CAPITULO II

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NARRA SPREEN...

Como odiaba los lunes. En verdad son lo peor del mundo y no entiendo como es que hay gente que tiene las agallas de despertarse temprano. Maldita sea, corría con una suerte...

Al levantarme de la cama me percato que hay alguien a mi lado, es Nat, por supuesto. Después de que... bueno. Después de lo que sucedió en México decidí quedarme el resto de la semana. Me habían dejado, sí. Al final del día la vida sigue.

Nos fuimos al lugar que habíamos rentado y ahí pasé buenos momentos, muy buenos momentos con Nat a tal grado de terminar regresando. No somos novios, no volvería a eso pero estábamos juntos.

Carrera y todos mi amigos se habían puesto en contra de eso pero la última vez que les hice caso terminé enamorándome de la equivocada.

-Iván, ven cinco minutos más- me dice la chica.

-¿Cuantas veces tengo que decirte que no me digas Iván?- no me gustaba.

No sonaba igual en los labios de ella y al final del día había terminado odiando mi nombre.

-Lo sé, Spreen- dijo haciendo un énfasis en mi nombre profesional- ¿Qué vamos a desayunar?

-¿Qué se te antoja?- la chica se me queda viendo.

-Muchas cosas pero justo ahora un rico sándwich de salmón de los que venden en el restaurante orgánico de enfrente.

-Deja voy a comprarlo. Enseguida vuelvo.

Me vestí rápidamente y bajé para ir por un café también. En el elevador me había topado con los nuevos vecinos que vivían en el departamento dónde Maca solía vivir. Es raro puesto que es una pareja y no son muy sociables que digamos. Se la pasan en la oficina la mayoría del tiempo.

Al saludar al chico que está en recepción me encontré nada más ni nada menos que a mi mejor amigo.

-Spreen- me dice dándome un abrazo.

-¿Qué quieres?- le dije.

Carrera solo venía hasta acá tan temprano en la mañana cuando se le ocurría algo o cuando quería algo.

-Nada, solo platicar contigo sobre mi cumpleaños. La fiesta exactamente.

-¿Qué hay con la fiesta?- digo mientras caminamos de nuevo a los departamentos.

-Pues ya sabes, tengo muchos amigos y también muchas amigas que quisiera invitar pero...- ya sabía por dónde iba.

-Carre, yo no soy nadie para decirte a quién puedes invitar y a quién no. No sé en qué concepto me tengas pero te prometo que puedo estar en el mismo lugar que ella. No es como que toda la vida se oculte de mi.

-Claro, eso no decías las veces que nos juntábamos y no ibas porque Maca iba a estar ahí. Ni siquiera puedes decir su nombre en voz alta.

-De la manera que sea, haz lo que quieras, es tu fiesta y no mía.

-Qué genio llegamos al departamento y Nat ya estaba ahí vestida esperando en el desayunador.

Me había enojado su comentario pero no por él sino por mi porque sabía que evidentemente no podía estar en el ismo lugar que ella. La odiaba y aunque quisiera negarlo no podía. Le había dado todo de mi y la chica solo quiso dejarme y romperme el corazón de la manera más cruel posible.

Y así era, tenía tres meses sin verla desde México. Cuando llegué a Puerto Madero ella ya se había ido del departamento, cobarde. Y por otro lado decidí abandonar la universidad. Al final del día de nada me iba a servir tener un titulo que nunca utilizaré. Eso y que ya no la quería ver.

In love with my forbidden || Spreen || PARTE 2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora