Ya no me interesas

Capitulo 75

Qian Manguan todavía estaba corriendo, buscando conexiones, sin saber que la mente de Fu Zhiyu ya no estaba en él. Para ser precisos, incluso si pensaba en cosas sobre las familias Deng y Qian, su atención no se centraba en ellas.

Sabía sobre el envenenamiento de Deng Qian, pero no tenía el antídoto y no sabía con qué tipo de veneno habían envenenado a Deng Qian. No estaba a cargo de Chen y los bárbaros que trataban con la familia Qian. Era alguien escondido detrás de escena.

Ahora era sólo otra prueba de que, frente al poder real, todos los métodos de conspiración eran inútiles.

No fue una buena idea alargarlo hasta hoy. Fu Zhiyu se frotó la frente y habló con Yuan Jiangxing al respecto: "Escribí dos cartas a los bárbaros y a Chen, y también les estampé mi sello. Si Qian Manguan viene la próxima vez, se los daré. En cuanto a si serán útiles o no, no lo puedo garantizar. En cuanto al veneno de Deng Qian, no hay nada que pueda hacer".

Sin embargo, la familia Deng no estaba tan ansiosa como Qian Manguan. Deng Qian, que era la columna vertebral de la familia, tuvo un accidente, pero la familia Deng estaba mucho más tranquila que Qian Manguan sobre la difícil situación de su hijo. Estaba extrañamente silencioso. El comerciante que se escapó con el dinero no hizo ningún movimiento y la tormenta se calmó inexplicablemente.

No importa desde qué ángulo lo mires, no habrá ningún buen resultado si esto continúa. Fu Zhiyu había terminado con su ira y la familia Deng tenía innumerables tiendas en sus manos, apoyando a muchos empleados. Si colapsaran demasiado, nadie podría hacer nada y un enfrentamiento prolongado sólo resultaría en una situación en la que todos pierden.

Este incidente fue iniciado por ellos, pero para Fu Zhiyu, no terminó así.

Yuan Jiangxing asintió y le preguntó: "¿Todavía irás a la oficina del gobierno para ver los documentos hoy?".

Fu Zhiyu asintió.

En el pasado, Yuan Jiangxing trajo algunos volúmenes representativos a su mansión para mostrárselos, pero Fu Zhiyu leyó cada vez más y finalmente salió de la mansión a la oficina gubernamental para revisar los documentos todos los días.

Cuando Yuan Jiangxing miró a Fu Zhiyu ahora, se sintió muy feliz en su corazón y sintió que Zhiyu ahora estaba un poco más vivo que antes.

Aunque el comienzo de este asunto no fue bueno, no fue necesariamente algo malo para Zhiyu.

Pero hoy Fu Zhiyu sufrió un pequeño accidente. Se subió al carruaje para ir a la oficina gubernamental. Había un tramo de la carretera por la parte occidental de la ciudad. Hubo mucha gente allí. Fu Zhiyu todavía sostenía un documento en la mano, leyéndolo. Era un diario local y había una copia de la topografía. Se llevó la topografía de regreso a casa para mirarla con atención y ahora en el carruaje no se olvidó de sacarla para mirarla un poco más.

En ese momento, de repente sintió instintivamente que algo andaba mal. Tal vez fue que había doblado demasiadas curvas hoy, lo que lo hacía sentir extraño sentado en el carruaje. Fu Zhiyu frunció el ceño y abrió lentamente las cortinas. El camino frente a él era muy extraño.

Efectivamente, éste no era el camino a la oficina gubernamental.

Fu Zhiyu estuvo desconcertado por un momento y luego miró a su alrededor. Recientemente iba a menudo a la oficina del gobierno y la carretera estaba dentro de la ciudad, por lo que la conocía hace mucho tiempo. Hoy en día, la gente veía a Fu Zhiyu como una serpiente venenosa y no podía esperar para alejarse lo más posible de él. Nadie lo tocaría. Trajo guardias varias veces antes, pero dejó de traerlos porque era demasiado problemático. Simplemente trajo un cochero que viajaba liviano. ¿Quién hubiera imaginado que algo así sucedería hoy?