Capitulo quince

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— No

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— No.

— Pero Tae-

— No Kook, no puedo hacerlo.

El Omega se negaba rotundamente a lo que el alfa le había dicho.

Los pongo en contexto.

Hace un mes la pareja había cumplido su primer mes de novios, por lo que Jungkook sugirió que Taehyung ya no trabajará más en el castillo, puesto a qué al ser el novio — y futuro esposo—  del príncipe, lo convierte a el príncipe consorte y no tendría por qué seguir trabajando como sirviente al ser parte de la realeza ahora.

— ¿Por qué?

— Tengo que trabajar para pagar los gastos de mi casa, la escuela de mi hermana y el pan de cada día, con lo que gana mi mamá no sería suficiente, te recuerdo que yo no nací en una cuna de oro.

Y ahí estaba el pequeño detalle que Jungkook no había tomado en cuenta.

— Podría enviarle dinero a tu mamá, hasta más de lo que ganas.

— ¿Quieres que acepte eso y no estar haciendo nada? — El alfa no dijo nada. — Kook te agradezco muchísimo todo lo que haces por mi, pero a mí no me gusta el dinero fácil.

— No es dinero fácil.

— Si lo es. — Suspiro, pensando en ideas hasta que se le ocurrió una. — ¿Y si me enseñas a cómo manejar los asuntos del reino?

— ¿Ah?

— Lo que tú haces, si me enseñas podría ayudarte con eso, aprendo rápido y soy bueno con las matemáticas.

— Taehyung.

— No me gusta estar de mantenimiento Kook.

Jungkook lo medito un poco, no sería tan malo recibir un poco de ayuda.

— Está bien, te enseñaré.

— ¿Te vas y me abandonas por un alfa? — Dijo el beta, Taehyung se rió de su dramática escena

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— ¿Te vas y me abandonas por un alfa? — Dijo el beta, Taehyung se rió de su dramática escena.

— No seas dramático Minnie.

— Te voy a extrañar, mucho. —  Fue y abrazo al Omega. — ¿Ahora con quién se supone que almorzare, le tíre la almohada por qué ronca mucho y me acompañe en mis aventuras? — Ok, eso había ablandado el corazón del Omega, el beta fue la primera persona que lo recibió cuando llegó al castillo y ha sido su amigo desde entonces, a él también le daba sentimiento dejar su rutina.

— Ey, voy a seguir viviendo aquí, no es como si me fuera a ir.

— Pero tu estarás ocupado haciendo cosas de la realeza.

— Me las arreglaré para verte seguido, lo prometo.

— ¿Pinky Promise? — Alzó el dedo meñique.

— Pinky Promise. — Junto su meñique con el de el chico.

Entre risas terminaron de guardar las cosas del Omega, para llevarlas a su nueva habitación.

Entre risas terminaron de guardar las cosas del Omega, para llevarlas a su nueva habitación

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© mininchiw

El Principe Y El Sirviente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora