Capítulo 10

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Capítulo 10

Liam me levantó rudamente del suelo, enrollé mis piernas alrededor de su cintura mientras él besaba afanosamente mi boca, y devoraba cada parte de mí.

-Liam...-respiré entrecortadamente mientras él besaba mi cuello-Vamos a...-gemí cuando sentí sus dientes clavarse juguetonamente en mi clavícula-La habitación-gemí-Ahora, vamos ya.

Él apartó su boca de mi cuello y levantó la cara, mirándome fijamente a los ojos, sus pupilas estaban dilatadas, el verde de sus hermosos ojos estaba más oscuro y su pecho se inflaba y contraía debido a su respiración rápida.

Buscó mi boca afanosamente de nuevo y puso sus brazos a mí alrededor, yo le abracé por el cuello, apretando fuertemente mi agarre de manos y piernas. Él me levantó, y mientras besaba mi boca me alejó del mesón, de la cocina y de la realidad.

Sus labios eran suaves plumas que masajeaban sensualmente los míos, me derretí en sus brazos y en su boca. Quería que el sintiera el sabor de cada parte de mí.

Liam subió las escaleras rápidamente conmigo abrazada a sus hombros y cadera, abrió la puerta de su habitación y me tiró rudamente sobre la cama, sus ojos estaban cargados de deseo, y su boca, roja por los besos.

Él estaba de pie, arrancándose la camisa, me senté en el borde de la cama y le jale por los hombros hacía mí, cuando sus labios no tocaban los míos era como si no pudiese respirar, como si el aire me faltara y fuese a morir de asfixia.

Su lengua se coló en mi boca llenándome de sensaciones, Liam levantó mi camisa y yo mis brazos. El contacto de nuestras bocas se cortó por un momento cuando la camisa pasó por mi rostro, para que luego Liam la lanzara lejos, en alguna parte de mi habitación.

Gemí su nombre cuando besó mis hombros, y empezó a bajar, dejando besos y mordidas hasta que llegó a la pretina de mi short.

Apreté las sabanas con mis manos, mis dedos parecían dormidos y el resto de mi cuerpo más despierto.

Liam desató el botón de mi short y sentí su mano colarse dentro de este. Negué con la cabeza mientras Liam introducía uno de sus dedos en mí. Solté un suave gritito y el gruño, mirándome, con una sonrisa en su boca.

-Liam-apreté las piernas, sentía que iba a morir, necesitaba su boca sobre la mía, apresuradamente, o iba a asfixiarme-Necesito...

Introdujo un segundo dedo y empezó a moverlos rítmicamente, contuve el gemido mordiendo mis labios y él se aproximó hacia arriba, mientras continuaba con sus dedos. Llegó a mi boca nuevamente, y me besó fuertemente, llenó de amor y de deseo encarnado.

-Ann-suspiro luego de introducir su tercer dedo, y yo ya deliraba en medio del placer y el dolor. No estaba acostumbrada a esta situación, la única y primera vez que lo había hecho, había estado ebria y no recordaba nada, pero ahora, era diferente, todo quedaría grabado en mi cabeza; cada cosa, la calidez de sus brazos, el placer que me daban sus dedos, y el fervor de sus besos.

Lo jalé hacia mí, abrazándolo, queriendo que se detuviera, pero a la vez que lo hiciera más rápido. Mis piernas temblaron y mordía mis labios para evitar soltar aquellos gemidos que tanto me avergonzaban.

-No sabes cuánto te deseo-susurró en mi oído, luego mordió el lóbulo de mi oreja-Y es casi ridículo lo equivocada que estás-besó mi cuello y me estremecí bajo su respiración acelerada en mi oído.

Removí el pantalón de sus caderas y él quitó mis shorts, que en alguna parte de la habitación, hicieron compañía a mi camisa. Nos deshicimos de todo hasta que piel y piel hicieron contacto.

Y entonces, Liam Sullivan, me mostró porque tenía, la reputación de playboy que tenía.

Temblé ante el delicioso picor de su mandíbula a medida que dejaba un camino de besos hacía la hendidura de mi ombligo, y ante su pícara sonrisa, que me miraba desde abajo. Luego, abrió mis piernas, y empezó a pintarme en sensaciones. Primero colores suaves, mates y soñadores: ocre, color tierra y rosa con su lengua. Mi respiración se aceleró, y necesitaba...necesitaba...

-Rápido-rogué.

-Lento-dijo él.

Cada toque, cada nuevo componente e inaudito compas me hacían delirar, y me sentía hipnotizada por su textura.

-Anabell-susurró, mientras empezaba a adentrarse él, todo él en mi-estás sabanas son nuestro mundo, y en ellas, eres infinita, hermosa y sublime. Estás aprisionada en mis brazos, pero al mismo tiempo eres libre.

Gemí fuertemente cuando lo sentí totalmente dentro de mí, y su cadera empezó a moverse rapsódicamente, adentrándose y saliendo dentro de mí. Apreté y levanté mi pelvis para que entrara más en mi interior.

Deslizo mis manos por su espalda, y mis tobillos se envolvieron alrededor de su cintura, mientras me observaba con esos ojos insondables. Estábamos conectados: manos, bocas, miembros, cuerpos, almas. Nunca antes había experimentado esto.

Liam me besa y es azúcar en mi lengua y champagne en mi sangre, me quiero ahogar en su sabor, en su esencia, y en sus sonidos. Su cuerpo es electricidad, y no se cansa de hacerme sentir en las nubes.

Sus besos, sus movimientos, sus palabras, todo él me hacía delirar. Gemí nuevamente y él gruñó sobre mis sonidos de necesidad.

Su cadera se movió más rápido y mis manos se ciñeron sobre sus hombros y mis uñas se clavaron. Liam gimió suavemente y me besó apasionadamente. Hasta que con una última estocada se derramó dentro de mí, y cayó sobre mí respirando apresuradamente, mis piernas temblaban y mordí mi labio.

-Anabell-suspiró en mi oído-Te lo repito: si tuviera que vivir mil años, te pertenecería en todos ellos. Si tuviéramos que vivir mil vidas, querría hacerte mía en cada una de ellas.

Me besó por última vez, antes de que mis ojo se cerraran, y quedáramos profundamente dormidos, en medio de un abrazo consolador y lleno de amor y besos.


Nota de autora:

Espero y hayan disfrutado este capítulo, la verdad que me gustó demasiado y puse mucho de mi en este.

Si les gustó, no olviden dejar su voto y su comentario. 



Dos amigos y un embarazo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora