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Cayó la noche, y Jason se encontraba solo, sentado en el sofá de la sala contemplando un punto fijo de esta, cuando Cliff se apareció repentinamente por la puerta, tocando esta un par de veces para anunciar su presencia.
-¿Ocurre algo? -preguntó el ruloso al ver al otro acercándose a él, llevando un plato con guiso de arroz y un tenedor entre sus manos.
-Pensé que tendrías hambre -dijo, entregándole el plato, a lo que Jason rápidamente lo aceptó, reparando en el hecho de que llevaba mucho tiempo sin ingerir alimentos.
Cliff lo observó atentamente mientras prácticamente se devoraba el guiso, sin poder evitar sonreír.
De pronto, Jason tomó una pausa y luego lo miró.
-Oye, Cliff... -llamó al más alto, quien ancló toda su atención en el castaño.
-¿Sí?
-¿Quién es Dave? -preguntó, intrigado.
-Uh, Dave es un viejo amigo nuestro -explicó Cliff-. Estuvo con nosotros en una zona de cuarentena algo improvisada, de la cual luego tuvimos que huir porque había alguien infectado que empezó a morder a todos ahí. Hubo algunas complicaciones y... Bueno, tuvimos que separarnos de él, pero él nos dijo que iría a Kansas a buscar a su madre, por lo que supusimos que lo dijo para que nos reencontráramos allá.
-¿Kansas? ¿Dónde queda eso?
-Te lo enseñaré.
De un pequeño mueble de madera cerca del sofá, Cliff tomó un mapa y lo puso en sus piernas, usando su dedo como señalador.
-A ver... Estamos en California, y Kansas está... Aquí -apuntó a un punto del mapa y Jason lo miró atento.
-¿y donde estuvieron ustedes? Ya sabes, antes de que todo esto pasara
-San Francisco, pero luego ocurrió lo que te conté recién y tuvimos que marcharnos. Nuestra idea inicial era ir directamente a Kansas, pero luego decidimos parar aquí a buscar provisiones y... Honestamente, me siento feliz.
