XXV

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Jeongyeon acercó las rosas a su nariz y no pudo evitar esbozar una enorme sonrisa, se mordió el labio inferior al tiempo que las abrazaba contra su pecho

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Jeongyeon acercó las rosas a su nariz y no pudo evitar esbozar una enorme sonrisa, se mordió el labio inferior al tiempo que las abrazaba contra su pecho.   

El día anterior Nayeon le había llevado el auto nuevo, pero hasta ese día no había tenido oportunidad de encontrar las rosas dentro de él y todo porque necesitaba ir al supermercado a hacer la compra para la semana.   

Con la delicadeza natural que tenía tocó el borde de una de las rosas y comenzó a inspeccionar el ramo, una pequeña tarjeta pegada en el centro capturó su atención y sin demorar más abrió el pequeño sobre revelando la preciosa letra cursiva de Nayeon que tanto le gustaba.   

Podrían pasar miles de años y seguiría recordando tu sonrisa, tu mirada, tu olor y cada detalle de los que sigo enamorada.   

Im Nayeon

—Eres una idiota —murmuró para sí misma sintiéndose una adolescente a la que le acababan de decir que le gustaba a alguien, sin embargo, los recuerdos de lo que había decidido comenzaron a invadir su cabeza y su sonrisa se borró de golpe, una pelea interna se desató dentro entre sus sentimientos quienes peleaban contra la razón, su corazón anhelaba tener a Nayeon una vez más, sentirla cerca suyo, poder besarla, poder estar entre sus brazos pero luego estaba todo lo que había hecho y como era casi imposible sacarlo de su mente.   

—¿Quién te dio flores, mami? —preguntó Jinsol al verla entrar a la casa.   

—Estaban en el auto —dijo sin dar mucho detalle.   

—¿Te las dio mamá? —preguntó emocionada.   

—No lo sé —mintió— Ahora vamos, ya termine de colocar tu silla en el auto.   

Jinsol suspiró y caminó con su madre hasta la entrada para luego subirse en el auto nuevo.   

—Este auto es más bonito que el otro —dijo emocionada la pequeña.   

—Lo sé —sonrió al ver lo emocionada que estaba— ¿Qué quieres que te compre para la escuela? —preguntó poniendo en marcha su nuevo Jeep del año.   

—Quiero sandía, amo la sandía y quiero llevar dos burritos de pollo mañana.

—¿Dos?   

—Sí, uno para mí y otro para mí… amiga Jiwoo.   

—Mencionas mucho a Jiwoo, ya tengo ganas de conocerla.

La niña recordó lo que su madre le había dicho el día anterior, debía contarle a Jeongyeon sobre Jiwoo.   

—Mamá, necesito decirte algo importante.   

—Claro, cielo —La rubia le echó una mirada por el retrovisor— ¿Qué es?   

—Jiwoo es mi mejor amiga y la quiero mucho y… y nos besamos porque no queremos separarnos nunca —explicó— Pero no somos novias y mamá ya me dijo que tampoco podemos serlo porque soy pequeña.

No me rendiré || 2YeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora