpearon brutalmente entre dos hombres mientras su mamá lloro y trato de evitar que se la llevaran. 

Todo fue tan rápido y la niña también supo en ese instante que su mamá se arrepintió demasiado tarde pero solo porque su dinero no estaba completo, aquello le hizo guardar un rencor hacia su progenitora, rencor que con el paso de los años reconoció. 



— Papá todo esta marchando bien, le dije que sería un gran negocio. 

— Mas te vale o voy a matarte. 

La niña miro al viejo con miedo pues ni siquiera le importa amenazar a su propio hijo frente a todos, miro a sus lados con disimulo para ver a las demás niñas y adolescentes, algunas llorando y otras parecen estar perdidas en sus pensamientos. 

— Bien. — El viejo se levantó de su silla y camino alrededor de su escritorio para verlas mejor. 

— ¿Niñas?. — El hijo hablo con descontento. 

— Quiero una para mi servicio personal, las mas grandes son para el negocio. 

Inmediatamente sacaron a 5 chicas y dejaron a 3 niñas entre ellas la pequeña que fue vendida. 

— ¿Secuestradas?. — Pregunto el viejo a un hombre bien vestido. 

— Dos de ellas, una vendida por sus propios padres. 

— ¿Cuál?. 

— La de en medio. — Todos los ojos fueron a dar a la pequeña que solo bajo su mirada al suelo por temor. 

— Las otras dos, ¿Ya son buscadas?. 

— Si. 

— ¿Qué debería hacer, matarlas o dejarlas vivir?. — El viejo preguntó mientras que el hijo simplemente mató a las niñas a su lado como si nada. 

Se instaló un silencio en la enorme habitación y la niña se negó a mirar a su lado, la sangre llegó a sus rodillas y sus manos que apoyó para no caer de cara, sus ojos se inundaron de lágrimas y comenzó a temblar del miedo. 

— Que idiota. — Dijo el viejo con un suspiro de resignación. 

— No estamos para juegos tontos. 

— Pudieron regresar con sus familias, a lo mejor a ellas si las querían. 

— ¿Qué estas tratando de decir?. 

El joven miro dolido a su padre mientras que el viejo levantó su mano dando a entender que no quiere escenas en ese momento y se callará de una buena vez. 

— Oye niña!. — Rápidamente la niña fue levantada por un hombre. — Soy Thomas… ¿Tú eres?. 

La niña trato inútilmente de regular su respiración y relajarse para poder hablar sin que su voz se cortará, no quiere que el hijo la mate por no saber controlarse. 

The Pleasure Palace "Chaelisa/Chaennie" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora