VI

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—¿Yo hice eso? —preguntó Nayeon haciéndose la tonta.

—Sí —dijo la niña inocentemente asintiendo con la cabeza.

—No lo recuerdo —Trató de zafarse.

—Lo hiciste con el policía, él te preguntó si era tu hija y dijiste que si.

—Oh, eso, no lo recuerdo —dijo bajito.

La niña frunció los labios y arrugó el ceño algo confundida pero al final se dio por vencida.

—Está bien —dijo suspirando.

—Cuando lleguemos a casa quiero que te duches mientras yo hago unas llamadas.

—¿No vas a ayudarme como ayer?

—¿Quieres que lo haga? —preguntó la chica y vio a la niña asentir tímidamente.

—Tengo miedo de caer —admitió.

—Está bien, yo te ayudo.

Los que resto de la tarde Jinsol y Nayeon lo pasaron viendo películas en pijama una vez que se cambiaron las que ya traían, estaban sentadas en el sofá una junto a la otra en silencio, solo se escuchaba las voces de los personajes inundando la est...

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Los que resto de la tarde Jinsol y Nayeon lo pasaron viendo películas en pijama una vez que se cambiaron las que ya traían, estaban sentadas en el sofá una junto a la otra en silencio, solo se escuchaba las voces de los personajes inundando la estancia, Nayeon de vez en cuando sorprendía a la pequeña mirándola fijamente y corriendo la vista rápidamente cuando la atrapaba haciéndolo, Nayeon sonreía al ver el rubor en las mejillas de Jinsol pero prefería no decir nada para así no avergonzarla más.

Nayeon llamó a Amelia cuando la primera película acabó y le pidió que fuera al día siguiente por la mañana, no le dio muchos detalles, simplemente le pidió que fuera el día siguiente por lo menos unas ocho horas mientras ella volvía del trabajo, la mujer aceptó poniendo de condición que no se tardará porque ella debía regresar a su propia casa a atender a sus hijos que regresaban del colegio. Miraron alrededor de 3 películas cuando Jinsol comenzó a bostezar y su cabeza tambaleaba hacia adelante indicando que se estaba durmiendo.

—¿Ya quieres ir a la cama? —preguntó Nayeon y la niña asintió adormilada.

Ambas caminaron escalera arriba en silencio después de apagar todo, y se cepillaron los dientes en el baño del corredor, Nayeon ni siquiera recordaba la última vez que había usado ese baño, siempre usaba el suyo propio que tenía en la habitación, pero esta vez quiso utilizar este para que Jinsol no se sintiera sola mientras se cepillaba los dientes.

Nayeon ya caminaba a la habitación de invitados cuando se percató de que Jinsol no la seguía, se había quedado parada en el corredor con las manos entrelazadas en su espalda y mirando el piso.

—¿Sucede algo?

—Yo… me preguntaba si… —La niña hizo una pausa y la miró con esos enormes ojos— ¿Puedo dormir esta noche con usted?

—Sí, claro —dijo Nayeon desconcertada y levantando ambas cejas— Vamos entonces.

Jinsol sonrió y corrió a la habitación de Nayeon, se metió bajo las sábanas sin esperar un minuto más, cuando Nayeon se recostó junto a ella la pequeña de ojos cafés se acurrucó a su lado y puso su pequeña mano en el pecho de la pelinegra.                                                                                            

No me rendiré || 2YeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora