Capítulo 13.
Mierda, mierda, mierda.
-Te digo que me sueltes, hijo de puta-jaloneé mi brazo rudamente, pero no tan fuerte como su agarre.
Liam rió y me sujetó por los hombros, me miró a los ojos y se relamió los labios.
-Escucha, Anabell-suspiró-En primer lugar, a mamá no le agrada esto-rió-En segundo lugar, no fue completamente mi culpa, estaba ebrio también-negó con la cabeza-En tercer lugar, rompiste la nariz a mi hermano. Y en cuarto lugar, mira nada más todo este drama. Es estúpido.
Sacudí mis hombros en un intento de quitar sus manos de mi cuerpo.
-¿Te parece estúpido?-grité-Perdí mi virginidad con un idiota, y AHORA estoy embarazada también de ese mismo idiota-le empecé a golpear el pecho mientras intentaba que las lágrimas no salieran-Arruinaste mi vida, ¿qué no te das cuenta? No me quieren en casa, mi familia me odia, no tengo donde ir. Estoy sola en el maldito mundo, y cargo conmigo este maldito error.
Jaloneé nuevamente y Liam me soltó. Me miró a los ojos, molesto.
-¿Te parece qué nuestro bebé es un error?-preguntó-¿Quieres acaso no tenerlo?-apartó la vista de mi-Que sepas que es fruto del amor, ese niño.
Reí burlonamente.
-¿Del amor?-pregunté-Maldita sea, no puedo creer que digas que viene del amor. ¡Viene de que confíe en ti, y tú solo te aprovechaste de mi!
En la mirada de Liam se podía leer el dolor. Mordió su labio inferior y a pesar de que sus ojos estaban con una tonalidad rojiza por las lágrimas que quería desbordarse, esbozó una sonrisa burlona.
Mi mirada cayó al suelo mientras una lágrima se resbalaba lentamente por mi mejilla. Sentí como Liam se aproximó y lo último que quería era que me tocase.
Aunque a la vez...
Quería que me tomara con fuerza, y me hiciera suya entre sábanas, recordándome, que siempre sería él el primero y dueño absoluto.
Lo odié con fuerza.
Sentí como su pulgar tocó mi mejilla y secó el rastro de mi pómulo. Mi labio tembló y mi ceño se frunció.
-¿Qué hiciste conmigo?-pregunté levantando la vista con el labio tembloroso-No pensaste en que hacías y ahora has destruido lo que me quedaba de vida. Mis padres me repudian, estoy embarazada y ni siquiera he terminado la preparatoria.
Depositó su mano sobre mi pómulo y con las pupilas dilatadas, me miraba, en silencio.
-¿Qué hiciste conmigo?-pregunté de nuevo, apartando su mano con furia.
Al no recibir una respuesta, asentí con la cabeza mientras mordía fuertemente mi labio inferior. Subí rápidamente las escaleras, intentando no llorar. Sé que huir no es la mejor salida, que a veces es mejor hablar, arreglar las cosas.
Pero...
No era capaz de verlo a los ojos y decirle que le perdonaba.
No era capaz de verlo de la misma manera cuando él tomó de mi lo más importante.
No podía ver a mi mejor amigo, como el padre de mi hijo.
Como aquel que quitó mi virginidad.
No podía...porque.
Él era mi mejor amigo.
Él era aquel que desde pequeño juró protegerme de todo aquello que me lastimara y me hiciera daño. Fue aquel que peleó con otros niños cuando me jalaban de las trenzas, aquel que me ayudó a aprender a montar bicicleta.
Él que siempre juró defenderme de todo lo que pudiese lastimarme...Había vuelto añicos mi corazón, y una gran bola de mierda, mi vida.
Me senté en un borde de la cama y apoyé mis codos sobre mis rodillas, y a su vez mi frente en mis manos. Dejé que las lágrimas salieran una tras otra de mis cansados ojos.
Vaya mierda.
