El Principe Y El Sirviente

Capitulo catorce

La señora Kim y la pequeña Rose tuvieron que salir al mercado para comprar algunas cosas para el almuerzo.

Mientras la señora Kim elegía los vegetales, la niña veía a un señor con un traje un poco extraño subirse al lugar donde hacían anuncios.

–— ¡Atención pueblo de Seúl! –— Gritó el hombre para que todos hicieran silencio –— Nos complace anunciarles que nuestro heredero al trono, el príncipe Jeon Jungkook, a conseguido a su pareja destinada. –— Las voces de la gente no se hizo esperar, preguntándose quién era el gran afortunado.

–— ¿El principe Jeon?¿El chico que fue a la casa? –— Pregunto inocentemente la niña.

–— ¡Rosie! –— La señora Kim volteo para todos lados, esperando que nadie más haya escuchado a su hija. –— Sí, pero nadie tiene por qué saberlo. –— Tomo a Rose de la mano y se dirigieron a la casa.

–— El señor de traje raro dijo que el príncipe Jeon había conseguido un Omega. –— Repitió lo que había escuchado. –—  TaeTae es un Omega, ¿El es ese omega?

–— No sé, pequeña Rosie.

Aunque no lo dejara se evidente, la señora Kim tenía la misma duda que su pequeña hija.

"La reina Jeon quiere hablar con usted", Y es que la suerte era la mejor amiga de Taehyung, sí.

Caminaba con los pies arrastrados hasta la oficina de la reina Jeon, su ahora suegra.

Sus manos estaban frías y sudadas, el miedo que fluía todo su cuerpo le recordó a las veces que se enfrentaba a tipos más grandes que el, sin embargo, aquí no había adrenalina, y mucho menos tipos más grandes que el.

¡Iba a estar frente a frente con ella! ¡La reina Jeon! ¡Su suegra!

Cuando estuvo frente a la puerta de la oficina dió tres toques, abriendola cuando recibió una respuesta afirmativa.

Entro y con cuidado cerró la puerta, se acerco al escritorio.

La alfa dejo los papeles a un lado y concentro su vista al Omega.

–— Reina Jeon. –— Dió una pequeña reverencia como respeto.

–— Me da gusto por fin verte Taehyung, siéntate.

El Omega hizo lo pedido, sentándose derecho, como su mamá le había enseñado para estás ocasiones.

–— Me dijieron que usted quería hablar conmigo, pero no me dijieron de que.

–— Quiero hacerte unas preguntas, varias para ser directa, claro, si puedes responderlas. –— Fue directo al grano.

El omega parpadeo, asintiendo.

–— Las responderé todas.

–— Okay. –— Se acerco al escritorio. –— ¿Eres de aquí?

–— Bueno, no nací aquí, soy originalmente del reino de Daegu, pero cuando tenía seis años nos mudamos para acá por mi papá, desde entonces vivo aquí, el. — Oh, de ahí venía ese dialecto diferente al de su reino.

–— ¿Con quién vives?

–— Vivo con mi madre y mi hermana menor, mi padre falleció hace algunos años.

–— ¿Estudiaste?

–— Estudie hasta la secundaria, me iba bastante bien.

–— Escuché por ahí que eras bastante conocido en el pueblo, ¿Puedo saber por qué? –— Pregunto con mucha curiosidad, siendo esa la que más le intrigaba.

–— Oh, bueno... –— El Omega se sonrojo, nunca había pensado tener que contarle eso a la reina. –— Siempre fui alguien "Rebelde" por así decirlo.

–— ¿"Rebelde"? –— Pregunto confusa

–— Siempre fui catalogado como "el Omega rebelde", normalmente a los omegas se nos discrimina y se nos insulta, diciéndonos que somos unos débiles y que para lo único que servimos es para limpiar y tener hijos, nos rebajan a eso. –— Exhaló. –— Nunca estuve de acuerdo con esas ideas, por lo que más de una vez me ví metido en discusiones con alfas, más que todo nobles que querían sobrepasarse conmigo o buscaban humillarme, nunca me deje. De hecho, hubo una ocasión en la que uno me golpeó, afortunadamente un amigo alfa se metió y evitó que me diera una paliza. –— El Omega miro sus manos. –— Me sentí inútil, el poder no defenderme porque por más que ponga mi fuerza para los alfas, siempre seré como una pluma.

La alfa escuchaba asombrada por los sucesos, jamás había visto a un Omega así.

–— Ay, perdón, creo que hable de más. –— se disculpo avergonzado.

–— No, no, siempre supe que tenías un toque singular, me alegro de que mi hijo tenga un Omega como tú.

Taehyung le sonrió, el miedo en su sistema yéndose.

Era un gran avance caerle bien a su suegra.