Sentí como los pasos de Liam hacían crujir la madera de cedro de las escaleras, apreté los ojos. Lo último que quería era verle, pero también, quería tirarme sobre él y llenarle de besos.
¡Vamos, mierda!
¡Decide de una vez si lo odias o le amas por sobre todo!
Yo...Yo le amo.
Pero le odio con fuerza.
Se inclinó frente a mí y tomó suavemente mi mandíbula con su pulgar y dedo índice, obligándome a levantar la vista y encarar su mirada frívola llena de tristeza.
-Yo...-susurró-Yo no tengo ni una sola palabra que te haga entender, lo mucho que lo siento. No puedo reparar algo que he roto, pidiendo disculpas.
Asentí mientras limpiaba mi nariz, tragué saliva y me quedé en silencio. Su dedo pulgar de la mano libre, limpió mi mejilla surcada de lágrimas.
-¿Qué haces aquí si sabes que no repararas nada con una disculpa?-pregunté sollozante, y con los ojos cargados de dolor.
-Porque lo que nunca me perdonaría, y lo sabes...Es dejarte sola después de una pelea. Nunca lo he hecho, y nunca lo haré.
Aparté la mirada y sorbí por la nariz. Él sonrió levemente.
-¿Qué te causa gracia?-pregunté encarándolo de nuevo, enfadada.
Él negó con la cabeza mientras se encogía de hombros.
-Que es tan desmesurado mi deseo por ti, que aún con los ojos hinchados, la cara roja y tu constante sorber por la nariz. Sigues deslumbrándome. Alucino.
Bajé la mirada automáticamente mientras mordía mi labio inferior. Aun odiándole por lo que me hizo, no podía alejarme de él, no mientras él me viera y me tomará para evitar mi partida.
-Vaya mierda-solté-¿Por qué aún no has tomado mi rostro entre tus manos y me has dado un beso de muerte, hijo de puta?
Liam sonrió mientras acercaba sus labios y soltaba su aliento aroma menta en mi rostro, y sonrió.
-Anabell-susurró contra mis labios-Estoy enamorado de ti, me tienes hecho una maraña de pensamientos de mierda, cosas que nunca pensé hacer y decir a otra chica. Eres la única a la que quiero tomar entre mis manos, y mientras te cojo fuerte, decirte al oído que te amo, y que eres mía. Maldita sea, es que desde que te conozco, ¡joder!
Mi corazón aumentó su ritmo y mi respiración se hizo pesada.
-Liam...
Depositó su dedo índice sobre mis labios, para hacerme callar.
-No tienes por qué hablar. Es que desde que te conozco, mis días son mejores, yo sonrío por ti. Y Ann, las risas, las peleas, el sexo, todo es putamente maravilloso. Y podrás odiarme, y llevar a cuestas el error que tanto te atormenta, pero te lo digo aquí y ahora. No me arrepiento ni un puto segundo de ese día, porque...Eres hermosa, siempre estás hermosa. Pero ese día, desnuda ante mis ojos por primera vez, estabas deslumbrante.
Juntó sus labios con los míos en un beso suave y acalorado.
Me iría...Sí, estaba claro que me iría.
Pero me iría en la mañana.
Me iría después de una última vez.
Me iría después de pasar toda la noche tratando de convencerme, que no me haría falta.
Si, si me iría.
Pero me iría en la mañana.
***
Nota de la autora:
Siento la tardanza, solo que he estado seca, y sin ideas para escribir. Pero la inspiración ha vuelto, y viene nueva y cargada su novela favorita.
Este capítulo va dedicado a @liamunicornio, que me convenció de seguir escribiendo.
Les amo, y nos leemos en el próximo capítulo.
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Dos amigos y un embarazo.
Novela JuvenilMuchas cosas raras pueden pasar en una fiesta, después de todo, a una fiesta vas a alocarte. Pero no pensé que las cosas se saldrían tanto de control cuando a la mañana siguiente desperté con Liam, mi mejor amigo, desnudos en el cuarto de un hotel...